La Habana AP De que van, van: un dicho popular cubano que se convirtió, de la mano de Juan Formell, en la banda sonora de una nación. Él puso a bailar a millones en el mundo mientras narró las alegrías y tristezas de sus compatriotas con picardía y humor.
Formell, fundador, compositor y director de la agrupación Los Van Van, falleció el jueves a los 71 años, y dejó detrás de sí un legado musical enorme.
“Inventó algo nuevo. Una manera de armar el ritmo de las orquestas bailables. Un género, lo que él llamó el songo”, explicó el músico y trovador cubano Amaury Pérez, quien fue un cercano amigo de Formell por décadas.
Muchos consideran al songo el hermano mayor de la llamada timba o salsa cubana.
Junto al estilo musical, las letras de sus canciones son verdaderas crónicas de la isla, de la idiosincrasia de su gente y de ese temperamento tan caribeño: la migración interna, el miedo al contagio del sida, el amor romántico, la sensualidad y hasta las historias de los hombres mayores que se encuentran con una titi (una joven atractiva) y terminan dejándolo todo por ellas.
En noviembre del 2013, el músico recibió, en la víspera de los Grammy Latino, el Premio a la Excelencia de la Academia Latina de la Grabación, un galardón para artistas que han realizado contribuciones creativas de importancia en sus carreras. El premio se sumó a un Grammy estadounidense (1999) por el disco Llegó...Van Van , además de haber recibido otras nominaciones a lo largo de los años.
En ese momento, el propio artista hizo una clara profesión de fe: “Mi vida ha estado enteramente consagrada a la música y solo cobra sentido cuando la gente la hace suya y la disfruta”.
Historia. Nacido como Juan Climaco Formell Cortina el 2 de agosto de 1942, fue hijo de un flautista, pianista y arreglista quien lo educó en el amor a la música, aunque luego fue autodidacta.
“Soy músico de vocación; mi padre era músico y a mí me fascinaba ver a mi papá sentado en el piano escribiendo música”, expresó Formell cuando se le entrevistó para la televisión cubana en el 2011.
De joven trabajó en diversas agrupaciones musicales de prestigio, como la de Guillermo Rubalcaba, la orquesta de Carlos Faxas y la de Revé en 1967, donde hizo verdadero aportes a la charanga, como el uso del bajo y los teclados.
A finales de 1969 creó Los Van Van, la más prestigiosa de las orquestas de la isla en cuatro décadas, la cual puso a bailar a cubanos y extranjeros con éxitos como El baile del buey cansao, Por encima del nivel , La Habana no aguanta más o El negro no tiene na.
Según Formell, el nombre de la orquesta proviene de la picaresca cubana: cuando sus músicos se juntaron a ponerle un nombre a la agrupación corrían en Cuba los años de la llamada “zafra de los 10 millones”, pues las autoridades se habían propuesto lograr igual cantidad de azúcar. Toda clase de consignas políticas y de estímulos eran pronunciadas entonces, una de ellas fue “ ¡de que van, van!”
Formell también incorporó trombones y le sacó el máximo partido al rico son cubano.
A lo largo de su extensa carrera, Formell también musicalizó poemas del cubano Nicolás Guillén, hizo partituras para teatro y cine, como la película Los pájaros tirándole a la escopeta , de Rolando Díaz.
Uno de los momentos más emotivos recordados por el músico fue su participación con los Van Van en el megaconcierto Paz sin Fronteras, del 2009, cuando junto al colombiano Juanes y al español Miguel Bosé, entre otros, convocaron a un millón de personas en la Plaza de la Revolución de La Habana, un lugar emblemático de la isla.
“Voy a ser absolutamente honesto: si yo tuviera que recordar algo, sería la participación de Van Van en ese evento. Porque ahí se multiplicó la heroicidad de Van Van”, dijo Formell.
Su vida no estuvo exenta de dificultades.
Durante la década de 1990, sus presentaciones se hicieron pocas mientras su físico se deterioraba visiblemente y los rumores sobre su consumo de alcohol se incrementaban. Pero al parecer logró superar los problemas y desde hacía 15 años que no tomaba.
“Debajo de su genialidad yacía la bondad y el carisma, dijo Amaury Pérez de su colega y amigo. “Yo también soy un Van Van".