Con muchas sillas vacías en todas las localidades, el cantante español salió al escenario del Estadio Nacional, luego de tres años de ausencia en suelo tico.
El intérprete de Corazón partío y Amiga mía se lanzó a escena 15 minutos antes de lo esperado, pues el inicio de su presentación estaba programado para las 8 p.m.
Entre gritos y videos de celulares, Sanz arrancó el espectáculo con El silencio de los cuervos –de su nuevo álbum, Sirope– para luego comenzar un repaso por los temas inolvidables de su carrera.
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Así, el español promete complacer a fans como Sandra Araya y Rebeca y Rossi Oviedo, quienes partieron al mediodía de este jueves desde Tilarán para ver al cantante casi cara a cara, desde las primeras filas.
Estas amigas y hermanas pagaron c108.000 por sus boletos. "Lo que sea", dijo Rebeca Oviedo. "Sin pensarlo", continuó Araya.
Ellas prepararon una serie de pancartas con mensajes para el español: "Yo sí me sé Corazón partío", "La música no se toca; yo sí", "Soy tu mejor sirope", entre otros.
"No hicimos el de 'pisando fuerte' porque creímos que no nos iba a entender", confesó Araya entre pícaras risas.
Talento nacional. La apertura del concierto estuvo a cargo de la banda costarricense Entrelíneas, la cual aprovechó sus 15 minutos de gloria en un escenario de gran evergadura para tocar cuatro de sus temas.
Los jóvenes artistas interpretaron Noches buenas y Nadie sabe bailar, dos de sus canciones más populares, pero el público se mantuvo frío ante la presentación; esperaba por las canas, la melodía y la voz que caracterizan a Sanz.