Tibás
En el mismo año en el que varias bandas legendarias del rock pesado realizan su gira de despedida definitiva de los escenarios, Iron Maiden promociona alrededor del mundo su primer disco doble, el más extenso de su carrera.
Su presentación está bien estructurada y llena de vitalidad, sin señal alguna que vislumbre que se acerca el final de sus tiempos. Por el contrario, los miembros del grupo muestran una condición física encomiable.
CRÓNICA DEL CONCIERTO: Ninguno como Maiden
Apenas siete de los temas que interpretaron en su tercera venida sonaron en sus otras presentaciones en el país, siete y ocho años atrás. El resto proviene de su más reciente disco, a opinión personal, el mejor del grupo en los últimos 15 años. Además se incluye una sorpresa del álbum Brave New World y un clásico más: Children of the Damned.
FOTO: JORGE ARCELos temas nuevos, de The Book Of Souls se ofrecen con extensos pasajes instrumentales, armonizaciones para las tres guitarras y cambios rítmicos repentinos; es decir, tiene mucho que degustarle.
De ese disco hay melodías que exigen el rango vocal más alto de Bruce Dickinson y todas son cantadas en vivo tal cual. No se puede dejar de resaltar lo impresionante que resulta que su capacidad vocal no se ha afectado, ni tan siquiera con su reciente lucha por un tumor cancerígeno en la garganta.
Sumado a su talento gutural, Dickinson aporta dinámica, con elementos teatrales para representar el concepto lírico de varias piezas, incluyendo cambios de vestuario y el aprovechamiento de la sobretarima, similar a la que se usó en la gira Somewhere Back in Time.
Esta vez, el muñeco gigante de Eddie que aparece en escenario es mucho menos tieso que el que usaron en aquel otro tour. De igual forma, los inflables con la cabeza gigante y el endemoniado cachudo que aparece en The Number of the Beast no dejan de ser una sorprendente utilería.
VEA: Galería fotográfica del concierto
FOTO: JORGE NAVARROEsta gira, en cierta medida también es de Anthrax. Hace menos de 15 días lanzaron un disco en el que se conserva el sonido de su alineación de oro, con un Joey Belladona incansable.
El grupo, en tarima, conserva una vitalidad juvenil y con sus temas rápidos le sacan ventaja al reloj para aprovechar casi 45 minutos de presentación. Su repertorio alterna de manera balanceada clásicos con piezas recién estrenadas. ¡Una justa dosis de thrash!
En cuanto a The Raven Age, si el hijo de Steve Harris no fuera parte del grupo, no tendría cabida en esta gira. El sonido en su presentación fue como la banda: fatal. Nada más que decir.
Hay agrupaciones que, con el paso de los años, siguen queriendo demostrarle algo a la audiencia. Ese algo puede ser su afán por redimirse, su deseo por hacerse sentir vivos cuando apenas dan patadas de ahogados, o su redefinición tras numerosos cambios de integrantes.
Ese no es el caso de Iron Maiden, una banda que, más de 40 años después de su fundación no tiene nada que probarle a su fanaticada. Su presentación, si bien está planeada de principio a fin, es ejecutada con una euforia que se siente auténtica e irrepetible.
FOTO: JORGE NAVARROSe puede decir lo mismo de Antrax; la vigencia de estos grupos es señal de que no se encuentran en una especie de "sobrevida", en la que solo persisten en la música por un afán mercantilista o porque no tienen nada más que hacer en casa.
Por el contrario, la veteranía les ha inyectado bríos y, por ende, la esperanza de que se conviertan en motor para más discos y giras.
El concierto
Artista: Iron Maiden
Artistas invitados: Anthrax, The Raven Age
Fecha: 8 de marzo, 2016
Lugar: Estadio Ricardo Saprissa
Productora: Move Concerts