A los 14 años, Joaquín Yglesias Luconi no pensaba más que en “patear bola”, como cualquier chiquillo de su edad. Sin embargo, tras una decepción futbolera, la música le llegó de rebote por la influencia de su hermano mayor y su papá, quienes apostaron que algo bueno saldría de llevar al adolescente a clases de canto.
El ahora cantante no imaginó que tras no cumplir su sueño de ser futbolista profesional, su voz lo llevaría a grandes escenarios locales e internacionales y que salirse de lo convencional lo convertiría en uno de los cantantes líricos que más reconoce el público costarricense.
El tenor –que también es arquitecto de profesión– es bisnieto del expresidente Rafael Yglesias, tiene cuatro hermanos mayores (tres hombres y una mujer), siete sobrinos, dos gatas y está casado desde hace casi seis años con la arquitecta Valeza Rodríguez.
“Yo tenía miedillo de estudiar solo canto por el estereotipo del ‘artista pobre’, así que en contra de lo que mis papás me recomendaron y de la molestia de mi profesor de canto, me decidí por una segunda carrera y estudié arquitectura; ahí conocí a Valeza, quien es mi esposa. ¡Ve! Las cosas pasan por algo”, dice.
De personalidad jocosa y jovial, Joaquín, de 33 años, dejó que conociéramos su otra faceta: la del que disfruta jugar con los chiquillos del barrio, al que la vecina le lleva una taza de garbanzos para el almuerzo como muestra de cariño y al que en la calle lo reconoce una niña porque “es el señor que canta Ave María cuando me tengo que levantar para ir al kínder”.
LEA AQUÍ: Crítica de música: La simbiosis a cuatro voces de Los Tenores
Joaquín se quitó por un rato su esmoquin y el corbatín para contar su historia, darse una vuelta por el centro de Escazú, tomarse un café, un refresco y conversar con el copero del parque. Yglesias también abrió las puertas de su hogar para mostrar al hijo de vecino que hay detrás del elegante artista de potente voz. “Soy muy bueno jugando futbolín, ahí sí es cierto que nadie me la ve”, dice orgulloso cuando nos mostró el futbolín de madera que tiene en la sala de su casa.
Desde que comenzó a estudiar, la música ha sido su pasión, pero admite que más allá de los conocimientos, de los trabajos que ha realizado y de la práctica, hay un antes y un después en su carrera que marcó, precisamente, la grabación del Ave María para Teletica.
A continuación un extracto de la conversación con Joaquín.
¿Cuándo se dio cuenta de que quería que el canto se convirtiera en parte de su vida?
La verdad comencé a ir a clases sin ninguna expectativa. Estábamos de vacaciones en diciembre y yo estaba en la preadolescencia, iba a clases para pasar el rato pero me enamoré de esto inmediatamente. Soy una persona muy disciplinada y lo agarré en serio, tanto que a los 15 días de ir a clases, el profesor Danilo Chaves le dijo a mis papás que me iba a becar de manera total, pero que tenía que cumplir con él y así fue; iba a clases hasta cuatro veces por semana durante seis años seguidos. Lo agarré muy en serio, al fin y al cabo todo eso pagó.
¿Todavía tiene contacto con el profesor, qué le dice después de verlo ahora?
Menos que antes. Él es una persona muy reservada pero sé que se siente orgulloso y me entero por ahí que cuenta que es mi profesor. Siempre fue como un segundo papá para mí, estuvo muy pendiente y hasta me daba para los pasajes del bus en algunas ocasiones. Siempre me preparó muy bien para las audiciones.
¿Hubo alguna vez que no logró su cometido en audiciones?
Con Danilo solo una vez perdí una audición y fue totalmente por mi culpa porque no llegué preparado. Estaba fuera del país y cuando llegué al día siguiente era la audición, me medio sabía la canción, me fue pésimo, hubiera preferido no haber ido. El gremio muchas veces es muy cruel y hubo críticas porque canté mal una canción.
¿Por qué dice que el gremio es cruel?
El canto es muy ingrato, si uno amanece con gripe, por ejemplo, hay un problema grave. El problema es poner el estándar muy alto en el canto lírico porque le perdonan muy poco, no se debe de arriesgar porque entre los cantantes hay mucho tema de orgullo. Muchas veces alguien llega a cantar Nessun Dorma y otro algo como Estrellita y le dan el papel al segundo porque lo hizo perfecto.
Es arquitecto pero no ejerce, ¿cómo se gana la vida solo con la música?
De muchas maneras. Yo soy intérprete, no compositor, pero desde muy antes del Ave María me empezaron a contratar para cantar en bodas, funerales o misas; me empecé a hacer un nombre en ese nicho y tenía mucho trabajo en eso. Claro que los ingresos de ahora no se comparan con los de antes porque tengo mucha más exposición con el canal (7). Hago eventos privados también, tengo conciertos fuera del país y con los discos que he publicado las cosas se masificaron. Falta mucho todavía, pero la gente me conoce y eso que yo no sueno en radio porque a las emisoras les da cierto miedo programarme.
ADEMÁS: La voz del tenor Joaquín Yglesias se reta con nuevos géneros musicales
¿Quisiera que lo programen en radio?
Por supuesto. He ido a entrevistas con programadores que me dicen que no porque mis canciones son muy líricas, pero una vez me pasó que al salir escuché la emisora y pusieron a Andrea Bocelli con Por ti volaré.
Podría decirse que es el cantante lírico más popular y al que más fácil reconocen en la calle. ¿Lo cree así, por qué?
Yo no menosprecio nunca el trabajo de los demás, vengo de una escuela musical y conozco bien el gremio y he trabajado mucho en él. En la música he hecho óperas, zarzuelas, he cantado más de 40 veces en el Teatro Nacional; pero llegó un momento en el que me cansé de que fuera siempre lo mismo porque la ópera es un lujo antiguo y hay que buscar modernización y fusiones. Ahí fue donde pensé en hacer algo diferente en el país y con la recomendación del músico Chepe González, me animé a hacer crossover ; tal vez por eso la gente me reconozca un poquito más.
¿En qué le ayudó entonces aventurarse en el pop y grabar su primer disco?
Con Tierra (primer disco) senté el precedente. Sé que hay cantantes muy buenos en este mundo, pero tal vez, en mi caso, mi fortaleza es el crossover . Pensé que esto tenía que ser para más gente y no solo estar enfocado en un pequeño nicho.
¿Ha sentido algún tipo de presión por parte del gremio?
Es imposible quedarle bien a todo el mundo, pero hay que animarse. Obviamente tiene que haber más de uno hablando a mis espaldas pero ¿qué mejor forma de hablar de mi mismo que con mi trabajo? Nunca he dicho, ni diré que soy el mejor tenor de Costa Rica, pero trato de hacer el mejor en lo que hago, en mi propuesta.
¿Contra quién compite?
A diario contra mí mismo. Debe de ser así porque no soy igual a nadie y no voy a competir contra alguien diferente a mí porque siempre habrá quien sea mejor en su campo.
¿Se preparó para cantar ópera?
Sí estudié para cantar ópera y estoy preparado para eso y lo he hecho; sin embargo estudié también para ser un excelente cantante y no desprecio ningún género musical.
¿Considera que tiene una etiqueta o estereotipo por ser cantante lírico y que podría no ser una persona accesible?
Hay que entender que soy un intérprete y como lo hace un actor cuando se sube a un escenario deja de ser “Perico de los palotes”, así soy yo. Si quiero ser un artista profesional me tengo que vender como tal. Me causa gracia porque la gente se imagina que yo voy a la playa a broncearme con el esmoquin puesto y no; precisamente eso es lo que me gusta de ser artista que tengo que darle al público una calidad tanto en la parte vocal y artística como en la imagen.
ARCHIVO: Joaquín Yglesias une su voz al talento del maestro y productor Víctor Daniel
Si se le juzga por la imagen podría provocar que el público lo crea pedante o agrandado...
Creo que no, espero que no. A alguien le caeré mal de fijo, eso es garantizado. Me pasa mucho por ejemplo si hago un disco o doy un concierto, me dicen que debería mejor cantar boleros o algo de Luis Miguel, o que si salgo rasurado que me veo mejor con barba, pero no le puedo quedar bien a todo el mundo.
¿A quién le quiere quedar bien?
Primero que todo a mí mismo. Yo no puedo ser deshonesto conmigo porque haría un mal trabajo y debo de ser consecuente con hacer algo que me gusta para disfrutarlo y que el público lo perciba así. Como cualquier artista sé que tengo un público meta al que también debo de complacer, en mi caso el grueso son mujeres entre los 25 y 45 años, aunque también hay muchos hombres y ese público es el que llena teatros, oye la música y compra los discos.
¿Quiere decir que también le saca el jugo al físico?
Para mí el aspecto físico es un accesorio. Lo primero en mi carrera es mi interpretación, la parte artística. Si fuera una persona diferente físicamente me preocuparía exactamente igual por la calidad de mi trabajo. Entiendo que todo entra por los ojos pero yo no ando por ahí jugando de guapo, nunca me van a ver sacándome fotos sin camisa, por ejemplo.
¿Ya que el crossover le da tanta versatilidad, ha pensado en componer canciones?
He compuesto algo pero reconozco que no es mi fuerte, soy bueno interpretando las ideas de compositores como pasó con el maestro Víctor Daniel en el pasado disco. Considero, por otro lado, que no me gusta quedarme quieto, me gusta mucho la producción y desde ya tengo una lista de 16 discos que quiero hacer de conceptos de álbumes que deseo y que no sé si tendré la plata para lograrlo o si habrá patrocinio, pero los tengo en mi mente casi listos.
¿Qué significó grabar el Ave María para canal 7?
Como muchas veces pasó en mi carrera musical, lo del Ave María fue por influencia de otros. Canté en un funeral al cual asistió doña Olga Cozza de Picado y quedó encantada. Se hizo la grabación para una época navideña y, como gustó tanto, doña Olga pidió que quedara fija todas las mañanas. Es una gran exposición y estoy sumamente agradecido por ello.
¿Qué es lo que del todo no se atrevería a cantar?
Pruebo de todo, pero también me grabo, me escucho y me analizo y entiendo qué me queda bien y qué no. Me gusta casi de todo pero reconozco que no soy bueno cantando música bailable como la salsa y el merengue, pero sí algo alegre como el jazz, o el swing . No descarto hacer colaboraciones, por ejemplo si saco una pieza movida quién quita y quede bien con el apoyo de un reguetonero; obviamente todo tiene un estándar de calidad que cumplir.
Es artista y arquitecto: podría decirse que combinar elementos también es parte importante de su vida...
Es algo auténtico tanto en la vida como en la música. Disfruto mucho de las artes, pero también de lo lúdico, de jugar con mis vecinos, jugar una partida de futbolín, ver series, películas o simplemente escuchar música. Soy apasionado del orden y amo coleccionar cosas. Adoro la historia y guardo con recelo los recuerdos de mi familia como si fueran tesoros.