“Éste es nuestro baterista, el Zurdo Roizner”, dice Kevin Johansen señalando la portada de su nuevo disco, Mis Américas volumen 1/2 .
“Zurdo tiene más de 75 años y es una leyenda que tocó con Piazzola, tocó con Vinicius de Moraes, tocó con los grandes y desde el 2003 toca con nosotros. Evidentemente, está en franca decandencia, el pobre”, agrega el cantautor bromeando.
Así es Kevin Johansen. Su ingenio impregna en las canciones que ha hecho en más de 20 años de carrera y en la forma en que cuenta cualquier cuento sentado en un hotel de Lindora. La Nación lo entrevistó la mañana antes de su concierto en Jazz Café Escazú, el pasado 12 de julio.
Hablemos de ese nuevo disco. ¿Por qué decide nombrarlo Mis Américas ?
En un inicio, porque fue grabado entre Nueva York, Rio de Janeiro, Buenos Aires. Participaron músicos de Venezuela, de Chile y de Estados Unidos, es una forma de honrar todos esos orígenes. Le puse “volumen medio” como un guiño, para los entendidos, porque aquí parto de “mis Américas”, las que más conozco: en Nueva York viví diez años, en Buenos Aires prácticamente toda mi vida, salvo mi infancia en San Francisco, California, entonces tiene mucho que ver con eso.
En el disco y en su carrera ha defendido esa hibridación, sobre todo en los géneros musicales. ¿Por qué?
Cuando vivía en Nueva York conocí a Hilly Kristal, el dueño del CBGB que se volvió como una especie de mentor mío a los 25 años, cuando recién llegaba. Él me preguntó, “¿Por qué estás un poco tímido a mostrar tus cosas en español?”, “¿por qué no hacés una canción en spanglish o un tango en inglés?”.
”Yo le decía cariñosamente mi mentor-tormentor, porque me pasaba insistiendo.
”Entonces hice canciones como Guacamole , que es casi anticanción pero que me ayudó a darme a conocer. En los conciertos siempre hay alguien gritando ‘¡Tocá Guacamole !’”.
Acá lo esperan muchos que piden canciones a gritos...
Nos sorprendió mucho la vez pasada (agosto del 2014) que el público de aquí es realmente gritón, roquero y efusivo.
¿Es algo inherente al latino?
Los latinos siempre son los más expresivos. Te dicen qué quieren escuchar, no se guardan mucho.
¿Le puede restar seriedad cantar absurdos o hacer chistes?
No, porque la música contiene todo. Si la música está hecha con creatividad y está bien construida, no hay dudas de nada, me parece que al contrario...A veces los solemnes son poco serios ( ríe ). Como dice el Negro Rada (músico uruguayo), hay mucho “cansautor”, también hay que tener cuidado ( ríe ). Creo que la creatividad es lo más serio que puede tener la música, es el último bastión que tenemos los compositores para decir “soy libre”, y si trabajo con la ironía o el humor, lo hago seriamente e inclusive incluyo crítica.
”En el video de Sur o no sur , que es bien surrealista, sale toda esta gente caminando cual escarabajos en la nieve, en Mendoza y habla sobre sentirse excluido, no sabiendo si volver al norte o volver al sur, por cuestiones de exilios económicos o sociales.
”La música abarca todo. Yo tengo hijos y cuando los niños cuando son bebés lloran, ríen y bailan y yo quiero esas tres cosas en mi música: que la gente llore, ría y baile. Y lo más importante para mí es mantener esa libertad creativa. Con la libertad no se jode”.
¿Le agrada la etiqueta de cantautor? ¿Le ajusta?
Se puede decir eso, aunque eso de decirse autor puede sonar bien aburrido. Me cabe mejor cancionista, songwriter o songrider , cabalgador de canciones ( ríe ).
¿A qué le canta en Mis Américas ? ¿Cuál es la constante?
En todos mis discos hay una insistencia en machacar sobre la pequeñez humana, las miserias y lo tontos que somos. E n Mis Américas las canciones que hacen eso son La Bach-chata y El jardín del desdén , canciones que tratan sobre cómo somos de envidiosos y las habladurías.
”Hay un tema de country , muy gringo ( 5 in the Morning ), que habla sobre cómo los países están muy polarizado, algo que me molesta mucho. Veo que viene un mundo muy difícil para mis hijos, gente enfocada en criticar en vez de ayudar. Tenemos mucha tecnología, pero estamos volviendo a algo muy primal.
”Eso lo siento en Mis Américas , el temor de que todo empeore y el deseo de que crezcamos juntos como humanidad. Ese sería el mensaje por lo bajo”.