Vilma Chacón, hermana mayor de Maribel pero que la crió como a una hija cuando la madre de ambas falleció, siendo Maribel muy niña, tenía un campo privilegiado en las mesas más próximas a la tarima, suficientemente cerca para poder ver con detenimiento a su nieto, Julián Figueroa, quien anoche interpretó algunos temas en el intermedio entre las presentaciones de sus progenitores. “Estoy muy contenta de que estén acá Maribel y Joan Sebastian, pero lo que más me emociona es poder ver a Julián; me siento realmente orgullosa de todo lo que hace”, aseguró antes de que comenzara el concierto.
Ya lo había visto presentarse en el estadio Azteca cuando se estrenó en su novel carrera: “Él es un gran artista, canta, toca muy bien guitarra y está en clases; es muy talentoso y además lo veo divino”, dijo.
A su hija la ha visto presentarse en infinidad de ocasiones, pero no deja de disfrutarla. “Me gustan todas las canciones que canta, pero en especial Loca ”, dijo, sin saber que ese sería el tema que Guardia utilizaría para comenzar su show .
Entre el público también había una legión de fanáticos. Rosita Ortega y Austin Brenes recuerdan como si fuera ayer cuando la joven Maribel Guardia saltó de Costa Rica a México tras representar al país en Miss Costa Rica. Desde entonces, son sus seguidores.
“Estar aquí es una bendición de Dios”, repetía Ortega, quien se había puesto encima una camisa de la Virgen de Guadalupe, patrona de los aztecas.
Con la misma emoción esperaban ver por primera vez a Joan Sebastian, con la ilusión de que cantara temas como Tatuaje , uno de sus tantos temas conocidos.
José Alberto Arroyo, de 71 años, viajó desde San Carlos para ver a los dos artistas de la noche. “Ambos son músicos consolidados y estoy seguro de que nos van a dar un gran espectáculo”, comentó cuando la noche apenas comenzaba.