Ni en los comienzos de su carrera en 1996, como MC (maestro de ceremonia, o rapero), ni ahora como artista y productor, Enrique Castillo ha dejado de batallar contra el virus de la desestimación cultural. Porque la infección que produce acceder a ser parte de una industria que solo piensa en números, termina mal.
“Nuestra comunidad, para ser parte de un evento, tiene que aceptar a ser los invitados de ellos, en vez de que sea nuestro evento y ellos nuestros patrocinadores”.
Castillo se ha asegurado que eso no pase, porque desde siempre ha tenido muy claro que el hip-hop no es solo rimas. "Creo que nos toca, a los que siempre hemos estado en esto, demostrar que no somos tendencia, ni el superfluo de la cultura".
El problema para catapultar al género, sin destruirlo en el camino, está en la escasez de oportunidades justas para que se pueda promover.
“Muchas de las actividades que hacemos son autofinanciadas o si encontramos un presupuesto sobrante, pero siempre nos hace falta dinero”.
Actividades como Enamórate De Tu Ciudad eran útiles para democratizar la cultural. “En esos parques se acercaba quien quisiera, y existía la posibilidad de darse a conocer o de conocer pares, en un ambiente que el hip-hop apoya”.
En otras provincias, las peñas culturales son un elemento clave para tener un balance entro lo artístico y comercial.
En el 2010, Castillo organizó el festival Epicentro Urbano, adonde reunió a más de 20 artistas latinoamericanos para dar talleres, conferencias, exhibiciones, batallas de break-dance y conferencias.
“Lo que sí es importante de recalcar, es que mucho de los artistas son auto gestionados. Es una característica que define al hip-hop, nunca hemos dependido del dinero para crear”.