Estridente, pomposo, adictivo: el arreglo de vena latina y guitarras eléctricas con el que Marc Anthony anuncia su llegada al escenario es la forma más poética de introducirse: sin palabras, pero con ritmo.
Para cuando eran las 10:00 p. m. del jueves, la lluvia hacía apariciones esporándicas, pero las más de 30.000 personas congregadas en el Estadio Nacional, en La Sabana, se encontraban todas, al unísono, bailando nada más que Valió la pena, uno de los tantos temas en los que el estadounidense, de raíces puertorriqueñas, se aprovecha de su talento.
El músico disparó salsa a granel durante sus primeros minutos en el escenario, luego de que su colega Juan Luis Guerra hiciera la propio durante más de una hora, en el concierto de cierre de la gira Gigante2, en la que ambos han visitado países como Perú, Ecuador, Chile y Argentina, desde mediados de octubre pasado.
Para Anthony, la presentación de ayer representó su segundo arribo a Costa Rica en el 2014, pues a finales de febrero llenó el estadio Ricardo Saprissa en el marco de la gira de presentación de su más reciente disco, 3.0.
Es conocido por todos que su espectáculo es infalible, pero sus repertorios suelen ser muy similares a lo largo del año, así que los fans podían esperar un repaso similar al de aquella ocasión, en la que no se concentró en su nuevo material sino que hizo un recorrido por lo más relevante de su carrera musical, de más de 20 años.
La segunda canción de la velada fue Y hubo alguien, con la que el baile se sostuvo y contagió al recinto en todo su esplendor.
Eso sí, los reportes de que el audio del concierto no era el de mejor calidad para quienes estaban en las graderías se había escuchado desde que se dio la presentación de los costarricenses Jose Cañas, Luis Alonso Naranjo y Arnoldo Castillo, y continuó durante la presentación de Marc.
No obstante, a pesar del sonido, aquello era como una fiesta de la alegría para los amantes de la música tropical, y eso se puso en evidencia con Hasta ayer, que desató todavía más movimiento.
“¡Qué rico!”, fue la primera expresión no musical de Anthony. “Es un honor compartir el escenario con mi ídolo, por favor... ¡Es Juan Luis Guerra! Bueno, esta noche vamos a intentar cosas diferentes; voy a intentar canciones que nunca he intentado”. Siguió Flor pálida.
Los dos “Gigante2” comparten un tema en cada uno de sus espectáculos, y ayer fue Tu amor me hace bien el elegido del catálogo de Anthony para que Juan Luis Guerra tomara el micrófono e interpretara algunas estrofas a su lado.
Celulares por todo lo alto: el momento quedó registrado por miles de presentes, ya fuera en video, en fotografía o mediante los populares mensajes de voz de aplicaciones como WhatsApp, que le permitieron a parte del público compartir tan magno momento con seres queridos no presentes en el aforo.
¿La fiesta no paró nunca. Luego de que ambos cantaran Tu amor me hace bien, Anthony siguió demostrando su poderosa voz con temas como ¿A quién quiero mentirle? y Contra la corriente, con las que también se esfumó la lluvia.
Un solo de percusión mantuvo las vibraciones al tope, con ese toque espectacular que tienen los músicos que acompañan al Anthony alrededor del mundo. Durante esos minutos de golpes, platillos y tambores, el estadio entero se mantuvo en trance.
Uno de los puntos más altos del concierto llegó de la mano del cover de ¿Y cómo es él?, de José Luis Perales, el cual suena inmenso en voz de Marc Anthony, quien volvía a ver repetidamente al público, a lo alto y a lo lejos, con unos ojos casi llorosos que indicaban el sentimiento que le genera tremendo clásico.
"Entiendo que se sienten durante las baladas, lo entiendo totalmente, pero lo que viene por ahí es candela, y eso de estar sentado ya no existe, porque ya estamos terminando y eso es a gozar, a bailar, a rumbear... ¿Están conmigo?", dijo el músico, antes de cantar Vivir lo nuestro.
¿Qué precio tiene el cielo?, Mi gente (un cover del grandísimo Héctor Lavoe) y Te conozco bien fueron las tres últimas piezas que entregó el genio de la voz monumental antes de hacer su salida del escenario. Eso, sin embargo, no sería tan fácil; lo sabíamos todos, lo sabía él.
Un par de minutos después de su partida, Anthony volvió a aparecer para regalar un tema más: Vivir mi vida, su último gran éxito, que resultó un recordatorio para miles de la razón por la que su música se contagia y permanece por siempre viva: porque son canciones con las que no se desperdicia el tiempo.
Hasta la próxima, Marc, cuando sea que toque darle nuevamente la bienvenida a Costa Rica.
Lea la crónica de la presentación de Juan Luis Guerra. También está disponible el relato del concierto de los teloneros locales.
Actualización; 05/12/14; 2:11 p. m.: En la nota original se dijo que ¿A quién quiero mentirle? no había sido interpretada por Marc Anthony en su pasada visita al país. El dato es erróneo y es culpa de la memoria del redactor, quien confundió los hechos. El párrafo fue eliminado del artículo en su versión web.