El mundo amaneció el lunes con una contundente cantidad de información, opiniones, imágenes y chistes sobre la presentación de la cantante estadounidense Miley Cyrus en los Video Music Awards de MTV, la noche del domingo.
Junto a gigantes osos de peluche, bailarines de muchas formas y la canción We Can’t Stop como punto de partida, Cyrus arrancó su show con poca ropa y lo terminó con todavía menos ropa, entre movimientos eróticos con el cantante Robin Thicke, con quien cantó su sencillo Blurred Lines .
Tras el hecho, cientos de columnistas, expertos y periodistas explicaron el contexto en el que sucedió la presentación de Miley Cyrus, dando a entender que los estándares de los VMA han sido constantes durante la última década.
Por ejemplo, el sitio de la revista Slate publicó una columna de opinión en la que cuestiona el escándalo desde los mismos estándares de MTV y de Cyrus, comentando que “estar indignado por alguna tontería en los VMA se está convirtiendo en una de las tradiciones más vergonzosas de nuestra nación”.
Slate añade que los escándalos que suceden en la premiación pecan de tontos. “Nos permitimos ser homofónicos porque Madonna besó a Britney Spears y a Christina Aguilera, y entramos en pánico porque Kanye West dijo algo que todos temían decir”.
El escándalo de Spears, Aguilera y Madonna ya cumplió una década, y es el mejor ejemplo de la construcción que ha hecho MTV de sus premios desde entonces, definidos por New York Times como “una celebración de los videos musicales que nunca pasan en el canal”.
“El positivismo sexual es la moneda de canje de MTV; artista tras artista se reinventa como ‘adulta’ con un nuevo traje obsceno . Pero se piensa generalmente como una manera de conseguir atención y ventas, no como una forma de expresar una emoción genuina”, dice un artículo publicado en Salon .
En su texto, Slate alega que si la presentación de Miley no hubiera sido en los VMA, “no estaríamos tan interesados en una estrella de pop mediocre moviendo su trasero en un intento de erotismo”.
¿Sexista? El Huffington Post detalla que Robin Thicke demostró el rol del hombre en el acto sexual, y la diferencia que tiene el de la mujer. “Mientras Thicke se mantiene a distancia, totalmente vestido durante su parte de la canción, la cantante se desnuda todo lo que le sea posible”.
“Todos los elementos que se le han criticado a Cyrus fueron parte del show : gente negra utilizada como accesorio y significantes de la cultura afro como el twerking para dar a entender que Miley es atrevida y peligrosa”, dice Huffington .
El New York Times está de acuerdo: “Este fue un año excepcional para las torpes apropiaciones blancas de la cultura negra". En un punzante artículo de Vulture , se dice que “la razón por la que estas afinidades están saliendo ahora, en los VMA y en otros lugares, es porque es bueno para el negocio”.
El Washington Post , en contraparte, salió en defensa de la cantante: “Mientras celebramos a un joven de Seattle por haber tenido el valor de hacer una canción sobre explorar la sexualidad de niño, y llegar a la conclusión de que el odio es estúpido, Miley no recibe ese lujo. A pesar de que todo lo que está haciendo es precisamente lo que estamos celebrando de los demás: ser ella misma”.
Queda entonces una pregunta en el aire: ¿cuál fue la novedad de los Video Music Awards 2013?