En el Día Internacional de la Mujer, Viva les rinde homenaje a las trabajadoras de las artes en Costa Rica.
Reunimos a doce artistas de seis disciplinas distintas para discutir retos pertinentes al ejercicio cotidiano de su trabajo, problemas recurrentes en sus gremios y obstáculos particulares de ser mujeres profesionales en sus áreas: la danza, la música, las artes visuales, el cine, el teatro y la literatura.
Las efervescentes escenas de rock y hip-hop , del Gran Área Metropolitana, son dos espacios dominados por figuras masculinas.
Las bandas no suelen tener integrantes femeninas y, cuando las tienen, generalmente es porque la mayoría de las integrantes del grupo son mujeres.
Andrea San Gil, quien es parte del grupo de indie rock Los Waldners, dice que en su experiencia, roles como cantante o tecladista, son más aceptados para la mujer dentro de la música, pero como baterista, la mirada ajena cambia al recibir una ‘sorpresa’.
“El otro día estaba en una sala de ensayo en la que hay una ventana por la que se puede ver desde afuera. Y cuando salí, el muchacho de la sala me contó que hubo unas cinco personas que estuvieron ahí viéndome un gran rato.
”El muchacho me dijo: ‘Vieras qué vacilón, ellos llegaron a pagar y no podían creer que hubiera una mujer baterista, parecía como si estuvieran en un zoológico, se quedaron impresionados de que tocaras bien'”, recuerda San Gil como una anécdota algo graciosa.
La baterista, comentó que las mujeres que tocan guitarra eléctrica o batería, generalmente se ven en apuros comprando instrumentos, porque lo más probable es que quien las atienda les preguntará, “¿Este instrumento es para su novio?”.
Además, estas intérpretes con roles no tradicionales deben romper la expectativa de que las mujeres van a ser peores interpretando su instrumento.
“Si es hombre, nadie pone en duda su talento, solo se piensa que es un músico más. Una tiene algo que probar”, explica San Gil.
En el caso del hip-hop, un género en el que predominan los hombres, y que en muchas ocasiones tiene contenido machista, las raperas no reciben la misma atención que sus pares masculinos.
“La música es una de las ramas artísticas que está más desequilibrada en cuanto a visibilización y a exponentes (considerados) importantes”, comenta la MC Nativa.
Esto, sumado a las pocas raperas que hay, las ha impulsado a agruparse.
“En la mayoría de los eventos cuesta que nos tomen en cuenta, así que hemos propiciado nuestros propios espacios, los hemos organizado y gestionado”, explica.
”Entonces el trabajo de la mujer es doble: además de ser artista, tiene que gestionar sus espacios para ser visible”, comenta Nativa.
¿Carecen de espacios las mujeres en rock ?
“El espacio o el lugar que reclamen (las mujeres) es el último resultado de todo un contexto anterior formado por las oportunidades que se nos brindan y cómo se nos condiciona”, dijo Andrea San Gil.
”Cuando le dije a los dieciséis años a mi mamá que quería tocar batería, ella no se opuso, pero me pregunto a cuántas otras chicas los papás les pudieron haber dicho: ‘¿Batería? Eso es para hombres’”, finalizó.