Este domingo, en la zona de conciertos de las fiestas de Palmares no cabía un alma más: abrazaba el sol y llovía la cerveza, sobraban los decibeles y el sudor se derramaba de forma incontenible. Los brincos, aplausos y gritos acompañaron toda una jornada caracterizada por la abundancia de alcohol y música.
Como cada año, en estas instancias algunos elementos se repiten: mucha alegría, un presentador que pregunta “¿dónde están las solteras?”, más de un asistente que sale rojizo por olvidar el bloqueador solar en la casa y conatos de pelea que no pasan más allá de la anécdota bochornosa.
La actividad de ayer también tuvo invitados y sorpresas que lo convirtieron en un domingo especial para el recuerdo.
La cereza en el pastel para la edición de Palmares 2014 fue un nombre muy conocido de la música dancehall y reggae : Sean Paul. ¿Todavía canta?, se preguntaron algunos cuando fue anunciado como el artista encargado del cierre de esta edición de los festejos.
Sin embargo, aunque hubo quienes dudaron de la vigencia del cantante, el exponente –famoso desde hace más de una década– , ayer dejó claro que todavía mueve masas, y las mueve para ponerlas a bailar insistentemente.
Sean Paul fue emoción y euforia en Palmares desde el momento en que brincó al escenario. Parecía que con él coreaba el aforo completo, incluyendo a la muchachada que reinaba en el lugar y al público menor de edad, separado del resto por una malla de seguridad.
El jamaiquino y su banda aparecieron en la tarima de Imperial a las 3 p. m., marcando así el cierre del desfile de exponentes musicales de la jornada dominical y también de la edición 2014 de estas fiestas. Más temprano habían pasado por el mismo espacio Freddy Álves, seguido de la banda Los Ajenos que, con un espectáculo encendido, dejó muy entusiasmado al público presente. (Ver nota aparte.)
“ Shake that Thing... shake that thing ”, coreaba el artista, de escasas sonrisas, peinado con un mohawk , ataviado de ropa negra y con un collar de blanco brillante que se contoneaba en su cuello al ritmo de cada una de sus movidas tonadas. Give it Up to Me , We be Burnin , Get Busy y Press it Up son solo algunos de los éxitos del veterano cantante que ayer no dejó que el público costarricense se olvidara que él había llegado a Palmares a acentuar la fiesta.
Entre una canción y otra no quedaban silencios, el repertorio avanzaba de forma ininterrumpida permitiendo que no mermara el espíritu de celebración y, más bien, se mantuviera en permanente ascenso. Las caderas se mecían, se doblaban las rodillas y los brazos se alzaban y ondeaban aunque la pieza fuera nueva para los presentes o tan conocida como uno de los numerosos éxitos radiales del caribeño, tal y como Got 2 Love U , que fue una de las canciones que provocó mejor respuesta durante el concierto dominical.
A Sean Paul lo acompañaban siete músicos, entre ellos dos coristas que seguían su lírica de manera permanente, convirtiéndose en sus mejores aliados para cada tema. Además, de manera esporádica se subían dos bailarinas que sudaban a más no poder, marcando el ritmo rápido y provocador que caracterizan los temas del cantante de 41 años.
A pesar de la seguidilla de canciones vibrantes y del candor de la fiesta, la zona de conciertos se mantuvo ordenada además de que se vio permanentemente asoleada.
La tónica fue la misma durante poco más de una hora de presentación, en la que se incluyeron otros éxitos como I'm still in love y Like Glue , así como un par de temas nuevos que aparecerán en el disco que Sean Paul prepara para lanzar este mismo año.
Poco más de una hora después de haber comenzado, Sean Paul seguía brincando y bailando por toda la tarima como cuando acababa de salir a escena, su energía parecía mayor que la del público, que cerca del final del concierto, parecía ser víctima del cansancio y el calor.
Sin embargo, el grueso de los asistentes parecían rehusarse a aceptar que la fiesta daba sus últimos tumbos, incluso cuando el artista estelar de la tarde había desaparecido de la tarima.
El concierto de cierre llegó a su final con los ecos de una jornada de mucho baile que, si la regla se mantiene, se repetirá el próximo año con otra dosis de festejo que solo en Palmares se consigue.