Se escuchaba la batería, la guitarra, pero nada de la voz de sir Paul McCartney esta tarde. No fue sino hasta las 4:22 p. m. que el inglés se dejó oír.
Esto provocó que un numeroso grupo de fans abandonara su lugar en la larga fila de gramilla de pie para pegarse al portón del costado sur del Estadio Nacional, con el fin de aguzar su oído y pescar alguna imagen.
Desde ese rincón, los asombrados fanáticos multigeneracionales vieron en lo que proyectaba una de las dos pantallas gigantes a la leyenda viviente: sí, el mismísimo ex-Beatle estaba allí haciendo su prueba de sonido, algo que otros artistas con menos de un cuarto de su currículum no hacen.
“We love you Paul” y otras frases bastante provocativas le decían, entre ensordecedores gritos, ese puñado de fans, de todas las edades, atrincherados en ese rinconcito que permitía ver algo de lo que sucedía dentro del Nacional.
A esta prueba de sonido tenían acceso los que pagaron cerca de ¢1 millón.
No obstante, los que estaban afuera, que pagaron ¢34.000, fueron más vivos y también vieron el ensayo...eso sí, en una pantalla y por muchos cincos menos.
La diferencia, es que, con la canción Get back, McCartney dejó a algunos de los fans que sí habían pagado la cifra casi millonaria subir a la tarima y cantar esa pieza, mientras él tocaba la guitarra.
Luego, cantaron juntos mientras él tocaba un piano original de la época de Los Beatles.
El ensayo terminó pasadas las 5 p. m.
Las personas asistentes al concierto siguen sin poder ingresar a gramilla.
NOTA: esta información se actualizó después de haber sido publicada