Carolina Brenes estaba despeinada, llevaba un ajustado enterizo negro y una faja ancha de color rosado. Cualquiera podría pensar que iría a bailar a una de esas discotecas que existían en los años 80… y quizá no se equivocó del todo.
Desde Alajuela, ella tomó un bus con rumbo al Teatro Melico Salazar, lugar que abrió ayer sus puertas para vivir, de nuevo, al lado de la Orquesta Filarmónica, aquellos años y aquella música tan querida por los costarricenses.
La agrupación nacional ofreció anoche, frente a los ojos de Carolina y de todas las decenas de personas que asistieron, su primer espectáculo del 2014, llamado Back to the 80's . Interpretaron temas inolvidables de Toto, Journey y George Michael, entre otros.
Lo que se vivió en el teatro fue un gran dejà vú .
Cuando los músicos aparecieron en el escenario, gritos iban y venían. Lo que se robó la atención y provocó las carcajadas fue cuando una violinista entró de última al escenario con un traje rosado y una cola alta de medio lado.
“¡Así me vestía yo! Es estarme viendo”, dijo, entre risas, una mujer en la luneta.
Los primeros segundos de la canción Africa , del grupo Toto, fueron suficientes para encender al público. El cantante nacional Kurt Dyer apareció con un elegante traje negro y, con una electricidad contagiosa, movió sus caderas de un lado a otro mientras interpretaba este piezón.
El tono del concierto seguía en ascenso. (I've Had) The time of my life llegó en voz de Kalina Guillén y John Paul da Bosco. La evidente química entre ellos, así como los recuerdos evocados por este tema emocionaron a los presentes.
Unos espectadores dejaron abiertos sus ojos para ver a la pareja caminar por el escenario durante la pieza, mientras que otros prefirieron cerrarlos, quizá para sentir que estaban en el set de Dirty Dancing (1987), película que hizo popular esta canción.
Luego Faithfully , de la banda estadounidense Journey, apareció.
Sin duda alguna, la canción que hizo de las suyas fue Total Eclipse of the Heart (1983), popularizada por Bonnie Tyler, interpretada en esta ocasión por Charlene Stewart.
Ella tomó el micrófono, se paró a un lado del escenario, abrió su boca y encantó. No necesitó más; la piel se erizó al solo escucharla cantar las primeras palabras.
“Es melodía pura. ¡Qué muchacha para cantar bonito!”, le susurró Linda Vargas a su hijo Pedro García, de 25 años.
The Heat is on (1984), Careless Whisper (1984), Hard to Say I’m Sorry (1982) y Against All Odds (1983) fueron parte del repertorio. Los aplausos que provocaron eran fuertes y calurosos; la gente estaba encantada.
All Night Long acabó con la mínima timidez que quedaba en el lugar. Ese tema tan bailable de Lionel Richie estuvo a punto de convertir la luneta del teatro en una disco ochentera.
Muchos se acomodaban en sus butacas y chasqueaban sus dedos al ritmo de la música, mientras que en los palcos se alcanzaba a ver una que otra mano en el aire. ¿Era una fiesta? Mejor que eso.
La música no paraba. Easy Lover (1984) y Owner of a Lonely Heart (1983) alegraban aún más el ambiente en el Melico Salazar.
Aquellas personas se convirtieron en una sola masa para recibir la balada You’re the Inspiration (1984), canción que sonaba cuando se cerró esta edición.
En el teatro, las caras felices y las otras llenas de nostalgia abundaban y no es para menos: ¡Todos volvieron a vivir en la muy querida década de los años 80!