Los panameños de Señor Loop tienen una relación especial con Costa Rica. Este grupo, que combina rock con reggae y ritmos bailables latinos, ha dado más de 10 conciertos en el país en los últimos diez años. Ellos mismos no precisan la cantidad, pero tienen claro que sin Costa Rica no habría Señor Loop.
“En Costa Rica siempre nos han recibido con los brazos abiertos y es el lugar adonde hemos vimos iniciar y terminar varias etapas del grupo”, explicó el guitarrista, Iñaki Iriberri, en una entrevista telefónica.
Señor Loop regresará este viernes 10 de marzo a un escenario costarricense. Pero en esta ocasión, el público no oirá temas como Daígoro o Triste perro , si no las historias de los procesos que llevaron a esas canciones.
La sétima edición del Festival Internacional de Diseño (del 10 al 12 de marzo en la Antigua Aduana) los invitó a hablar sobre la forma en que han trabajado por más de 17 años, para exponer su proceso creativo en la misma plataforma en la que habrá arquitectos, diseñadores gráficos y directores de arte.
“Me estoy reuniendo con Iñaki para practicar para dar esto que nosotros vemos como un seminario muy serio ( ríe )”, expresó explicó Lilo Sánchez, quien es vocalista, guitarrista y escritor de canciones.
“Para mí es una locura que Señor Loop se pueda explicar o presentar de esta manera”, agregó el panameño.
Locura o no, Señor Loop tiene claro que los procesos musicales se pueden aplicar a muchas cosas, incluso, a la charla que darán el viernes 10 de marzo.
“El seminario aún no lo hemos terminado de desarrollar. Pero como siempre, cuando estemos en el escenario es cuando terminará de tomar forma de todo”, comentó Lilo Sánchez.
Presentación. Sánchez e Iriberri harán una presentación didáctica. Aclaran cada vez que pueden que no, que no vienen a tocar un concierto.
“Aunque igual llevaremos algunos instrumentos allí, porque otra cosa no sabemos hacer”, bromeó Lilo Sánchez.
“En Costa Rica tenemos varios amigos y gente con la que trabajamos que vieron en nosotros, en nuestro proceso íntimo, algo que no habíamos visto, cosas que apenas estamos entendiendo”, agregó el compositor.
Desde hace dos años el trombonista Andrés Cervilla, costarricense, es miembro oficial de Señor Loop. Cervilla se ha encargado con su empresa Peeh-Pah de hacer la identidad musical del FID y además es hermano de Paco Cervilla, uno de los fundadores del festival.
“Cada una de las historias de como hicieron una canción me han sorprendido, me han partido la cabeza. No hay que ser músico para maravillarse por los procesos que siguen”, comentó Andrés Cervilla.
Fue en la Universidad Nacional, el pasado agosto, en que Paco Cervilla se convenció de que el grupo debían ser parte de los expostores.
Bajo la lluvia y frente a cientos de jóvenes, Lilo Sánchez explicaba al público el significado de algunas canciones o incluso daba consejos a los jóvenes.
“Me pregunté: ‘¿cómo sería si se explicara esta experiencia en otro contexto?’ o ‘¿cómo sería exponer este proceso creativo a un público que no necesariamente conoce las canciones?’ Ese día decidí que tenían que estar en el siguiente festival”, comentó Paco Cervilla.
Paco Cervilla explicó que Señor Loop es atractivo por tocar temas universales como el amor o el dolor, temas universales con los que cualquiera puede sentirse identidficado.
“A mi hijo le encanta El mono y la culebra , una canción con narrativa y que tiene una moraleja. Verlo tener una reacción tan pasional a la experiencia que diseñó alguien de otra generación me hizo pensar que la música de ellos es poética y universal y merece este espacio”, detalló Paco Cervilla.
Los de Señor Loop saben que esta reacción a su música es inevitable y crean a partir de ella. En Vikorg (2013), Guarumo , la primera canción, repite como mantra una frase que invita a vivir una experiencia más allá de solo escuchar un grupo de canciones: “Deja que la música te lleve / y verás cómo te mueve”.
Procesos. Cuando se juntaron al inicio del milenio, Lilo Sánchez e Iñaki Iriberri querían hacer música o mejor dicho, hacer arte, crear música que no fuera parte del proceso normal de componer-tocar en bar-grabar-vender.
“Había hambre grande de hacer cosas que nadie más se atreviera, de experimentar mucho con el sonido sin pensaer en el resultado. Estaba de moda toda esa onda de Massive Attack, Tricky y todo eso y eso nos influenció mucho”, explicó Lilo Sánchez.
Así, su primer álbum Volumen 1 (2001), era una mezcla entre el trip-hop que estaba escuchando y los sonidos de Panamá: reggae jamaiquino, reggae en español y hasta frases y voces de personas del país.
“Grabábamos un loop de una melodía de algún disco viejo –por eso el grupo se llama Señor Loop– y de repente llegaba Lilo y fumábamos y nos poníamos a tocar por horas con las guitarras. Lilo se iba y yo me quedaba escuchando toda esa vaina y tomaba un pedazo y a partir de ese empezaba una canción nueva”, detalló Iriberri.
“Era un proceso muy extraño, no volvimos a trabajar así. Siempre ha sido diferente, según las piezas que se han ido sumando”, explicó el guitarrista.
El segundo disco, por ejemplo, no fue interpretado por solo dos personas, sino por toda una orquesta latina.
“Vivíamos juntos la mayoría del grupo y pasábamos buscando fiesta, era otra época de la vida, por eso son temas más romanticones, más de tipo soltero”, explica Lilo Sánchez.
Madretambor (2004) los expuso a escenarios y espacios que no se imaginaban: desde el Papaya Fest en San José centro (en el 2006), hasta fiestas o pasarelas de moda.
El tamaño que adquirió el grupo y el concepto de grupo que acompaña la fiesta sirvió por un tiempo, hasta que el núcleo de Señor Loop quiso replantear la fórmula una vez más.
Cambios. Para su tercer disco Señor Loop adoptó un formato normal de banda de rock, con cantante y guitarrista (Lilo Sánchez), guitarrista principal (Iñaki Iiberri), bajo (Carlos Ucar) y baterista (Chale Icaza).
Este cambio se reflejó en el álbum más roquero, MCMLXXXII , publicado en el 2008. Ahí dejaron huérfanos a los fanáticos del sonido alegre y bailable del grupo, pero en ese momento, el contexto fue el que sugirió el giro. “En esa época volvió Noriega a Panamá y vendieron un montón de tierra. El país parecía que, en vez de avanzar, se estaba yendo hacia otro lado, era algo urgente de comentar”, explicó Lilo Sánchez.
Todo el arte del álbum fue elaborado por el artista Jonathan Harker, un colaborador recurrente del grupo. Harker, de hecho, ayudó a escribir El mono y la culebra , único sencillo del siguiente álbum, Vikorg (2013).
La producción de este último álbum giró en torno a “música que pudiéramos tocar en vivo”, comentó iriberri. Ahora, con Andrés Cervilla como trombonista y Tony Drums en la percusión, preparan un nuvo disco en el que el centro serán las canciones, “la estructura clásica, eso que se puede cantar e interpretar con solo una guitarra y unas maracas”, explica Sánchez.
Ya trabajaron algunas canciones en una cabaña en la montaña, pero no precisan la fecha de salida de un nuevo disco.
Diez años después de las sesiones de Madretambor , tienen familias, trabajos que requieren su presencia en la ciudad y claro, un nuevo proceso de escritura y composición.
La presentación de Señor Loop en el FID será una oportunidad para entender cómo la música crea y destruye mundos, resuelve y complica y en general, crea cambio social; justo como el buen diseño.
“Hemos tenidos que evaluar todo desde atrás y recordar pasos que habíamos olvidado; nos hemos puesto a pensar mucho y al final creemos que sí, que la música puede tener ese valor, que es igual de complicada y rica como muchas otras cosas”, comentó Lilo Sánchez.