La música costarricense está en constante cambio; diariamente se identifican más y más jóvenes con la necesidad de hacer arte. La onda urbana no se queda atrás y nuevos talentos se unen a cantar hip-hop con una misma misión: relatar historias de barrio y de lucha.
Una nueva camada de MC ha saltado a la palestra en años recientes; aproximadamente de un lustro para acá, se puede decir que los talentos noveles se están dando más a conocer.
Hay muchas razones por las cuales se ha desatado una especie de nueva onda, entre las principales están las posibilidades que el Internet y facilidades de grabación ofrecen a los talentos.
Aunque para muchos de los nuevos raperos la ayuda ha aumentado recientemente, ellos aseguran que la lucha por hacerse un lugar y tener la oportunidad de decir y cantar sus historias sigue siendo la misma, y se encuentran también a diario con un trabajo incansable frente a sus talentos.
Dinamita Boom, Tínez y Jahckal son tres de estos ejemplos. Estos jóvenes raperos afirman que, a diferencia de sus antecesores, ellos se han visto frente a nuevos proyectos que los apoyan con más facilidad y eso ha resultado en mejores oportunidades.
Del barrio. “Rapera fina, parisina con acento de latina que canta música del gueto”. Esa es Avril Maurel Soto, de apenas 23 años. Mejor conocida en el ambiente como Dinamita Boom; ella representa con orgullo al sexo femenino en el rap tico aproximadamente hace cuatro años.
Fue hasta que se codeó con personas inmiscuidas en el graffiti y el break-dance que supo que lo suyo era hacer rimas y cantar sobre problemáticas sociales.
“Actualmente, los cantantes de rap y de hip-hop tenemos bastantes oportunidades gracias a que hay muchos estudios y productores profesionales que prestan sus servicios; por eso, es que en los últimos años se ha desatado más esta proliferación de artistas”, explicó.
“Hace 10 años no había tanta accesibilidad tanto en tecnología como en estudios”, dijo Tínez, otro de los nuevos artistas del rap tico.
Sergio Martínez Soto es vecino de Purral de Guadalupe, trabaja en un call center como agente vendedor y también vive de la música.
En el caso de Ignacio Céspedes, mejor conocido como Jahckal, de 21 años, él empezó a rapear gracias a la influencia de su hermano, quien también es productor musical.
“La problemática social del pueblo, lo que se vive día a día me identifica. Para mí el rap es una forma de expresión” afirmó.
Este vecino de San Rafael de Cartago afirma que él cree que desde hace dos años ha proliferado la música hip-hop costarricense. Jahckal no está muy de acuerdo en el uso de redes sociales porque asegura que se puede perder el talento en el camino; pero sí cree que los nuevos productores han ayudado a la cultura.
Jahckal trabaja exclusivamente en el estudio Phantom Sounds. “De un tiempo para acá hay más MC, hay más eventos para el género, se organizan entre ellos mismos, todavía falta, pero vamos creciendo”, agregó el artista.