A lo largo de más de tres décadas de carrera, Yuri ha hecho tantas cosas que solo le quedaba protagonizar una película de acción. En el espectáculo de este sábado, la trama empezó con un video, en un callejón húmedo y oscuro; se respiraba tensión. Uno venía por música, pero se encontró, de pronto, preparándose para un combate. “Los robots ya están listos”, advirtió aquella voz tan conocida.
En ese escenario sombrío, propio de filme futurista, la rubia más querida es una guerrera de metálico vestuario. Hay armas, golpes y amenazas. La heroína sigue invencible.
La inesperada introducción, con tal tono de acción fantástica, quizá engañe. El concierto de Yuri en el Estadio Ricardo Saprissa, con robots de por medio y una colección de extravagantes vestidos, fue, en realidad, un derroche de dulzura.
Si algo sigue invencible es la voz de la mexicana. A sus canciones no les pasan los años: ellas las convierte en nuevas armas cada vez que las canta.
El concierto de Yuri estaba programado originalmente para el 14 de marzo, pero por una afección de su garganta, se pospuso. Este sábado, en un concierto lleno de clásicos, hizo que los meses de espera se desvanecieran. El show de este sábado fue el regreso de Yuri al país, tras dos años de ausencia.
Yuri salió a escena liderando a una pandilla de bailarines, ataviada con un tricolor uniforme de combate (y abundantes lentejuelas). Las primeras piezas, agradecidas por el público, fueron Este amor y Dame un beso , con un montaje que colocó el espectáculo firmemente en territorio del cómic. El kitsch desbordado podría opacar a cualquiera, pero no a Yuri. Ella llega a divertirse y uno se rinde pronto. El exceso es el encanto de una diva.
“Este era el tiempo que tenía que venir a compartir. Dios no se equivoca. Estoy mucho mejor, estoy más descansada”, comentó al cierre de la primera parte. Si este año los fanáticos de la música romántica esperaban una noche, era la de este sábado.
Segundo capítulo. Una habitación seca, con luz dorada. Un hombre misterioso bebe. A ella, ¿le interesa realmente portar la máscara? “Sí”, responde. De repente, Yuri lucha con espadas. Ahora, estamos en una película de El Zorro.
Comienzan las notas de Embrujada , como todas las canciones, acompañada por videos de meticulosa producción en los que Yuri se transforma en cuanto personaje desea. Este sábado, Yuri luchó como el Zorro; también fue sirena, vaquera y la amiga de su audiencia.
La introducción a cada canción ( ¿Qué te pasa? , Yo te pido amor , El espejo ) fue un capítulo más de esa historieta tan particular del Tour Invencible .
Entre clásicos, Yuri bromeó con sus amigos (nosotros), preguntó por los ingredientes del chifrijo, habló de una de las canciones más especiales para ella ( Todo mi corazón ), alentó al público a corearla... Había dejado claro que haría lo que quisiera.
En medio de la pomposidad del concierto, ninguna canción sufrió. La calidez de Aire sigue allí; también el drama de Amiga mía .
Yuri trajo un carnaval, romántico, sí, pero también cómico y deslumbrante. Su voz, impecable y fuerte; el montaje, cuidadoso y sorprendente.
Es un juego del cual ella escribe las reglas. “Mejor estudien, porque después acaban como yo, de cirquera”, bromeó Yuri. Una vez que uno se dispone a unirse a la fantasía, disfruta más de esos carruseles emocionales de Amiga mía .
Al cierre de esta edición, Yuri seguía conversando y gozando, cuando faltaban piezas como Déjala , Detrás de mi ventana y Duele . “Yo no tendré pompis como la Jennifer López, pero ella, ¡no canta!”, dijo la mexicana, entre tantos otros chistes.
A lo largo del concierto, agradeció constantemente a Dios y recordó momentos difíciles, como la pérdida de su hermano. Aplaudida por su celebración de Dios, terminó llorando en escena. El público la acompañó con aplausos.
El sábado, una amiga querida del público tico vino a compartir de todo. Una audiencia alegre agradeció cada broma, cada pieza y cada capítulo añadido a la ecléctica comedia. La fantasía de Yuri fue también la nuestra.