“Cuando hay buena gente a tu alrededor y excelentes músicos, todo fluye. No hay que forzar nada y, si nada se fuerza, vamos sobre ruedas, vamos sobrados”.
Seguir esa filosofía de vida ha hecho que la orquesta costarricense Son de Tikizia cumpla, en este 2015, diez años de existencia, o al menos así lo cree Alfredo Poveda, cantante del grupo.
La agrupación deja que el destino sea quien dicte su próximo paso; mientras que sus diez músicos se dejan llevar por la experiencias que han recolectado en el largo camino.
Esa fórmula les ha deparado algunos éxitos: ser de las pocas orquestas de salsa dura que quedan en el país y una discografía de siete álbumes, entre los cuales uno resultó nominado a los Grammy Latino, en el 2012.
El logro más importante para ellos es que la agrupación haya tenido pocos cambios en su alineación original: solo se han ido el trombonista Leonel Rodríguez y el bajista Danilo Castro.
Sus lugares fueron ocupados por César Fumero y Alejandro Castro, respectivamente.
“Eso es muy difícil de conseguir en un grupo tan grande. Siempre hay peleas, inconvenientes que terminan por disolver una orquesta. En nuestro caso es todo lo contrario: cada día somos más apegados, somos una familia”, comentó Poveda.
Walter Flóres, integrante del grupo, coincidió con él. “La amistad que tenemos entre todos es fuerte. Antes de ser Son de Tikizia éramos amigos y el éxito se da porque es algo que nos gusta hacer, no lo vemos como trabajo”.
¿Cómo hacen para mantenerlos a todos unidos? “Un maestro por ahí nos dijo: hay que pagarles bien para que no se marchite todo, y eso hacemos. Ese es nuestro secreto mejor guardado”, bromeó Poveda.
Fuera de chiste, Son de Tikizia hace alarde de sus buenos salarios a los integrantes (que pagan gracias a su apretada agenda), pero asegura que eso no es lo único que influye en la permanencia de sus miembros.
La realización profesional y el buen ambiente laboral también los mantienen atados.
“Nosotros decimos mozoteadera cuando una persona falta el respeto o cuando te quiere serruchar el piso. Nuestra meta era abolir eso; siempre queremos tener buena convivencia. Además, las giras que hacemos en el país y fuera de él da una satisfacción, que cuesta encontrar en otros grupos”, agregó.
Esa hermandad de 10 años es justo lo que más quieren festejar en este 2015. Para ello, harán giras por diferentes zonas de Costa Rica y lanzarán su octavo disco.
Esa producción (aún sin nombre) será un sentido homenaje a las canciones más representativas para la agrupación. Incluirá temas de su primer álbum (Salsa dura para los pies , 2007) y hasta de su última producción (No identificado).
Habrá espacio para lo inédito: Lorito salsero y Costa Rica.
Como es usual, será producido por el músico e integrante del grupo Walter Flores, tendrá 12 piezas y verá la luz en dos meses, aproximadamente.
“Vamos a incluir lo que más nos piden en los conciertos, les vamos a hacer arreglos nuevos para refrescarlas y darles un nuevo sentido”, comentó Poveda, quien estará a cargo de la producción ejecutiva.
Nuevo horizonte. Son de Tikizia tiene aún mucha cuerda para seguir llenando pistas de baile. Este aniversario es el impulso necesario para llegar a 20, 30 o más años.
¿Dormirse en los laureles? Eso es lo que menos quieren y, para evitarlo, los integrantes no piensan en si alcanzaron o no la meta. “Siempre estamos pensando en mejorarnos, en retarnos, en producir, en inventarnos”, comentó Flores.
Es tal su necesidad de reinventarse y ofrecer novedades a su público que el grupo no descarta incursionar oficialmente en otros géneros.
“Cuando estamos en un actividad privada tocamos hasta reguetón y uno no puede cerrarse del todo a este movimiento; aunque, eso sí, hemos tratado de subir la montaña para que no nos alcance el sunami del reguetón”, señaló Poveda.
La orquesta ha hecho giras por Europa, Estados Unidos, entre otros lugares, pero quieren que su música traspase aún más fronteras. Quieren viajar a todo lado.
“La salsa es como el jazz , no es una música de momento como el reguetón, y es sabrosa, todos la disfrutan, así no sepan bailarla. Nos encantaría llevar nuestra manera de tocarla e interpretarla hasta a Japón”, aseguró el cantante Poveda.
A ellos les encantaría cumplir ese sueño siendo la orquesta de su buen amigo y gran influencia, el genial Rubén Blades.
No sería la primera vez que tocan para él, porque ya lo han hecho en muchas otras ocasiones; de hecho, hasta se han ido de gira por Europa. Es tanto el respeto y admiración que le tienen al panameño que desean siempre seguir a su lado.
“El sueño sigue siendo Rubén. Siempre sigue siendo el que más admiramos. Él es una escuela. Nos enseñó que lo importante es la educación, la humildad y el talento. Si no tenemos esas tres cualidades, mejor nos vamos”, afirmó Poveda.
Como Blades está fuera de las opciones porque se retira, escogerían a Óscar De León o Tito Nieves y, si Héctor Lavoe estuviera vivo, también estaría dentro de la lista. “Son artistas muy buenos de la salsa, de los más consolidados”, justificó Poveda.
Camino sin rosas ni espinas. Recordemos que dicen que las casualidades no existen, pero bien podríamos hacer una excepción con Son de Tikizia.
Walter Flores y Alfredo Poveda fueron invitados, en el 2004, para hacer un concierto en el Centro Cultural de España, que se llamó Trombones con salsa .
Eso sirvió para que se percataran de que ese nicho estaba descuidado y para que pensaran en formar un grupo.
“Varios grupos se acababan de disolver y era el momento; pero lo que nos impulsó fue cuando nos invitaron a tocar en el Jazz Café San Pedro”, recordó Poveda.
Comenzaron a tocar en diferentes festivales, lo cual les dio más confianza y solidez al punto de hacerlos pensar en sacar su disco debut: Salsa dura para los pies , 2007.
Antes de todo tuvieron que lidiar con gente que criticó su objetivo: “Hacer salsa en serio, tal como cuando estaba en su apogeo a finales de los 70. No hacer lo comercial”.
En aquellos años, personas cercanas y no tanto jugaban a ser clarividentes y sus predicciones tenían marcado un total y rotundo fracaso para la orquesta “por no tocar música romántica y digerible al estilo de Marc Anthony, de Grupo Niche”.
Los integrantes nunca le discutieron nada a nadie. Su plan era trabajar y punto; querían que su música fuera la única que hablara. “Todos se quedaron con el atolillo en el dedo porque resucitamos aquel estilo de los 70, los jóvenes nos admiran y seguimos más vigentes que nunca”, subrayó Poveda.
Tan activo está el grupo que hasta logró una nominación a los premios Grammy Latino en el 2012 con su disco Boleros .
Aunque, eso sí, fue tomado en cuenta por un disco de boleros y no de salsa, que al fin y al cabo es su fuerte.
“Eso se da por lo mismo por lo que nos criticaban al principio. El mercado de la salsa es muy pequeño: las grandes empresas no dejan de marcar territorio con un Marc Anthony, un Gilberto Santa Rosa, un Víctor Manuel. A ellos no les conviene que alguien como Son de Tikizia brille tanto”, aseguró Poveda.
Otra prueba de su vigencia es su agenda. La tienen tan apretada que hasta han podido darse el lujo de no subir tanto su tarifa por hora: en el 2005, cobraran $200 la hora; hoy, $400. Hoy, en otras agrupaciones, el costo por ese mismo tiempo puede alcanzar hasta los $1.000.
“Entre más eventos, más flexibles podemos ser con el precio y estamos llenos de actividades”, puntualizó Poveda.
Con todo ello, Son de Tikizia tiene madera para seguir dando esa salsa ruda, que, durante 10 años, ha hecho que nuestros pies se mueven sin parar.
Fechas programadas como parte de la gira del décimo aniversario de Son de Tikizia
10 de abril: Club Peppers, en Zapote
15 de abril: Participarán en un homenaje que le hará n a su timbalero Rafael Pangui Mora
17 de abril: Tocarán en Casa Zeller, en Paso Ancho
24 de abril: Ofrecerán un concierto en la Universidad de Costa Rica
21 de mayo: Llegarán al Teatro Espressivo, ubicado en Pinares de Curridabat