Desde Las olas, el primer sencillo de Siempre mar, el grupo nacional 424 demostró que su peso del grupo en vivo es tan importante para ellos como las melodías en los coros y la experimentación con nuevos sonidos.
Pero entre el pesado bajo y el inusual pero atractivo ritmo de batería se esconde una máxima tan sencilla como trascendental. “Las olas se llevaron el dolor / sanaron más que el tiempo”.
“La idea de que ‘las olas se llevaron el dolor’, significa sanación y a la vez tiene sentido para nuestra idiosincrasia porque aquí todos conocen el mar y eso no pasa en todos los países”, comentó Felipe Pérez, la cara más visible del grupo y encargado de escribir esa y otras letras.
“Estamos acostumbrados a ir al mar a descansar, a pasarla bien”, agregó.
En esas líneas también se encierra mucha de la nostalgia y optimismo que reinan en Siempre mar . En este álbum, el cuarteto se replantea musicalmente después de haber llevado sus capacidades de producción al máximo. Según Pérez –cantante y guitarrista– fueron más de 1.000 horas de trabajo las que se requirieron para plasmar 11 canciones.
Siempre mar es el nuevo camino de una banda que en sus conciertos ha demostrado con creces las capacidades de sus integrantes. El producto final se podrá disfrutar a partir de este viernes 19 de agosto en distintas plataformas digitales.
Desarrollo. En manos de Pérez, Guayo Mena, Leonardo Valverde y Juan Carlos Pardo, las interpretaciones en concierto de las canciones del primer álbum, Oro (2012) y los sencillos Nocturna (2013) y Chica de humo (2015) mostraron mayor interés en generar atmósferas. Esas canciones fueron una pequeña muestra del cambio que se avecinaba.
Para la grabación de estas canciones y su nuevo disco, el grupo se reunió en Miut Audio, San Pedro de Montes de Oca. El estudio pertenece a Giancarlo Tassara, ingeniero de sonido que acompaña al grupo en todos sus conciertos (incluso en el extranjero) y coproductor de Siempre mar.
Fue un trabajo complejo e intenso, “quirúrgico”, dijo Pérez, quien trabajó al lado de Tassara como productor. La mayoría de las guitarras se grabaron sin efectos directos a la computadora y luego se reprodujeron en cinco parlantes distintos y ahí se agregaron los efectos.
Las partes de la batería se grabaron sin platillos. Las voces se grabaron separadas, y en canciones como No tenernos estas se superponen a los sintetizadores y se llenan de efectos para generar atmósferas densas; más que producción, realizaron diseño sonoro.
“Hicimos una producción musical muy detallada. Es la forma en que nos gusta trabajar y es la música que nos cuadra oír, también. Más allá de ser cantante o músico, el tiempo en el estudio me fascina”, expresó Pérez, quien dijo compartir el sentimiento con el resto de integrantes.
El trabajo de grabación y producción se extendió de enero hasta junio. El grupo había anunciado que el 30 de junio publicarían el disco; sin embargo, ese día lo que hicieron fue una transmisión por Facebook en la que reprodujeron todo el disco.
Ese día se anunció la nueva fecha de lanzamiento para el 12 de agosto. Finalmente, el disco fue publicado el día 19, después de que el grupo firmara un contrato con Cosmica Records, sello que tiene en sus filas otros artistas indie latinoamericanas como Carla Morrison y Mariel Mariel.
Mar en la voz. Las letras de Siempre mar narran despedidas y momentos de desencanto, pero generalmente tienen un tono optimista: dejan al oyente a las puertas de un nuevo comienzo e invitan a la superación. Estas letras, explica Pérez, le llegaron más lento que la parte musical.
“Prefiero tener primero la música y una melodía poderosa”, comentó Pérez. La canción más antigua del repertorio es Socórreme , una balada de separación (“No podemos rescatar lo nuestro / esto ya no es amor / son restos”).
La composición más reciente es El tranquilo camino, que inicia con un piano melancólico, que luego acelera el paso y da pie a una animada canción de despedida. La canción fue inspirada por la muerte del perro de Tassara, Horus.
Musicalmente, el disco es más animado, tiene más coros pegajosos e incluso ritmos bailables.
“Como grupo habíamos comentado que siendo latinoamericanos no queríamos ser un grupo normal y corriente, otra banda más que toca rock cuadrado”, explicó Juan Carlos Pardo, baterista de 424.
“Soy muy fiebre de los ritmos latinos, tengo cierto vocabulario (musical latino) y varios de ellos también tienen esa afición, por eso lo usamos”, detalló Pardo, quien anteriormente había sido parte de grupos de jazz y rock progresivo.
Esta influencia se percibe en el dembow que tiene la canción Por el bien de todos o el ritmo de cumbia disimulado que trae Respiremos. Estos dos ritmos han ganado protagonismo en el indie pop latinoamericano y 424 se los apropió con mucha elegancia.
“Yo disfruto mucho del rock, pero desde un punto de vista de producción musical es mucho más interesante la producción del pop. El pop es infinito, es el mejor espacio para ejercer la producción musical”, comentó Pérez.
Conciertos. Este fin de semana viajará a México a promocionar el nuevo disco. Se irán por dos semanas, como lo hicieron en mayo y junio del 2013.
Darán un concierto en el Zócalo de la Ciudad de México el 20 de agosto y otro como teloneros de Porter en el Teatro Metropolitan, el 10 de setiembre.
En otro viaje visitarán Monterrey, Nuevo León, para dar un concierto junto a los grupos mexicanos Little Jesus y Technicolor Fabrics, el 4 de noviembre en Café Iguana.
Por el momento el grupo no tiene una fecha de presentación del disco en Costa Rica. Las únicas presentaciones que tienen anunciadas son 14, 15 y 16 de octubre en el Teatro Melico Salazar, junto a la Orquesta Filarmónica, como parte del espectáculo Costa Rica en concierto.
A Pérez no le preocupa que los fanáticos deban esperar para oír en vivo las canciones.
“Es mejor que salga ahora y dos meses después uno hace un chivo donde todo mundo llegue a cantar. Para ambas partes va a ser espectacular, vamos a tener energía rotando y no va a ser como ir a un museo”, comentó Pérez.
Cuando el disco se presente en vivo en el país, la sanación que ofrece Siempre mar, será un ritual colectivo.
“En el disco canto mucho en plural. Me gusta imaginarme que en el concierto vamos a unirnos a sentir estas cosas que cantamos juntos, vamos a tener comunión”, finalizó Pérez.