Con gritos de ‘¡Brava!’, ‘¡Bravissima!’ y una prolongada ovación en pie, la soprano costarricense Íride Martínez celebró su 20 aniversario de carrera artística el viernes, en el Teatro Nacional.
Fue un concierto para no olvidar. Además de sus orgullosos familiares, al encuentro acudieron colegas como la soprano Mercedes Sánchez y los tenores Ono Mora y Johnny Obando.
La sala, que según había reportado la producción estaba completamente vendida, no se llenó en su totalidad; sin embargo, los que acudieron anoche eran, en definitiva, quienes estaban decididos a escuchar a una verdadera diva.
Para complacerlos, la artista presentó un repertorio con tres variedades: extractos de óperas, zarzuelas y una pequeña selección de obras nacionales.
Enfundada en un traje azul profundo, la artista salió a escena pasadas las 7: 30 p. m., tras la obertura de Las bodas de fígaro , interpretada con dominio por una orquesta integrada por músicos de la Orquesta Sinfónica de Heredia y de la Universidad de Costa Rica.
La noche se intercaló entre interpretaciones individuales de la artista, su invitado el tenor mexicano Carlos Ozuna y dúos entre sus voces.
Caro elisir , de L'elisir d'amore ; Care compagne , de La sonnambula ; el dúo de No cantes más la africana y Me llaman la primorosa, de El barbero de Sevilla fueron parte de las piezas que los artistas cantaron con pasión y hasta picardía según su temática.
La orquesta también tuvo oportunidades para lucirse. Mención aparte se debe hacer de las canciones costarricenses: Luna liberiana y Noche inolvidable , interpretadas nada menos que con arreglos del galardonado músico Walter Flores.
Tal y como lo prometió Íride Martínez, las cantó profundamente emocionada. El público le agradeció con una gran ovación.
Dos horas exactas duró la cita. Al final, la artista hizo un alto para agradecerle a los costarricenses todo su cariño. “Muchas gracias por estos 20 años de compañía”, les dijo alegre desde el centro del escenario, donde la acompañaba su esposo, el director musical del encuentro, Siegmund Weinmeister.
Al final de la cita, de pie por tres minutos, el público ovacionó a la diva. Afuera del teatro la emoción no se podía contener.
“La gente se pregunta cómo sería recibir a un cantante de élite en el Teatro Nacional; pues esta noche tuvimos una. Ella es espectacular”, dijo uno de los pupilos de la artista, el tenor Ono Mora.
Por su parte, su colega Mercedes Sánchez aseguró: “Tener a Íride Martínez en casa son oportunidades que no suceden frecuentemente. Ella es una persona que ha alcanzado todos sus logros por su esfuerzo, inteligencia y técnica impecable”.