Para Milo Junco, viajar en el tiempo se ha hecho costumbre. El diseñador de vestuario y escenografía de un centenar de montajes escénicos se traslada, esta temporada, a la Italia de mediados del siglo XIX. En el ambiente y las ropas que imaginó, la ópera El elixir de amor cobrará vida a partir del 26 de julio.
El nuevo montaje de la Compañía Lírica Nacional, que se presentará en el Teatro Nacional, cuenta una vez más con la mano experta de Junco, quien ha trabajado en múltiples óperas desde la primera, Tosca (1980).
Esfuerzo. En casa de este artista se dibujaron los patrones que vestirán la historia de amor con música de Gaetano Donizetti y libreto de Felice Romani. “Uno puede ser muy creativo, pero no irreverente”, opina este hombre que se inició en este mundo en Rusia, en los años 70.
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“Leí como 10 veces el texto, de arriba para abajo, de adelante para atrás, para ver todas las reseñas que incluía, cómo es el ambiente en el que se desenvuelve”, explica.
Por tradición , los montajes sitúan esta ópera en un pueblo italiano –aunque el libreto indica que ocurre en tierras vascas–. Junco conoció a Luigi Di Palma, oriundo de Calabria (Italia), quien le habló de los altísimos árboles de la zona y las casas de piedra que permanecen en pie, rimando con el paisaje.
“Me enseñó una fotografías viejísimas de la bisabuela y la abuela como se visten en verdad en el pueblo”, recuerda Junco. De ellas, tomó referencias para los trajes de los pobladores. “Eso me fortalece mucho a la hora de hacer un vestuario. Cuando hice una vez Aída , casi me hago egipcio”, bromea.
El elixir de amor es una historia ligera, con los pequeños dramas de un amor inocente y salpicada de detalles de los pueblos de Italia y España.
Son trajes con colores vivos, pero más sencillos que los de otros montajes más fastuosos. En la obra, Nemorino adora a Adina, quien solo siente indiferencia. Luego, llega un hombre con una solución en forma de poción.
“Dulcamara es un pillo divertidísimo. He visto la puesta en otros momentos y lo presentan casi como payaso, una figura circense. Eso no me gustó para nada. Es un ‘vivazo’; anda engañando a la gente”, explica Junco. Así, viste a Dulcamara bien elegante, con esa finura truculenta de un seductor de la palabra. “La gente es capaz de creer tan fuertemente en algo que sí le resulta”, dice Junco .
En sus colores, el pueblo muestra la inocencia de otra época, vivamente presente.
La dirección musical de El elixir de amor será de Marzio Conti y la escénica será de Mary Birnbaum. Ivette Ortiz, José Chacón, José Gabriel Morera, William Hernández, Stefano de Peppo y María Aleida Rodríguez. Puede buscar sus entradas en preventa hasta el 10 de julio. Para más información, llame al 2240-0333, extensiones 206 y 217.