Cuando las luces se apagan y las notas comienzan a sonar, el unísono de las voces es capaz de superar cualquier contratiempo, de sacar lo mejor del corazón nostálgico.
Tras una gran crisis con una parte del público y dos horas y 20 minutos de retraso, el concierto ¿Y porqué no? comenzó su derroche de nostalgia música costarricense de los años 80 en el Centro de Eventos Pedregal.
A las 9:20 p. m. de este sábado, la banda nacional Vía Libre se apoderó del escenario, cuando aún algunos asistentes, molestos por los errores de organización, permanecían sobre la tarima en señal de protesta.
No fue fácil empezar; la organización lo intentó en dos ocasiones, pero tuvieron que parar debido a las quejas del público por la falta de asientos en las mesas.
Este problema detuvo el concierto desde las 8 p. m.; durante ese tiempo imperó el caos, los gritos y los reclamos airados a Marvin Córdoba, organizador de esta presentación.
En voz de su presentador, Gustavo Rojas, la producción aceptó que cometió un error. Córdoba respondió al llamado de los molestos asistentes; aseguró que les devolverá el dinero a quienes lo soliciten y negoció con quienes le pedían soluciones.
“Hubo un problema de mesas y no vinieron los centros de mesa. Pasamos a la gente con unos centros de mesa provisionales, pero la gente hizo lo que quiso. Yo voy a solucionar esto y le voy a volver el dinero a este señor, que ellos se quieren”, expresó Córdoba.
Explicaciones. Antes del enfrentamiento, el productor aseguró que se habían alquilado dos salones del centro de eventos, pero solo se usó uno de ellos. Para ese momento, los encargados de ubicar al público en sus asientos simplemente se limitaban a decir que se trataba de una reorganización, ya que no vendieron todas las entradas.
Al ser consultado el por qué de este cambio, Córdoba aseguró que se habían vendido 1.300 entradas, aunque el espectáculo previsto para la asistencia de 1.700 personas.
“Hicimos este cambio porque queríamos que la gente se concentrara y se escuchara bien. Fue para hacerle un favor a la gente”, afirmó, mientras era interrumpido por un grupo de personas a las que, posteriormente, intentaba buscarles mesas.
Por su parte, el actor Gustavo Rojas, presentador de la velada, estaba hablando al público cuando Cecilia Vaglio le pidió el micrófono para expresar su molestia, pues ella y un grupo de amigos compró una mesa para 10 personas, pagó ¢350.000 y no tenía sus lugares asignados.
"Llevo más de una hora aquí y no me han dado el asiento que me toca", dijo la afectada.
Luego, Rojas retomó la palabra para cuestionar a los asistentes. "Me están diciendo que hay personas sentadas en las mesas que ellos pagaron. Por favor, denles la mesa, lo siento pero es así", dijo Rojas. De inmediato recibió la rechifla de gran parte del público.
Minutos después, Córdoba le solicitaba al actor que diera inicio al concierto, pero este se negaba argumentando que el público no se movería del escenario hasta que les resolvieran.
Al ser las 9:05 p. m., un grupo de la Fuerza Pública se hizo presente en el lugar para intervenir si era necesario.
Espectáculo. Al tercer intento de Vía Libre, comenzó la nostalgia. La voz de Fernando Castro –aún potente, a pesar de los años– logró calmar las aguas entre quienes habían esperado más de dos horas en sus mesas y habían tenido que soportar la incertidumbre de un concierto que se negaba a arrancar.
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Con las luces apagadas, más de un millar de personas coreó Tu barca no está más en mi bahía , uno de los temas que hizo grande a la agrupación.
Sonriente, pero con el gesto algo cansado, Castro agradeció a su público la paciencia. La gente le rindió un sentido aplauso al hombre que, con su voz, unió amantes y relató desamores hace más de tres décadas.
Una serie de fotos antiguas de sus integrantes que corrían por las pantallas instaladas en el escenario hizo recordar el paso del tiempo, mientras la agrupación realizó un corto recorrido por los temas Amada mía , Recuérdame y Déjame enseñarte .
En medio de un espectáculo que estaba planeado para tres horas y que tuvo que apresurar su paso, Rooper Cisneros –de La Banda y La Nota– hizo viajar a más de uno en el tiempo para cantar junto a él Los días del arcoíris , Secretos de amor y Te amo , temas que terminaron de aflojar las tensiones entre el público y que lograron que los brazos que antes estaban cruzados se atrevieran a fundirse en un abrazo.
Al cierre de esta edición, aún estaba pendiente que salieran al escenario Alexis Jiménez, de La Banda; Javier Cartín; Jenny Castillo; Ricardo Padilla, Víctor Kapusta, Rogelio Cisneros, que se rindiera un homenaje a los Hicsos y, finalmente, una presentación variada de la banda Chiqui Chiqui, que pretendía hacer que nadie se quedara sentado en su silla.