No creo que exista un dato oficial hasta el momento, pero me lo voy a inventar. Yo creo, con fiel convicción, de que el mundo se compone de un 98% historias de amor. Eso sí, sin categorizar al amor.
Simplemente, entendiéndolo como lo que es, un sentimiento. Nos –y digo nos porque somos mayoría– encantan las historias de amor, las improbables, las que por un ratito nos regresan la fe de que a pesar de la rapidez con la que se mueve el planeta, algún día no muy lejano, nosotros también seremos una gran historia de amor.
Por eso, cuando salió en los periódicos la historia que cuenta cómo el ahora presidente electo de Francia, Emmanuel Macron, conoció a su esposa Brigitte Trogneux, los ojos de los lectores se abrieron un poco más de lo normal, y el importante hecho político que sucedía no atrapó a tantos románticos, como sí lo hizo su gran historia de amor.
Desde que el mandatario comenzó a compartir pequeños relatos de su primer encuentro con Trogneux, algunos especuladores han declarado que es posible que la victoria de Macron, el pasado domingo 7, se deba en parte a la empatía que generó entre los votantes con su cuento con final feliz.
Pero Macron ha demostrado que entiende mejor que muchos cómo funciona el romance o, mejor aún, de qué trata enamorarse empedernidamente. Por esto, cuando le cuestionaron la validez de su matrimonio, el presidente respondió: "siempre presente y cada vez más. Sin ella, no sería quien soy".
Primeros pasos
Cuando Emmanuel Macron, de 39 años, y Brigitte Trogneux, de 64, se casaron, Macron dijo en el altar : "Cada una y cada uno de ustedes han sido testigos, a lo largo de los últimos trece años, de lo que hemos vivido. Lo han aceptado y han contribuido a que seamos lo que somos hoy. Es decir, algo que no es muy común, una pareja que no es del todo normal –incluso a mí no me gusta este adjetivo–, pero una pareja que existe, y esto es gracias a ustedes".
Así, Emmanuel Macron celebró su matrimonio con 'Bibi', como él mismo apoda a su esposa.
Pero esta historia no es solamente atípica por la evidente diferencia de edad entre ambos, sino también por el modus operandi del mandatario, quien a los 15 años era intelectualmente precoz. Estudió en una escuela privada jesuita en Amiens, (Francia).
Según cuenta Brigitte, "se relacionaba con otros adultos como un par en vez de comportarse y actuar como un adolescente".
Brigitte era la profesora de teatro de Macron. Estaba casada con el banquero André Auzière y tenía tres hijos cuando conoció a su actual marido.
"Fue en el colegio, gracias al teatro, donde conocí a Brigitte. Las cosas sucedieron subrepticiamente y me enamoré. Por una complicidad intelectual que se convirtió, día a día, en una proximidad sensible. Después, sin contienda alguna, en una pasión que todavía dura", relata el nuevo presidente de la Quinta República, en su ensayo Révolution. Pero ese encanto que Macron sentía no lo podía contener. El problema era que su edad de ese entonces, 17 años, no le permitía tomar muchas decisiones. Al menos no las legales.
Los retos
Cuando Macron le comunicó a sus padres (ambos médicos) que se quería casar con Brigitte, le pidieron que lo hiciera cuando él alcanzara la mayoría de edad y trataron de sacarle la idea de la cabeza enviándolo a un prestigioso instituto de París.
"No lo podíamos creer. Lo que sí está claro es que cuando Emmanuel conoció a Brigitte, no pudimos decir: '¡qué bueno!'", le confesó la madre del presidente a la escritora Anne Fulda.
Y agregó: "lo que me importaba a mí, no era el hecho de que él estaba teniendo esa relación, sino que estaba vivo, y que no habían problemas".
La madre de Macron también confesó que tuvo que darle un mensaje importante a su nueva nuera; en aquel entonces, cuando su hijo era un adolescente, sabía que su futuro era una piedra preciosa y, por nada del mundo, permitiría que se perdiera en el camino.
Por esto, le advirtió a Brigitte que ella ya tenía su vida y que Macron no tendría hijos con ella.
Sin embargo, el mandatario percibía la situación con otros ojos.
"La verdadera valentía fue la suya. La determinación generosa y paciente también. Ella tenía tres hijos y un marido. Por mi parte, yo era un estudiante y nada más. No me quería por lo que yo tenía, por una situación, por el confort o la seguridad de aquello que yo aportaba. Ella renunció a todo esto por mí. Lo hizo preocupándose constantemente por sus hijos. Nunca impuso nada, pero hizo entender, con dulzura, que lo impensable podía imponerse", detalló el líder.
Lo que pasó después de la conversación con la madre y Brigitte no se sabe.
Pero después de todo, Macron no se quedó en un hogar de dos. El presidente electo tiene ahora tres hijastros y, a través de ellos, siete nietos.
Primera dama
Brigitte Trogneux nació en Amiens, Francia, en el seno de una acaudalada familia pastelera. Cuenta que cuando conoció a su actual esposo la cautivó su inteligencia: "tenía una forma de pensar que nunca antes había conocido. Además, cuando llegué a dar clases a ese instituto todos estaban hablando de Emmanuel".
Como pasaban tanto tiempo juntos, comenzaron a escribir una obra de teatro entre los dos.
"El día en que escribimos esa obra, sentí que estaba trabajando con Mozart".
Y así, la escritura se convirtió en una excusa para pasar tiempos juntos.
"Siempre tuve la sensación de que nos conocíamos de antes", dijo Bibi.
Trogneux le contó a la revista Paris Match que cuando Emmanuel tenía 17 años le prometió que regresaría por ella después de salir del instituto al que sus padres lo habían enviado.
"No te vas a poder deshacer de mí. Voy a regresar y nos vamos a casar", dijo. Era 1990.
Eventualmente, se casaron en 2007, cuando él tenía 29 años, y ella 54.
Después de casarse, la pareja se fue a vivir a París, donde ella empezó a dar clases en un instituto privado y él se desempeñó como alto funcionario, banquero y, finalmente, entró a formar parte del gobierno del presidente socialista François Hollande; posteriormente, fue electo ministro de Economía. En el 2016, Macron dejó el cargo de ministro para lanzar su movimiento ¡En marcha! (en francés, En Marche!) del partido político socioliberal; desde entonces, Trogneux ha estado siempre junto a su esposo.
"Emmanuel tiene que ser elegido este año sino... ¡imagínense mi cara en cinco años!", afirmó este año Trogneux con humor a un medio francés.
La campaña
Macron en distintas entrevistas promete que la mitad de los candidatos de su partido En Marche! en las próximas elecciones legislativas de junio serán mujeres.
Desde los inicios de su campaña electoral, dejó muy claro que su esposa tomaría un puesto importante en la política, y que no la tendría como un trofeo y ya.
"Ella tendrá una presencia, una voz, una mirada sobre los temas. Estará a mi lado, como siempre lo ha estado, pero también tendrá un rol público", afirmó.
Además, distintos medios europeos han destacado la labor de la próxima primera dama, así como su simpatía para tratar a los demás.
"Quizás, la palabra que mejor define el trabajo de Brigitte a lo largo de la campaña es coach, una especie de entrenadora que ayuda a Macron a preparar cada discurso, cada debate, cada intervención pública. Sabe cuándo y dónde el candidato debe hacer énfasis en una palabra u otra, y con qué tono debe dirigirse al público. Tiene la capacidad de reconfortarlo y tranquilizarlo antes y después de cada mitin", explicó Mathieu Magnaudeix, periodista.
Entonces, viéndolo desde ese punto de vista, no existen razones para desaprobar el polémico matrimonio. Mucho menos cuando la razón es la edad.
Tan solo son números.
Cuando Macrom pide que su relación debe ser avalada ante la sociedad, y no juzgada por como se ve o según los estándares establecidos de una población que comparte un mismo credo, Macrom también está diciendo que debemos aceptar lo que no es convencional. Lo que no está en los libros. Dice que todas las formas de amor son válidas, las sinceras y las únicas. Las que existen. En su retórica, le pidió a un país entero que votara por él, porque su historia de amor era también nuestra.