Cuando Shirley Cruz Traña le escribía su carta al Niño Dios para Navidad, le pedía una bola de fútbol.
Parece que el Niño no le hizo caso porque, según contó más tarde la estrella de fútbol femenino del París Saint Germain, en la infancia nunca le regalaron una.
Quienes la salvaron fueron sus siete hermanos varones; ellos la integraron al equipo familiar sin mucho trámite con el visto bueno de los padres, Isidro y Marquesa, y fueron sus primeros consejeros y estrategas en ese deporte. Ahí nació el romance que hoy se prolonga sobre las canchas francesas.
A sus casi 32 años, Cruz acumula doce temporadas en Francia con 67 goles en 294 partidos (37 tantos con el Olympique Lyon entre 2006-2012 y 30 con el PSG desde el 2012). Ha ganado seis títulos de la liga francesa, cuatro subcampeonatos, dos Copas y dos Champions femeninas, según los datos del periodista Rodrigo Calvo publicados por este diario a finales de abril pasado.
Fue a finales de ese mes que trascendió su cuarta nominación a ser la mejor jugadora del fútbol francés. El reconocimiento al final no se lo dieron, pero el solo hecho de haber estado entre las candidatas ya es un honor para ella y para el país.
Atrás quedaron los años de usar pelo corto para infiltrarse en los equipos masculinos ante la ausencia de equipos femeninos donde jugar y mostrar el valor de su izquierda.
Considerada por los expertos como la mejor futbolista tica de todos los tiempos --incluso, sobre muchos hombres--, Shirley Cruz Traña está volando en Europa.
Potencial sin límite
“La volante creativa Shirley Cruz Traña, considerada la mejor jugadora costarricense de la actualidad, realizará una prueba de tres meses en el fútbol de Francia, con el club Olympique de Lyon.
”La josefina, de 20 años y futbolista del Saprissa, viajó el lunes pasado a territorio francés”, informó este diario el 29 de diciembre del 2005.
Se fue a hacer una prueba y se quedó en tierras galas, donde confirmaron lo que aquí se había descubierto: la futbolista tiene un inmenso potencial que en la cancha se destaca por un juego ágil, fuerte y con estrategia.
La joven se convirtió en la segunda futbolista tica en Europa, después de Gabriela Trujillo, quien jugó con equipos españoles.
El trabajo que precede su arribo a Europa incluye el debut profesional en los Juegos Deportivos Nacionales de San Carlos, en 1999.
Ahí se confirmó el talento que la deportista desplegó años atrás, cuando jugaba futbol salón en el Colegio de Rincón Grande de Pavas.
Cruz es originaria de ese distrito josefino, un territorio donde conviven los extremos de la sociedad: la riqueza que raya en la opulencia y la pobreza extrema.
“(...) mis amigas me vacilan mucho por vivir ahí, pero ya me acostumbré y no me gustaría irme de Pavas. Ahí están mis amigos y las personas que quiero”, contestó en una entrevista en marzo del 2004 en la cual dejó ver la madera de la que está hecha.
Su carrera en Costa Rica incluye, desde el 2001, las selecciones femeninas Sub-19, donde anotó 20 goles, y su paso por la selección mayor, con 11 tantos como capitana.
“Para crecer hay que llorar, y yo lloré bastante. Una de las partes más difíciles de todo este tiempo es que no entendía nada y la jugadora francesa no estaba acostumbrada a que uno llegue y le quite su lugar. Ellas se ponían celosas; luché mucho por ganarme un respeto”, compartió en abril del 2015.
No ha sido fácil, pero la cosecha ha sido pródiga. Ella sigue dando frutos.