A 144 kilómetros de San José, se alberga, bajo el horizonte, un paraíso tan impenetrable y protegido que solo es posible ingresar mediante la vía natural: a través de un impresionante laberinto acuático.
El sol está por ponerse mientras una lancha privada nos espera en La Pavona para transportarnos hasta Tortuguero, una especie de tesoro que siempre ha estado ahí, pero que pocos costarricenses han descubierto.
Excepto por el motor del bote, el paraje pareciera libre de adulteraciones por la mano del hombre. ¿Quién creería que hasta 1975 fue una una región de zona de explotación maderera?
El viaje toma 40 minutos entre pronunciadas curvas que los pangueros se aprendieron de memoria cual mapa del tesoro, y ya ni siquiera necesitan la luz del día.
Al llegar a la región donde el caudal se extiende como si fuese una especie de llanura acuática, las luces anuncian el único rastro de civilización en el lugar.
El río divide a Tortuguero en dos: el parque nacional y el pueblo en una de las orillas, y los hoteles más lujosos en el otro extremo.
El requisito de la noche es ponerse zapatos cerrados y apagar las luces blancas para adentrarse en un sendero que nos conducirá hasta la costa a la que cada año arriban cuatro especies de tortugas: verde (de julio a octubre), baula y carey (ambas entre febrero y marzo), y cabezona, en menor medida.
Al llegar a la pista de aterrizaje que se ubica dentro del parque (la forma menos común de llegar a Tortuguero), el guía Aníbal Valverde advierte que en días anteriores confirmaron la presencia de jaguares en los senderos y en la costa.
Estos felinos, que se caracterizan por ser solitarios y territoriales, se han visto obligados en los últimos 20 años a desplazarse hasta la playa en época de desove para alimentarse de las tortugas. Según Valverde, lo más curioso es que se les ha visto compartiendo su presa entre dos o más jaguares.
Por supuesto, todos cruzamos los dedos deseando no toparnos de frente con uno de estos depredadores, tal como le ocurrió a un grupo de turistas a inicios de setiembre. Valverde continúa y explica que, a menos de que se trate de una hembra con crías, un jaguar difícilmente se acercará a los humanos.
Una vez sobre suelo arenoso, llegamos al clímax del recorrido: una tortuga verde –la especie estrella de este lugar– está en pleno trance y está comenzando a depositar sus huevos. Aquí no se permiten cámaras fotográficas ni de video, y tampoco luces para no perturbar al reptil.
El Parque Nacional Tortuguero fue creado en 1975 con el fin de proteger a las tortugas verdes en peligro de extinción. Hoy, decenas de guardaparques y voluntarios se dan a la tarea de evitar el saqueo de nidos y la cacería de tortugas para vender su carne en el mercado ilegal, a ¢800 el kilo, mientras los huevos se venden cocidos con chile panameño, a ¢500 cada uno.
Los canales
En 1987, el director Carlos Saura buscaba una locación para rodar El dorado , cuyo presupuesto ascendía a $10 millones y se convertiría así en la producción más costosa del cine español.
Saura requería un lugar que imitara la espectacularidad del río Amazonas para relatar la historia del conquistador Lope de Aguirre, quien por encargo del rey Felipe II partió hacia Suramérica en busca del reino de El Dorado, donde se suponía que abundaban el oro y las piedras preciosas.
La entonces embajadora de España en Costa Rica, Carmen Rico-Godoy, invitó al cineasta a visitar los canales de Tortuguero. La búsqueda del sitio perfecto había culminado.
El filme no topó con tanta suerte como el scouting de locaciones, pues fue un fracaso comercial. Sin embargo dejó retratada por siempre la belleza de Tortuguero en los 35 milímetros.
Aquella expedición de artistas habrá representado, quizá, el más agitado trajín en la historia de este pueblo, donde no hay semáforos, ni calles, ni carros.
Hoy, los canales no son un set de filmación, pero cada año siguen siendo el foco de atracción para cientos de turistas extranjeros que se marchan maravillados por la riqueza natural que asoma la cabeza en las orillas del río.
Los lectores de esta revista nombraron a Tortuguero como la maravilla turística más interesante del Caribe, aunque los canales todavía podrían recibir muchas visitas ticas más.
Este destino ya recibió los aplausos, ahora solamente lo espera a usted.
Escuche aquí un reportaje preparado por el periodista Jorge Vindas, de ADN Radio, quien también realizó un recorrido por la zona de Tortuguero.