Para más de la mitad de los consultados, las parejas homosexuales deberían tener los mismos derechos que las heterosexuales. Esto opina el 55% de quienes respondieron la a la última encuesta de la firma Unimer para La Nación , efectuada entre el 4 y el 10 de enero, a 1.200 personas de todo el país.
Ese porcentaje sube al 60% entre quienes tienen de 18 a 39 años. Por otro lado, el 41% de los entrevistados se manifestó abiertamente en contra.
A todos ellos también se les consultó si conocían los proyectos de ley acerca de las uniones civiles de personas del mismo sexo. Siete de cada diez confirmaron que sí están enterados de las iniciativas que hay en la Asamblea Legislativa. Los universitarios son quienes están más al tanto del tema.
Para quienes representan a los grupos que han impulsado el reconocimiento legal de las uniones homosexuales, estos datos reflejan un gran avance.
Francisco Madrigal Ballestero es el jefe de la unidad política del Centro de Investigación y Promoción para América Central de Derechos Humanos (Cipac): “Hemos visto una transformación del pensamiento en el tema de derechos de las poblaciones gais-lésbicas. Aunque hemos avanzado, sigue siendo importante fomentar una sociedad más respetuosa de las diferencias”, asegura Madrigal.
El Cipac presentó hace casi seis años, el proyecto de ley 16.182 para la modificación del artículo 242 del Código de Familia. En la Asamblea también está en estudio el proyecto 17.668, sobre sociedades de convivencia. Ninguno de los dos ha pasado de las comisiones legislativas, a pesar de que se le solicitó al Ejecutivo convocarlos a sesiones extraordinarias.
Para la socióloga de la Universidad de Costa Rica (UCR) Montserrat Sagot, los datos reflejan una mayor información de la gente, incluso, desde los púlpitos: “No me sorprende que sean las personas jóvenes las que más apoyen este proyecto ya que, como resultado de muchos factores (televisión, Internet, cine), el tabú sobre la homosexualidad se ha empezado a derrumbar”.
La psicóloga del Ministerio de Educación Rocío Solís considera que la visión sobre los derechos de los homosexuales ha cambiado con el tiempo: “Hay más información y las personas son más tolerantes con la diversidad”.
No obstante, Alexandra Loría Beeche asegura que, a ella, la experiencia le ha mostrado lo contrario de lo sugerido por los datos de Unimer. Loría integra la comisión de bioética de la Conferencia Episcopal Costarricense –órgano que reúne a los obispos del país–.
“Yo viví la recolección de firmas para el referéndum. A mí me firmaban ocho de cada diez personas. Ellos estaban de acuerdo en que se consultara, y en que los efectos del matrimonio debían reservarse para las parejas formadas por un hombre y una mujer. La mayoría de los costarricenses lo que quiere decir es que, en Costa Rica, no se discrimina a los homosexuales. Pero una cosa es respetarlos y otra es darles los efectos del matrimonio”.
Loría confirmó que se están recolectando firmas para modificar el artículo 52 de la Constitución Política, de manera que se defina el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer.