La historia humana es cíclica, tanto, que el fracaso en el cambio en la fórmula de la Coca-Cola ahora parece estar repitiéndose con otro de los productos íconos de la cultura pop.
25 años atrás, un panel de expertos de esa empresa concluyó que era necesario cambiar el sabor de la bebida y, con bombos y platillos, lanzaron al mercado la nueva gaseosa. Un error rotundo. Las ventas se desplomaron y fue necesario regresar a la fórmula original, bajo el concepto de “Coca-Cola Classic”.
Hoy, 35 años más tarde, es la revista Playboy la que demuestra que aquello de que el cambio siempre es bueno no es una máxima universal.
Hace dos meses, tras lanzar su última edición con desnudos –con la actriz Pamela Anderson en portada–, la revista decidió reinventarse: más artículos y cero mujeres sin ropa.
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El objetivo era el de rescatar el tiraje que alguna vez hizo grande a esta publicación, cuyos lectores de siempre ya fallecieron o dejaron de interesarse por la pornografía en papel.
Playboy se lanzó a la caza de un público más joven y culto. He ahí el error.
“En menos de dos meses, el invento ha resultado catastrófico. Los millennials, quienes por definición son los jóvenes de 16 a 35 años, no leen en papel. Su mundo es digital y lo consumen a través del computador, tableta o celular”, señala la revista colombiana Semana.
“ Por otra parte, eliminar los desnudos le quitó a Playboy su identidad. Desde el primer número, con Marilyn Monroe en 1953, hasta Pamela Anderson hace dos meses, todas las famosas se destapaban para la revista”, agrega.
Cooper Hefer, el hijo del magnate fundador de Playboy, Hugh Hefner, fue uno de los principales opositores de esta medida. Sin embargo, el equipo de analistas de la pionera revista no estaban del todo equivocados en cuanto a sus apreciaciones.
Con el primer número sin desnudos, hubo un notorio incremento en las ventas. Esa edición tenía 42 páginas de anuncios, lo que significa un aumento del 55,5% respecto de la edición con Pamela Anderson, según datos de El Universal .
Pese al repunte, la nueva Playboy ni siquiera se acercó a los números de los años de oro de la revista. En 1972, su circulación superó los 7 millones de ejemplares, pero en la actualidad vende tan solo 800.000.
¿Muere la revista?
Este lunes, el Wall Street Journal anunció que la franquicia Playboy está en venta. Los accionistas esperan conseguir al menos $500 millones: $200 millones por la mansión de las conejitas y el resto por la revista y el derecho a explotar el logo que, hoy por hoy, se considera el activo de mayor valor de la firma. Es tan reconocido en el mundo como el de la manzana de Apple o el bumerán de Nike.
La mansión había sido colocada en el mercado desde enero de este año con una sola condición: el excéntrico Hefner, su residente desde hace 45 años, seguiría viviendo ahí, y su habitación sería privada.
Mientras la revista parece haber entrado en una lenta agonía, Semana no avisora un panorama distinto para el magnate: “Hoy, Hefner en lugar de tener a las conejitas a su alrededor, tiene enfermeras. Y en lugar de sus famosos tabacos, tiene un tanque de oxígeno. Sus días están contados y sin él Playboy no es Playboy. Por lo tanto, lo mejor era vender”.