Costa Rica regresa a una Copa del Mundo doce años después de su Verano Italiano, con una generación con mucho talento y grandes expectativas; los nacionales atravesaron el planeta para poder representar al país en una justa mundialista, que avivó las madrugadas costarricenses.
Corea del Sur fue la casa de los nacionales en el primer mundial y único hasta el momento jugado en dos países a la vez.
Los nacionales arribaron a suelo coreano con grandes atestados en su currículo, pues venían de la mejor eliminatoria que ha tenido un combinado de Concacaf.
Desde la conformación de la lista de 23 convocados a este mundial empezaron los dolores de cabeza para Alexandre Guimaraes.
“Para mí era muy fácil hacer una lista de 30 jugadores y tener esa misma calidad que la de 23. En Costa Rica había 30 jugadores que se merecían ir al mundial, llegado el momento le tocó a Guima hacer la lista que fue de las más difíciles”, detalló César Eduardo Méndez, asistente de Guimaraes en el Mundial.
Con la lista definida y los rivales estipulados, Costa Rica inició su segundo mundial el 4 de junio de 2002 ante China, un país muy diferente al nuestro, pero en el que resaltaba un rostro muy conocido y que había marcado el balompié nacional: Bora Milutinovic.
El serbio llegaba a su quinto mundial con cinco selecciones diferentes y el juego con los asiáticos no sería sencillo ante un viejo zorro del fútbol.
Con Wílmer López en banca, Costa Rica salió a la cancha del Estadio de Gwanju con la convicción de no fallar, pues en teoría era el rival más sencillo del grupo.
“Perdimos 45 minutos, cuando a China debimos haberle metido cinco goles. El cuerpo técnico nuestro había estado bajo las órdenes de Bora y tal vez ese respeto por él pudo haber afectado” detalló Erick Lonis, capitán de la Selección Nacional.
Una jugada entre Rónald Gómez y Paulo Wanchope deparó en el 1-0 de la nacional. Costa Rica volvía a gritar un gol en un mundial doce años después de aquel lejano tanto que consiguió Rónald González en Bari, Italia ante Checoslovaquia.
“Después de que pasó el primer tiempo, pasaron los nervios de ese debut, el equipo jugó mucho mejor y pudo encontrar los goles”, comenta Luis Marín, defensa de Costa Rica.
A los 65', Mauricio Solís cobró en corto un tiro de esquina, Rónald Gómez se le escabulló a un zaguero y centró para que la cabeza de Mauricio Wright decretara el 2-0 definitivo... Costa Rica sumaba a China en la lista de víctimas en mundiales, la cual ya tenía los nombres de Escocia y Suecia.
Batalla Turca
Con tres puntos en la bolsa las ilusiones ticas se centraban en el segundo juego del mundial, el que parecía clave para aspirar por segundo mundial consecutivo a la segunda ronda.
El 9 de junio la bandera de Costa Rica ondeó en el Estadio de Jeju en Seogwipo, donde la Sele se vio las caras con Turquía en una verdadera batalla campal.
“Sabíamos qué clase de equipo tenían los turcos. Eran muy agresivos y tenían muy buenos futbolistas en un alto nivel”, detalló César Eduardo Méndez.
A los 56’ , luego de fallar opciones claras de gol, la Tricolor se vio abajo en el marcador, quizá injustamente.
Una pelota que no pudo despejar Gilberto Martínez terminó en los pies de Emre Belozoglu y este abombó las redes del marco defendido por Erick Lonis.
Guimaraes arriesgó a más no poder, ingresaron de variante Hernán Medford, Winston Parks y Steven Bryce, en lugar de Centeno, Wallace y el Pato, pero la consigna era clara: empatar o ganar a como fuera.
Los cambios dieron sus frutos: un balón largo al área encontró a Paulo César Wanchope, quien bajó el balón para Steven Bryce y este centró para que Winston Parks, a marco vacío, pusiera el 1 a 1 a cuatro minutos del final.
Parks tuvo el 2 a 1 en los últimos segundos, una jugada que aún retumba en la cabeza de los integrantes de esa selección.
“Yo quería tirar un balón a la espalda de los centrales. Tiré uno largo y Chope la cabeceó. Cuando le quedó a Winston levanté los brazos y dije ¡gol!. Ese partido fue una gran decepción porque sentimos que éramos más equipo que Turquía”, recordó con nostalgia Lonis.
Sin miedo a Brasil
Con cuatro puntos, las opciones de Costa Rica eran complicadas, pues cerraba ante la poderosa Brasil, que a la postre fue campeona y los turcos se medían ante China.
Sin que eso importara, Guimaraes alineó de la misma manera que en gran parte de su proceso, con una propuesta netamente ofensiva.
No importó que al frente estuviera Ronaldo o Rivaldo.
“Decíamos que el más rápido era Tuma Martínez y tenía que marcar a Ronaldo, pero la velocidad del él era increíble. Nos dimos cuenta que estábamos frente a un fenómeno”, dijo Marín.
En el 38’, Costa Rica perdía 3-0 con doblete de Ronaldo y un tanto de Edmilson.
La reacción se dio un minuto después, con una gran jugada de Paulo Wanchope que deparó el 3-1.
Sin miedo a salir goleado, Guima saca a Harold Wallace y mete a Steven Bryce, quien pone el centro que impacta Rónald Gómez para un 3-2 que ofendió a Brasil y puso a soñar a toda Costa Rica.
Después de eso los goles de Rivaldo y Junior sellaron un ingrato 5-2.
“Lo que queda es que ese grupo no se traicio nó nunca, la esencia del grupo no se perdió”, contó Méndez.
Con el pitazo del egipcio Wagih Farag, Costa Rica quedó eliminada.
“A como jugamos teníamos que llegar a semifinales como lo hizo Turquía”, finalizó Lonis.
Solo Medford logro repetir
El legado de la primera clasificación a una Copa del Mundo para Costa Rica se fue diluyendo con el pasar de los años y las no clasificaciones a este torneo.
Uno a uno se fueron retirando jugadores como Luis Gabelo Conejo, Roger Flores, Mauricio Montero o Juan Cayasso.
De esos 23 jugadores que disfrutaron el Verano Italiano solamente uno pudo deleitarse con otro mundial mayor y darse el lujo de representar a Costa Rica nuevamente.
Hernán Medford, que en Italia 90 era un joven de 22 años, en Corea y Japón 2002 estaba transformado en uno de los líderes de la selección.
Ya con 34 años y un poco menos veloz que en su primer mundial, Medford gastó su último cartucho tricolor en ese torneo.
En ese momento, Medford podía darse el lujo de decir que había jugado cinco de los siete juegos de la Sele en mundiales.
Guima guió
En el caso de Alexandre Guimaraes, vivió su segunda experiencia en un mundial, pero con un rol diferente.
En Italia 90 era un espigado volante que ayudó a la tierra que lo adoptó a trascender en un mundial, pero en Corea y Japón 2002 era la voz de mando en el camerino, el que giraba las instrucciones y sobre quien caían las responsabilidades.
Guima estuvo en cuatro partidos como futbolista y tres como entrenador de Costa Rica.
Cuatro años después, Guima se convertiría en el técnico con más partidos en mundiales al frente de la Sele.
Otro de los casos curiosos es el de Rodrigo Kenton, quien en Italia 90 estuvo como asistente del serbio Bora Milutinovic y doce años después era uno de los consejeros de Alexandre Guimaraes.
Tanto Guimaraes, Kenton como Medford cumplieron roles diferentes, pero ayudaron a Costa Rica en sus dos primeros mundiales.