En medio del barullo cotidiano de las calles del oeste de barrio Amón, Casa Pagés es un oasis de arte que fluye al ritmo de sus particulares inquilinos.
En su piso superior se encuentra el taller del artista Roberto Lizano ; en las habitaciones exteriores del piso inferior colindan, una puerta frente a la otra, Libros Duluoz y el Café Rojo; y, en el fondo –en el corazón del edificio– se esconde La Casona Iluminada.
“La Casona Iluminada, más que un espacio físico, es un espacio de gestión” , afirma la directora del lugar, Carolina Lett.
Lett no solo se refiere al modelo de trabajo que, durante un año, han impulsado desde Casa Pagés sino al origen del proyecto, en Argentina.
Este 16 setiembre, la Casona Iluminada celebra un año de faena en Costa Rica. La fiesta atraviesa el continente porque su primera casa de tres pisos, en Buenos Aires, cerró en junio. Sostuvo cinco años de trabajo continuo.
La tropa de artistas que concibió “Ilu”, como se le conoce afectuosamente al proyecto, decidió alquilar una casa de habitación para desprenderse de la tramitología de producir en teatros convencionales.
“Es importante vincular al teatro no solo como una presentación solemne sino como un acto de celebración, algo más dinámico”, dice Lett sobre el espíritu del trabajo en La Casona.
Mientras en Buenos Aires el proyecto descansa por un tiempo, la semilla que Lett trajo a San José germina un nuevo espacio: este viernes, a las 10 p. m., La Casona trasladará su celebración de aniversario al edificio Steinvorth para inaugurar un segundo hogar en Costa Rica.
La actividad estará abierta al público y ofrecerá lo que convencionalmente se espera de un cumpleaños así: música y comida; espectáculos de baile y teatro.
Lett detalló que en el Steinvorth tendrán una sede itinerante: un espacio que tendrá la capacidad para recibir presentaciones de mayor formato –hasta festivales–; y, además, tendrá el potencial de impulsar la meta ulterior a la que aspira La Casona como modelo de producción artística.
“La idea es que se nos abran otros espacios para irlos tomando y ofrecérselos a los artistas”, proclama Lett. “A nosotros no nos interesa lucrar. Nos interesa apoyar al artista; que él sea el gestor de su propio proyecto y ofrecerles (para ello) los espacios de creación. Yo creo que eso es lo principal”, asegura.
Una casa, un teatro.
Quizás el rostro más público del trabajo de La Casona es un teatro de pequeñas dimensiones: un escenario con una longitud 45 metros de largo por dos de ancho que no tiene butacas ni telones.
De la habitación se sostiene un diseño de luces sencillo y, en el piso, se ubican las sillas de la audiencia, al mismo nivel en el que se desenvuelven los actores y se mueven los bailarines.
A la fecha, el lugar ha albergado 24 espectáculos diferentes.
“Yo creo que estos espacios, estos microlugares, son muy importantes para que los artistas les den un significado nuevo a sus obras, la replanteen y usen la arquitectura a su favor”, asegura la artista Jennifer Monge, quien se integró, a principios de este año , a la asociación civil que administra La Casona Iluminada.
“Los teatros no nos están conectando con la gente, estos lugares nos retan y hacen que San José active no solo lo comercial sino también lo artístico”.
Monge forma parte de la otra cara del proyecto de Lett: los miembros del gremio escénico, quienes han encontrado dentro de la Casa Pagés un lugar para organizar talleres y otras actividades de formación profesional.
Entre semana, cuando no hay cartelera para el público, La Casona ofrece un nutrido repertorio de artistas invitados tanto de grupos nacionales como internacionales. Entre ellos, personajes del proyecto argentino.
“Es una alternativa de las artes escénicas. Es una experiencia de ver el teatro en un espacio no teatral, con mayor cercanía con el público. Es un formato diferente que incentiva para que los artistas puedan crear”, describe Lett sobre la forma en la que han diferenciado al espacio de otros escenarios independientes.
En otras palabras, la habitación de La Casona es un lienzo limpio para que cada artista lo pinte a su gusto.
Sin tener restricciones de mobiliario, la habitación de Casa Pagés se puede acomodar a cualquiera de las necesidades que tengan los artistas (por ejemplo, el equipo del último montaje que se presentó allí, El apocalipsis de mi vida , decidió pintar las paredes de rosado).
Por otro lado, la sede itinerante en el Steinvorth forma parte de un proyecto bautizado como Barrio, del cual La Casona forma parte como uno de los planes piloto que su dueño, Julián Mora,ha estado preparando.
“Nos llegaron propuestas que no daban con este espacio por las dimensiones y, como somos una asociación sin fines de lucro, no tenemos el financiamiento para alquilar otros espacios”, dice Lett sobre la nueva sede en el Steinvorth. “Lo mejor que podíamos hacer era hacer una alianza con un espacio que entendiera la dinámica y que pudiéramos tener una sede itinerante”, afirma.
La programación del Steinvorth se realizará por medio de una eventual convocatoria de proyectos para los artistas.
Un proyecto de amor.
En el último informe contable de La Casona Iluminada, las finanzas del espacio cerraron con una ganancia de ¢90.000. Cuenta Lett que el equipo celebró la cifra como un logro motivador.
“De esto no se gana plata. Es imposible”, enfatiza la productora, quien trabaja como directora de arte en publicidad y cine para obtener su ingreso principal.
Este año, no obstante, el espacio consiguió el apoyo del fondo Proartes para sostener sus actividades de formación profesional durante el 2016.
“A pesar de que es una iniciativa independiente, es superimportante mencionar que se necesita apoyo estatal para subsidios. Se necesitan subsidios para teatros independientes porque la verdad es que de esto no se gana”, argumenta Lett.
“A todo el equipo nos une la pasión por el teatro y no trabajamos el teatro como una sociedad de lucro sino como un espacio de apoyo y alianza con los artistas”, dice la directora.
Por lo mismo, el trabajo de La Casona Iluminada no termina cuando se apagan las luces y el público se marcha. Lett habla de la importancia de motivar a los “artistas gestores” a que creen sus proyectos dentro de sus casas y que los gestionen con su apoyo.
“Hemos trabajado muchísimo en darle una casa a los artistas; en recibirlos con mucho amor con sus proeyctos y darles el espacio que, aunque nos gustaría tener más dinero y mejor condiciones, ellos lo reciben muy bien porque el trato siempre lo damos con amor”, asegura Lett.
Una fiesta en el Steinvorth.
La Casona Iluminada celebrará su primer aniversario en Costa Rica este viernes 16 de setiembre a las 10 p. m. La actividad se llevará acabo tanto en el Lucernario del Steinvorth como en el segundo piso (antiguo bar). La fiesta de cumpleaños incluirá presentaciones de teatro y danza con algunos de los grupos de artistas asociados al proyecto. También habrá actividades de bodypainting y música de DJs. Asimismo, se ofrecerán ventas de comida y bebidas para los asistentes. La entrada al edificio será gratuita pero tiene el cupo del lugar es limitado. No hay reservaciones.
Montajes de setiembre en Casa Pagés.
Los fines de semana de setiembre, La Casona Iluminada continuará su programación teatral con tres funciones de viernes a domingo. Este viernes ofrecerán Agárrense , un texto del dramaturgo Arnoldo Ramos sobre la cultura masculina del fútbol costarricense. La puesta está dirigida por Katherine Peytrequín y producida por La Raíz Teatro. El viernes 23 de setiembre, presentarán un remontaje de Sobre mi casa una nube roja de Proyecto En Rojo. Las entradas tienen un costo de ¢ 5. 000 en el día de la función. Las funciones se ofrecen viernes y sábado a las 8 p. m. y los domingos a las 6 p. m.