Según el investigador Tomás Castellanos Vázquez, la comedia musical es un género relativamente joven en la historia del teatro. Aunque la danza y la música fueron utilizadas en escena desde los albores de la tragedia griega, no es hasta el siglo XX que esta manifestación se consolida en Estados Unidos. Heredera de las operetas y los espectáculos de variedades, la comedia musical alcanzó su madurez con las producciones del guionista y director Oscar Hammerstein II ( The Sound of Music y The King and I ), y se ha mantenido prácticamente invariable hasta nuestros días.
West Side Story se desarrolla en la Nueva York de los años cincuenta del siglo pasado. En ese contexto –caracterizado por las prácticas discriminatorias contra las minorías latinas– las pandillas de los Jets (anglosajones) y los Sharks (puertorriqueños) luchan por la supremacía territorial. A pesar de las riñas constantes, Tony y María –pertenecientes a estos bandos antagónicos– se enamoran sin prever la tragedia que se cierne sobre ellos.
En la presente versión del clásico de Broadway, la escenografía destaca como un valor relevante. El módulo principal recrea una porción de calle con sus tiendas y balcones. Un conjunto de módulos secundarios da vida a los espacios internos, incluyendo sus menajes respectivos. Con el apoyo de cortinas y una eficaz cuadrilla de tramoyistas, los cambios entre las diversas ambientaciones se sucedieron de forma ágil.
Los números musicales fueron muy celebrados por la concurrencia. Los dúos de María y Tony estuvieron bien acoplados, pero el excesivo volumen de la amplificación no favoreció la tesitura de sus voces ni la comprensión de algunos pasajes. El caso más evidente se dio en Tonight , la cual se escuchó saturada por la sumatoria de solistas, coros y orquesta. Al margen de lo anterior, el trabajo vocal de los intérpretes y el desempeño de la Sinfónica Juvenil –bajo la dirección de Ramiro Ramírez– se confabularon para ofrecer una versión notable de la capa sonora del espectáculo.
Las coreografías de María Amalia Pendones se mantuvieron fieles al concepto original del estadounidense Jerome Robbins. El uso dramatizado de la danza potenció los combates entre las pandillas y llenó de significación momentos de carácter ritual como los cortejos juveniles. La fusión de estilos ( jazz , flamenco, latino y ballet ) permitió asignarle matices diferenciados a cada escena y amarrar, al mismo tiempo, la estructura narrativa. La elaborada secuencia de Dance at the Gym se ganó las palmas de la audiencia.
En general, el mayor logro de West Side Story es haber amalgamado un equipo interpretativo homogéneo, considerando que no todos los participantes tenían formación específica en comedia musical. No sostengo que cada miembro del elenco cantó, bailó y actuó con la misma destreza en cada una de las tres áreas. Sin embargo, no dudo al afirmar que alcanzarán la excelencia con esfuerzo y nuevas oportunidades.
La enorme cantidad de talento congregado en este proyecto refleja las aspiraciones de un género teatral que alza la mano y pide espacio para ir madurando.
Aunque los voceros de este emprendimiento reiteren el nombre Broadway como si fuera un certificado de garantía, lo cierto es que estamos hablando de una producción local muy bien resuelta. En ese caso, lejos de aspirar a los goces de la emblemática avenida neoyorquina, podríamos imaginar que, aquí mismo, las marquesinas de los teatros permanecerán iluminadas para quienes se atrevan a asumir nuevos retos.
FICHA ARTÍSTICA: West Side Story
Dirección escénica: Adrián Castro.
Dirección musical: Ramiro Ramírez.
Coreografía: María Amalia Pendones.
Libreto: Arthur Laurents.
Traducción al español: Adrián Castro, Silvia Baltodano. M
úsica original: Leonard Berstein y Stephen Sondheim (letras).
Producción: Luciérnaga Producciones.
Elenco (principales): Silvia Baltodano, Miguel Mejía, Luis Enrique Segura, Eduardo Rodríguez, Isabel Guzmán, Mauricio Astorga, Marco Guillén.
Escenografía: Universidad Veritas.
Iluminación: Valeria Coghi.
Vestuario: Iciar Tellería.
Maquillaje y peinados: Priscilla Martínez.
Espacio: Teatro Popular Melico Salazar.
Función: Martes 5 de mayo de 2015.