Entrar al espacio escénico del montaje teatral Panorama desde el puente , en el Teatro de la Aduana, es un viaje en el tiempo y espacio, y a la vez, no.
Entre las paredes de esa sala, gracias a un espectacular diseño escenográfico y de vestuario, lugares cercanos como la Antigua Aduana, el Cine Magaly y la estación del Pacífico dejan de existir.
Lo único que existe es una comunidad de obreros portuarios de Red Hook, Brooklyn, Nueva York, los años 50 y una historia que aborda temas tan profundamente actuales que hace que ese viaje no se sienta para nada ajeno.
De la mano de la directora Tatiana de la Ossa, la Compañía Nacional de Teatro (CNT), en coproducción con el Teatro Universitario, reviven uno de los grandes clásicos del teatro contemporáneo en conmemoración al 45.° aniversario de la CNT, así como del centenario del nacimiento de célebre dramaturgo y guionista estadounidense que le dio vida a la obra: Arthur Miller.
Con gran respeto al texto original, el montaje aborda el drama de los inmigrantes ilegales a Nueva York y la amenaza de una posible expulsión del país.
Tal es el caso de Marco y Rodolfo, dos jóvenes sicilianos que huyen de la miseria de su tierra natal y encuentran refugio en la humilde casa del estibador Edi Carbone. Edi vive tranquilamente con su esposa Bea y su sobrina Catarina, hasta que entre Catarina y Rodolfo surge una mutua atracción. Los celos y sospechas atormentan a Eddie y lo llevan por un peligroso camino.
“Además de que nunca se había montado acá, la obra nos llamó mucho la atención por su temática. El tema de la xenofobia y los inmigrantes es un asunto que mundialmente es absolutamente vigente”, comentó Moy Arburola, directora de la CNT.
“Ese fue el detonador, pero también la conmemoración de los 45 años de la Compañía Nacional de Teatro requería de una obra fuerte, de un autor célebre. Con la propuesta de Tatiana, hemos logrado el rigor y profesionalismo que requiere la Compañía”, agregó Arburola.
Panorama desde el puente se estrenó en Broadway en 1955, y desde entonces se ha visto en los grandes escenarios; se ha adaptado al cine y a la televisión en varias ocasiones.
En el 2015, el prestigioso director holandés Ivo van Hove la llevó de vuelta a Nueva York, tras un exitoso estreno en Londres. Hace un mes, ganó el Premio Tony al mejor remontaje en Broadway.
Costa Rica no se quedará con las ganas. 16 actores y 13 especialistas de la escena teatral integran el equipo creativo que estrenará su producción este 15 de julio y que estará en cartelera del Teatro de la Aduana hasta el 28 de agosto.
Miller en Costa Rica. “Hay un realismo bastante desgarrador en las historias de Miller”, cuenta De la Ossa. “Es un reto delicioso siempre montar un clásico y estas obras que uno sabe que tienen pasiones que nos corren por las venas, nos cruzan el cerebro y nos despiertan nuevas ideas. Eso siempre es un placer”.
Para la directora, la vigencia de la obra es absoluta. Lo que no existía era una traducción que le hiciera honor en un lenguaje centroamericano. Desde ese esfuerzo por adaptarlo inició la travesía de producción hace un año.
“Desde la parte social y cultural, la pieza tiene una serie de temas muy contemporáneos”, dice De la Ossa.
“Cuando vemos cómo han transcurrido estos siglos XX y XXl con las migraciones, los refugios, los exilios, la gente que escapa de la guerra y la persecución por diversas causas políticas y económicas, nos damos cuenta de que esta es una pieza que nos acerca mucho a esa experiencia tan cercana”. Se escarba también en el estado de marginación o de ‘ilegalidad’ al que se enfrentan los migrantes al dejar sus tierras, sus documentos y hogares para encontrar oportunidades en otros nortes.
“Otro tema muy interesante que tiene a nivel cultural es el de identidades, diversidades y género: cómo se juegan una serie de prejuicios en relación a quién debemos ser; cómo debemos ser; qué se espera que hagamos las mujeres y cómo debemos comportarnos; qué es lo que es apropiado y lo que no”, comenta.
Sentir Brooklyn. Estas inquietudes crudamente actuales se aderezan con una gran y cuidada producción, como debe ser.
Con los actores Antonio Rojas (Edi), Natalia Arias (Catarina), Ana Clara Carranza (Bea), Erick Córdoba (Marco) y Javier Montenegro (Rodolfo), toda la sala se convierte en escenario: un espacio que recrea a Brooklyn, una localidad que se niega a detenerse.
“Queremos que el público se sienta como se sentiría siendo el jurado en un juicio”, asegura la directora. “En cada espacio donde el público se ubique, va a ver cosas diferentes. La perspectiva del que esté sentado al extremo derecho será diferente a la del extremo izquierdo. Así se generan las distintas opiniones que tenemos sobre el mismo suceso”.
De la Ossa lo compara con lo que sucede en el campo legal, donde se intenta descifrar cuáles testigos están diciendo la verdad o la mentira. “Pero no es un asunto de verdad o mentira, es un asunto de perspectivas. Esto es también una manera de acercarlo a experiencias más cercanas de cómo no resolvemos conflictos correctamente”.
Legado. Miller, hijo de una familia de inmigrantes judíos polacos, fue junto con Eugene O’Neill y Tennessee Williams, una de las fuerzas más poderosas del teatro norteamericano del siglo pasado.
Su teatro se caracteriza por su inquietud y mirada mirada crítica de la realidad social y política. Panorama desde el puente no es la excepción. De la Ossa lo resume en una frase: “Es una historia que trasciende a nuestros días y lo seguirá haciendo mientras las situaciones sociales, culturales y políticas no nos cambien en la región y en el mundo”.
El dramaturgo, viudo de Marilyn Monroe, falleció a sus 89 años en el 2005. Confesó en una entrevista que cada representación de una de sus obras seguía teniendo un gran efecto en él. "Me hace sentir que estoy vivo", dijo.
“El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma”, comentó otra vez. Esta obra es un enfrentamiento a nuestra propia realidad; es un homenaje a su aporte y un deseo de mantenerlo palpitando. Con Panorama desde el puente sobre las tablas, Arthur Miller sigue vivo.
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Funciones: podrá disfrutarla del 15 de julio al 28 de agosto. Horarios: de jueves a sábado a las 7:30 p. m. y domingos a las 5 p. m. Entradas: ¢5.000 (general) y ¢2.500 (estudiantes y ciudadanos de oro). Solo se acepta efectivo. Horario boletería: 2 horas y 30 minutos antes de la función. Para reservar: 2257-8305 o 2257-8304