En varios puntos de Sueño de una noche de verano , una tela cubre todo el escenario. Las proyecciones y la música misteriosa hacen que cualquiera que está en el Teatro Nacional contenga la respiración para que la fantasía no se esfume.
Luis Carlos Vásquez, director del montaje, cree que momentos como estos son necesarios para atraer al público joven al teatro.
“Quienes nos van a ver, están acostumbrados a que en un videoclip de tres minutos ven demasiadas imágenes; entonces, estamos trabajando con recursos que nos ayuden a competir”, explicó Vásquez.
La presentación de esta obra en el Teatro Nacional se inscribe dentro del programa Érase una vez, una serie de espectáculos que el teatro, el Ministerio de Educación Pública y el Ministerio de Cultura y Juventud eligieron para acercar a los jóvenes.
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Este montaje en el Teatro Nacional tendrá funciones diurnas para estudiantes y nocturnas para el público general. Los precios, gracias a los patrocinadores del programa, son baratos y han contribuido a llenar la funciones.
Atractiva. Cuando se habla de Shakespeare, dice el director Vásquez, aparecen los prejuicios. Que es difícil de montar, que es muy complicado, que las obras son muy largas… “Pero a la hora de la hora, son obras muy accesibles”, dice el director.
“El teatro, en sus tiempos, era entretenimiento para el pueblo y no nos podemos olvidar de esto”, afirmó el director.
Esta es la segunda vez que Vásquez enfrenta este montaje. De la primera ocasión, en 1998, recuerda buses viniendo de Guanacaste y linderos del Valle Central para ver la obra. “El título sigue resaltando muchísimo y esta obra es un tema que gusta, es sobre los vericuetos del amor”, explicó Vásquez.
El libreto de Shakespeare se mantiene fresco entre las 23 voces que son parte de la obra. En la versión de Sueño de una noche de verano que se estrenó este 1.° de junio hay leggings, sandalias altas, maquillaje de fantasía y vestidos con cortes a la cintura.
Un elenco joven “pero con mucha experiencia” es otro de los atractivos, afirma el director. El Premio Nacional Arturo Campos interpreta a Puck, un personaje inquieto y divertido que enmaraña más la trama.
También aparecen Rocío Carranza y Pablo Rodríguez, dos caras conocidas de la tele cuya química en el escenario hace que los momentos más fantasiosos pasen por dramas cotidianos.
Las telas con proyecciones, la escenografía de Gabrio Zapelli, la música de Diego Soto, las acrobacias y hasta un número de baile terminan de redondear la experiencia.
Compre sus boletos. La obra tendrá cuatro funciones nocturnas para el público general, que en www.teatronacional.go.cr ya lucen bastante llenas. Los boletos cuestan ¢7.000, ¢10.000 y ¢12.000 según localidad y los estudiantes y ciudadanos de oro que compren en boletería tienen 50% de descuento.