El preso 1713 es indistinguible del resto de sus compañeros de cárcel en la isla San Lucas. Lo que por fuera es un paraíso natural es por dentro una condena de aislamiento inhumano.
“Látigo, mar”, se lamentan, una y otra vez, los personajes de la obra del Teatro Espressivo La isla de los hombres solos , mientras los aplasta la rutina de torturas y trabajo pesado.
La adaptación escénica de la novela del mismo nombre de José León Sánchez relata el viaje de Jacinto –interpretado por Pablo Morales– hasta que recobra su voz propia escribiendo sobre sí mismo y sus compañeros.
“Es una condensación de momentos específicos que se seleccionaron para dar un tapiz muy claro del drama carcelario, por un lado y, por otro lado, de la figura de José León Sánchez como figura pública”, detalló Morales sobre su personaje.
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El montaje se estrena este viernes, a las 8 p. m., y se mantendrá en funciones de viernes a domingo hasta el 6 de noviembre. Las entradas tienen un valor entre los ¢10.000 y ¢15.000.
Un coro griego. Presos y guardias tienen más en común de lo que creen. El montaje aprovecha para vestirlos del mismo color y evidenciar los paralelismos: unos agreden, otros adolecen; no obstante, ninguno tiene certeza sobre su integridad.
“Una cárcel es un espacio ya teatral. Es un espacio que existe para que la gente se observe y sea observada”, explicó el director José Zayas, sobre la disposición de una estructura que representa al “hueco” en el que torturaban a los reos de San Lucas.
Tanto él como y la guionista, Caridad Svich, acompañaron al escritor José León Sánchez en recorridos por las ruinas de la isla. Los grafitis de las paredes de las ruinas sirven como proyecciones para el escenario.
La escenografía mínima permite que la tensión del elenco de 12 actores se evidencie en coreografías de movimiento y lírica.
La creación del primero estuvo cargo del coreógrafo Humberto Canessa y la concepción del segundo estuvo a cargo de Caridad Svich. El montaje final fue un resultado conjunto con los actores, explicó Zayas al respecto.
El trabajo físico de la interpretación representa la brusquedad de la dinámica carcelaria, mientras que la interpretación del texto de Svich inyecta humanidad a la historia de Jacinto y el personaje que lo motiva a escribir, Cristiano –el actor Carlos Alvarado–.
“Estamos viendo el drama de la cárcel, recreando una parte de la historia de Costa Rica que tiene que ver con violación de derechos humanos. Son secretos poco conocidos de la realidad nacional y retazos de lo que se dice de José León Sánchez”, valora Morales sobre los temas de la obra.
Además de que los actores toman literalmente la forma de un coro griego, un narrador tradicional abre y cierra el montaje para asir la historia –ubicada en algún momento del pasado– en la actualidad costarricense.
De esta forma, Jacinto también cobra una dosis de realidad conforme el espectador lo ve transformarse en un personaje similar al José León Sánchez.
“El teatro griego es una forma de hablar de la atrocidad filosóficamente”, dice Zayas. “No queríamos el melodrama, queríamos interesarnos en esa persona. Utilizar el tono filosófico y poético era una forma literal de captarlo”.
Homenaje en la feria del libro. Además de su temporada en el Espressivo, el montaje teatral será parte de la clausura de la Feria Internacional del Libro. La función del domingo 11 de setiembre será en el Teatro Nacional y contará con la presencia del escritor José León Sánchez. Esas entradas se pueden conseguir en la boletería del Teatro a precios entre ¢8.000 y ¢20.000.