Bryan Cranston fue elegido como el mejor actor principal en una serie dramática. ¿Y cómo no? Walter White es el peor – mejor en interpretación– padre de todos, el más astuto cocinero de metanfetaminas y la mente más torcida que ha conocido la televisión de los últimos tiempos.
Con ese sexto reconocimiento, la serie de culto Breaking Bad reinó anoche en la edición número 66 de los premios Emmy a lo mejor de la televisión y se despidió en grande de la pantalla chica (llegó a su final el año pasado).
Por su trabajo en Breaking Bad , Aaron Paul y Anna Gunn se llevaron los galardones como mejor actor y actriz secundarios en una serie dramática; además, la producción fue galardonada con la estatuilla a mejor serie de drama.
La segunda parte de la quinta temporada de Breaking Bad dejó un mensaje claro en los Emmy: se hablará de la serie durante años porque pocas ficciones han hecho vibrar a los amantes de la TV como lo hizo este programa.
Breaking Bad salió en total con seis de los 16 galardones en los cuales estuvo nominada.
“Este es el papel de mi vida”, aseguró Cranston en su discurso de aceptación del trofeo. Este es el sexto reconocimientos en los Emmy que recibe Cranston por la serie: cuatro como actor y dos como productor; sin duda, su trabajo más memorable en la pantalla chica.
Lo esperado. Fue un lunes fuera de lo común, un lunes de gala en la TV, en lugar de un domingo. Sin embargo, fue poco lo que cambió en la premiación y los grandes favoritos de los Emmy obtuvieron las estatuillas en las principales categorías.
Sin muchas sorpresas, el primero en llevarse un Emmy a su casa fue Jim Parsons, el adorable Sheldon Cooper de The Big Bang Theory , serie por la cual el actor de 41 años ha ganado cuatro veces como mejor actor de comedia.
De seguido, la reina de la diversión estadounidense: Julia Louis-Dreyfus se hizo con el quinto Emmy en su carrera por la serie Veep . El primero fue por Elaine en Seinfeld , en 1996; el segundo por su papel como Christine en The New Adventures of Old Christine (2006), mientras que los otros dos fueron en el 2012 y 2013 también por su trabajo en Veep .
El comediante Seth Meyers, anfitrión de la ceremonia, presentó, pero fue poco el humor que aportó. La gala careció de momentos divertidos exceptuando una pequeñísima participación de Julia Louis-Dreyfus, junto al actor Bryan Cranston, quienes presentaron una de las categorías.
Ambos bromearon sobre la participación de Cranston en Seinfeld y Louis-Dreyfus aseguró que recordaba bien los besos que su compañero le daba en la serie.
Motivado por este recordatorio, Cranston decidió aprovecharse de la celebración por el triunfo de su amiga y, cuando ella recogió la estatuilla a la mejor actriz de comedia, él le plantó un beso en la boca, que incluyó hasta que la actriz le manoseara el trasero.
Otro pequeño respiro en la entrega de los premios se vivió con la parodia musical que hizo Weird Al Yankovic sobre las canciones introductorias de las series nominadas a los Emmy.
Famoso por sus letras divertidas y llenas de bromas atinadas, su participación fue como una bocanada de aire fresco en medio de una ceremonia algo aburrida.
Emoción. El actor Aaron Paul aseguró que casi vomita de la emoción al recibir su tercer galardón (2010, 2012 y 2014) como mejor actor secundario de drama, gracias a su papel como Jessi Pinkman en Breaking Bad .
Agradecido con su productor y con su compañero de reparto (Bryan Cranston), el actor aseguró que aún extraña ir a las grabaciones del drama, en el que interpretó al ayudante y socio del químico Walter White.
En medio de la entrega, no podía faltar el homenaje a aquellos que fallecieron durante el año. La cantante Sara Bareilles interpretó la canción Smile , mientras imágenes de los artistas recordados aparecieron en una pantalla.
El esperado tributo a la carrera de Robin Williams (ver nota aparte) llegó de la mano de Billy Cristal, mejor amigo del comediante. “Ese genio en la escena era el mejor amigo que se pueda imaginar”, comentó Cristal.
Los laureles no pararon. Julianna Magulies de The Good Wife fue reconocida como la mejor actriz principal en una serie de drama. Magulies venció en la carrera por el premio a la favorita Claire Danes ( Homeland ) y a Kerry Washington ( Scandal ), Robin Wright ( House of Cards ), Michelle Dockery ( Downton Abbey ) y a Lizzy Caplan ( Masters of Sex ).
“Qué maravilloso momento para las mujeres en la televisión”, dijo al subir al escenario. Este es el tercer trofeo de Magulies luego de 10 nominaciones en su carrera.
Otros importantes galardones se repartieron durante la ceremonia. La mejor miniserie para televisión fue Fargo , una producción policíaca con tintes de humor negro que conquistó tres reconocimientos en la velada (anteriormente triunfó en las categorías de mejor reparto y mejor dirección para una miniserie).
Al filo de la ceremonia, solo quedaban dos premios por entregar. Uno de ellos fue para una chineada de los Emmy: la exitosa e hilarante comedia de Fox Modern Family .
Ese programa venció a otras favoritas como The Big Bang Theory , Veep y la serie creada para plataformas virtuales Orange is the New Black . Nada nuevo, pero muchos fans quedaron felices. Desde el 2010, Modern Family ha ganado cinco veces este premio.
No hubo sorpresas ni mucho drama en la pantalla.