“Ya no vive en la Ciudad de México, vive en Cancún. La altura, el nivel del mar y el aire más limpio le caen muy bien”, contó Roberto Gómez Fernández, hijo del ícono de la tele mexicana, el mítico Chespirito.
Él conversó en una amena entrevista en vivo, el miércoles, con Henry Rodríguez, periodista de ADN Radio.
Durante la conversación, se reveló que Chespirito está por publicar algunos escritos. Además, se habló de su vida y su familia.
¿Con quién vive don Roberto?
Con Florinda, su esposa de muchos años, quien está siempre junto a él.
Don Roberto siempre tuitea. Tiene una gran cantidad de seguidores en Twitter, ¿verdad?
Sí, tiene sus épocas; de repente, lo deja descansar. Fue un fenómeno para convencerlo; al inicio, no quería; no es muy cibernético.
¿Cómo es la rutina diaria de don Roberto?
Allá es todo muy tranquilo.
“Su actividad principal es todavía escribir. Él escribe cosas sin la necesidad de entregárselas a un productor ni a una cadena ni a un empresario.
“Escribe para él; entonces, escribe cosas muy interesantes: desde ensayos, hasta una película que tenga por ahí y la transforma en teatro, ideas interesantes...”.
“Se despierta cada día, desayuna relativamente temprano. Su casa da a un lago, entonces tiene una vista muy bonita”.
¡Qué ganas dan de leer lo que está escribiendo! ¿No?
¡Claro que sí! Pero, además, lo guarda y tiene ahí algunas cosas que es probable que empiece a publicar muy pronto, como una especie de historia universal.
“Es un filósofo extraordinario y es algo que no se le conoce mucho a mi padre”.
¿Es Chespirito de muchas reflexiones o de mucho humor?
Es más reflexivo que humorista, podría parecer lo contrario. Si estás en una conversación con él, tiene muy buen sentido del humor, pero no es un comediante de tiempo completo. Te vas a encontrar con reflexiones sobre muchas cosas.
“Por ejemplo, los hijos de él somos seis hermanos. La más chica tiene 42 años y él sigue dándonos su dosis de sabiduría y tiene la intención de seguir educándonos”.
¿Al hijo de Chespirito le ocurre lo que al resto de los mortales, que si ve la serie, la ve completa?
(Ríe) Pues sí. Soy igual de fanático que todo el mundo.
¿Cuánto heredan los hijos de ese mundo de Chespirito?
Prácticamente, soy el único que se ha dedicado a algo parecido, con Televisa. Paulina, mi hermana más chica, tiene algunos roles dentro del guionismo y Marcela, otra de mis hermanas, dirige la Fundación Chespirito.
¿Es muy pesado ser hijo de Chespirito?
Pues no. Fíjate que, afortunadamente, desde muy chicos, vimos muy separada la vida del artista y del escritor y la vida familiar. En la casa nunca entró la farándula.
¿Cuántos nietos tiene?
Doce. En edades desde los 16 hasta los 32 años.
¿Ha reflexionado en lo que ha sido Chespirito para la humanidad?
Sí, sin duda. Yo soy muy consciente. Lo reflexiono, lo pienso por momentos.
“Trato de no tener siempre ese pensamiento, porque si no sería una carga muy pesada, pero sí soy consiente del impacto que ha generado mi padre”.
Y del dolor que puede generar, y ojalá ocurra dentro de muchísimos años, el día que él falte...
Sí claro, hay que estar preparados, pero afortunadamente lo que ha sucedido en vida es suficientemente satisfactorio.
Sin duda, así como los homenajes que ha recibido...
Sí, pero no le gustan. Me hizo prometerle que no le generaremos un homenaje más.
“Ya cuando está ahí adentro, lo disfruta. Animarlo a que se prepare, a que vaya, es difícil. Es muy tímido y esto es paradójico, pero no le gusta ser el foco de atención.