Este resumen bien podría terminarse con una sencilla afirmación: lo que vimos la noche del domingo no fue televisión; estuvo por encima de eso. The Spoils of War se clasifica como obra de arte... una ardiente obra de arte.
En adelante abordaremos en detalle los sucedido en el cuarto episodio de la sétima temporada de Game of Thrones, transmitido la noche del domingo 6 de agosto a todo el mundo por HBO. Si a estas alturas aún no lo ha visto, es muy probable que usted no sea un seguidor fiel de la serie (es la única explicación lógica) y no le importará encontrarse con abundancia de spoilers sobre el contenido del capítulo. Aún así, dese por advertido.
Sí, estamos claros en que los demás acontecimientos de esta semana palidecen en emoción frente a la monumental secuencia de enfrentamiento entre las fuerzas de Jaime y Dany. Por eso, antes de llegar ahí, cumplamos con repasar rápido lo más relevante de los otros escenarios.
Winterfell: Tres Stark son multitud
Mucho tiempo ha transcurrido desde que tres hermanos Stark habían estado bajo el mismo techo. Y mucha agua ha pasado bajo el puente desde entonces.
Arya finalmente completó su largo viaje de regreso a casa, aquel que empezó el día que su padre fue decapitado en King's Landing. Como la buena ninja que es, logra colarse en la fortaleza de su familia sin mayor dificultad y es ante la cripta de Ned que se reencuentra con Sansa. La última vez que las hermanas compartieron escena, el desprecio entre ellas era la norma: Sansa soñaba con una vida glamorosa en palacios y Arya quería todo lo contrario. Ahora, frente a frente por primera vez en años y tras perder a sus padres y dos hermanos, parece posible una particular alianza: Sansa como política, Arya como guerrera. Fue bueno verlas juntas, especialmente a la luz de la documentada camaradería que hay fuera de cámaras entre las actrices Sophie Turner y Maisie Williams.
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El reecuentro de Arya con su hermano Bran fue tan extraño como todo lo que ahora lo involucra a él. Bran ya no existe, no al menos como lo conocimos, y en su lugar está el Cuervo de Tres Ojos, un personaje demasiado elevado, que vuela por otro plano existencial y al que la vida ordinaria aburre (y que, hay que decirlo, juega de vivo que da miedo).
En el patio de Winterfell, Arya le pide a Brienne que la entrene. La guerrera, a regañadientes, acepta. Al final parece que Arya ya no tiene mucho por aprender en el manejo de espadas y combate cuerpo a cuerpo, pues resultó ser una magnífica adversaria y se dio taco a taco con Brienne, a pesar del metro de diferencia entre ambas. Fue una secuencia breve y formidable. Ver a estas dos peleando juntas, cuidándose las espaldas, será un espectáculo.
Dragonstone: el amor está en las cuevas
Que Jon Snow y Daenerys terminen por involucrarse sentimentalmente no debería de sorprender a nadie. Todos los caminos han llevado a esto, especialmente por los sentimientos que se desatarán al revelarse el lazo sanguíneo que existe entre elloss del ataque de Daenerys a la caravana Lannister.
Puede que estemos adelantando conclusiones, pues por ahora entre los dos monarcas lo que han saltado son chispas, sin mayor cruce de palabras al respecto. La escena que ambos comparten en la cueva bajo Dragonstone, mientras admiran el arte rupestre de los Niños del Bosque, fue casi salida de una comedia romántica. Ser Davos, que está en todas, capta pronto el interés de Jon por Dany pero el bastardo rechaza la idea ante la magnitud del reto que tienen por delante. Dejemos este tema con una marca *, porque dará de qué hablar en capítulos venideros.
Cersei y el banquero
Sí, la reina tiene una escena con el enviado del Banco de Hierro, en el que hablan de deudas, pagos y otros temas que se hacen aburridos en virtud de lo que aún no hemos hablado. Mucho blablablá político, del que rescatamos la revelación de que Qyburg contactó a la Compañía Dorada para contratar los servicios del cuerpo de mercenarios a favor del bando Lannister.
La Compañía Dorada es un respetado ejército "de alquiler" que opera en el continente de Essos y que hasta el momento no ha figurado en la serie, aunque sí en los libros de George R.R. Martin que la inspiran. Estos mercenarios son reconocidos por su lealtad (nunca han roto un contrato) y por su efectividad en combate. Su eventual incorporación es prometedora para la historia.
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Dany vs Jaime: El dragón y el león
Furiosa por las malas noticias provenientes de Casterly Rock y Highgarden, Dany se aleja del consejo de Tyrion y busca la asesoría de Jon (¡opa!). El norteño le advierte que si deja caer la furia de sus dragones sobre King's Landing y otras poblaciones, entonces nada la diferenciará de los tiranos habituales de Westeros.
Dany perdona (por ahora) a la capital del reino pero no hace lo mismo con la tropa Lannister, que marcha victoriosa tras la toma de Highgarden. La confrontación en campo abierto entre el ejército de los Lannister/Tarly y los jinetes dothraki de la reina Targaryen se enmarca desde ya en una de las mejores batallas que ha presentado la serie, al punto de que catapultó a The Spoils of War en la lista de episodios favoritos de muchos (me incluyo). Y, desde luego, mucho tiene que ver el que Dany llegara montada en el lomo de Drogon, carbonizando todo lo que se les pusiera por delante.
A diferencia de la mítica Batalla de los Bastados, que tuvo un punto de vista preponderante (el de Jon Snow), en el caso del ataque a la caravana Lannister, la acción la atrapamos desde cinco miradas, todas igual de estresantes: en medio del caos están Jaime y Bronn, jugándose el cuello en cada escena, impotentes ante aquella arremetida de enemigos a los que nunca habían enfrentado; encima de todos tenemos a Dany y Drogon, ambos furiosos y en misión de exterminio, y a la distancia, con el panorama completo, un Tyrion con el corazón hecho un puño y sus afinidades partidas a la mitad a la vista de su reina y su hermano tratando de matarse el uno al otro.
Hubo un tiempo, cinco o seis años atrás, en que Jaime Lannister era un maldito sin salvación. Después de verlo empujar a Bran por la ventana se ganó el odio planetario y le deseamos la peor de las muertes. Sin embargo, a estas alturas de la serie Jaime es otro, un personaje que ha lograqdo redimirse a ojos de la audiencia y con el que podemos identificarnos, sentir empatía. Y por eso el verlo a punto de morir, una y otra vez, fue una prueba de resistencia.
Igual de doloroso fue presenciar la que parecía una muerte segura para Bronn, el bribón por excelencia y un favorito de la muchachada. Jaime y Bronn enfrentan a como pueden la carga de los dothraki: para ellos se trata no de combatir, sino de sobrevivir. Ambos personajes afrontaron al menos dos trances de muerte casi inevitable, y su salvación in extremis nos hizo saltar de nuestros asientos (no lo niegue, que a usted también le pasó).
La infantería Lannister no resultó adversaria para los jinetes dothraki. Los salvajes guerreros de Dany hicieron trizas a sus ordenados adversarios, cuyas formaciones y tácticas se desbarataron en medio de las llamaradas de Drogon. Y es que, para ser justos, hay que reconocer que no había manera en que aquellos soldados, entrenados en los viejos métodos de la guerra, pudiesen mantener la compostura frente a la bestia gigante que escupía fuego desde lo alto. Como bien apuntó uno de los creadores de la serie, la participación de Drogon es el equivalente de que alguien hubiese llegado con un jet de combate a una batalla medieval.
En medio de aquel desastre, Bronn y Jaime sacan la casta de guerreros. El mercenario metido a caballero logra operar la ballesta gigante y con ella hiere a Drogon. Si bien el golpe al dragón no resulta nada fuera de serie, los Lannister comprobaron que sí pueden causarle daño y es probable que desarrollen mejores armas anti-dragones (quizá cambiar la madera por algún material no inflamable sea una buena idea).
En cuanto a Jaime, hay que reconocerle que se la cree. Cuando Dany comete la torpeza de bajar a tierra para tratar de remover el arpón con el que Bronn hirió a Drogon, Jaime ve la oportunidad de acabar con la guerra y cabalga, lanza en mano, en pos de la reina invasora... sin preocuparse por el dragón que la acompaña.
Fue un momento que recordaremos por siempre: Jaime en un extremo, con la mirada cargada de determinación, y en el otro Daenerys, vulnerable, indefensa, a su merced. Desde luego que aquello fue una ilusión, pues en los metros finales de su arremetida Jaime cae en cuenta de lo que Tyrion, a la distancia, ya había entendido: el caballero no tenía opción y aquel ataque era una estupidez, pues entre él y Dany había un dragón de distancia. Jaime vio al demonio a los ojos, y el demonio lo vio a él. Drogon abrió sus fauces y el rostro del gemelo Lannister se iluminó a la vista del infierno.
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Hoy esta nota debería incluir el obituario de Jaime Lannister ("Amoroso padre de tres; buen hermano/amante") pero el rubio de la mano dorada vivió para ver otro día, pues Bronn lo sacó en el último momento de su curso, salvándolo de ser parte de la barbacoa de caballo. Con más vidas que un par de gatos, ambos guerreros caen al río, donde Jaime se hunde, arrastrado por el peso de su armadura y la derrota. ¿Volveremos a verlos? Sin duda.
Hoy, mientras repasamos por enesima vez los pormenores de aquel combate espectacular, agradecemos una vez más ser parte de quienes se dan un atracón de buena televisión todos los domingos que Game of Thrones se apodera del televisor. A todos los que se ufanan en Facebook de no ser parte de la "manada" que ve esta serie, los perdonamos, pues no saben lo que hacen.
Algunas anotaciones al margen:
- El chiste con el nombre de Dickon Tarly ya se está tornando un clásico. La carcajada de Bronn fue puro jugo de limón en el orgullo del muchacho.
- Hablando de Dickon, punto a favor por salvar a Jaime cuando el dothraki ya casi lo había vencido. Sobre su suerte final y la de su padre Randyll no supimos nada, por lo que nos queda esperar que sobrevivieran al infierno para eventualmente reencontrase con Samwell.
- Según entendimos, el oro saqueado de Highgarden ya había llegado a King's Landing al momento del ataque de Dany. De ser así, Cersei tiene garantizado el financiamiento para pagar su guerra.
- Todos fuimos uno con Tyrion cuando le imploró a Jaime que huyera en dirección contraria al dragón. Estos dos hermanos se quieren de verdad y el conflicto de sentimientos entre ellos se explotará aún más (Jaime mató al papá de Dany, Tyrion trabaja para Dany, etc.).
- Theon no da pie en bola. El pobre gusano llega a Dragonstone a pedir ayuda y quien lo recibe es Jon, que con gusto lo pasaría por las armas de no ser porque ayudó a Sansa a escapar de Ramsay. Eso es ser salado.
- Arya practica una especie de artes de combate mixtas, en las que mezcla todos los estilos de pelea que ha aprendido con sus distintos maestros. Syrio Forel estaría orgulloso.
- Ser Davos pegándole color a Jon de que lo vio admirando "el corazón" de Daenerys. Qué titán.
- Littlefinger trata de obtener algo de Bran. Esto no terminará bien (recordemos que Bran lo sabe todo y de fijo maneja el dato de que fue aquel quien propició casi que todaslas desgracias que han afectado a su familia).
- Meera se despidió de Bran y a él no pudo importarle menos. Pequeño ingrato.
- Brianne efectivamente cumplió su juramento y ayudó a que las hermanas Stark volvieran a salvo a casa. Vamos, mujer, dejate sentir algo de orgullo, te lo merecés.
- Dany le da a Tyrion la regañada de su vida. El amor entre estos dos está en su punto más bajo.
Semana libre: The Hound, Beric Dondarrion, Thoros de Myr, Tormund, Melisandre, Grey Worm, Euron, Yara, Samwell y Jorah.
Muerte de la semana: La armada Lannister (o al menos buena parte de ella).
Lo que viene: Jon finalmente estará frente a Drogon, y recibirá noticias de Bran sobre el avance del Rey de la Noche y los zombis hacia Eastwatch, el punto donde El Muro termina en el mar. Ese fuerte está protegido por Tormund y su gente, lo que nos hace preveer un combate descarnado. Ah, y también deberíamos saber qué pasó con Jaime y Bronn (¡por favor!).