Después de su salida de CNN en Español, en noviembre del 2014, la periodista Glenda Umaña se vio obligada a reflexionar sobre su futuro y quiso aspirar a algo más que estar frente a una cámara presentando noticias.
La confusión y el desconcierto se apoderaron de ella cuando fue despedida. Sin embargo, con el respaldo de su familia y una trayectoria que suma 18 años en una de las cadenas de noticias más conocidas del mundo, la periodista empezó a desarrollar nuevos proyectos en solitario.
Ahora, valora más la libertad que tiene sobre su persona. Su rostro fue, por casi dos décadas, parte de la imagen de un medio que tiene un amplio impacto social; por ello, debía tener mucho cuidado de lo que manifestaba públicamente.
“Cuando sos periodista de CNN, tu imagen le pertenece, entonces cualquier cosa que vayás a hacer o decir a nivel público tenés que ir por ciertos permisos, ciertas pautas.
”De alguna manera comparto esa rigurosidad y mantengo esa rigurosidad, porque la marca sigue siendo la credibilidad; sin embargo, ya no dependo de otras personas, sino dependo de lo que a mí me parezca”, expresó Umaña.
Su meta ahora es crecer en otras áreas como asesora, documentalista y líder de iniciativas para el bien del periodismo latinoamericano.
“Yo, ahora, tengo más paz e ilusión que temor; cuando hay algo que no me da mucha seguridad lo dejo por ahí. Ha sido sorpresivo, porque hay cosas en las que yo no creía y al final se convirtió en algo apasionante para mi vida”, confesó la costarricense.
Veintiséis años en la televisión: ocho en Costa Rica y 18 en Atlanta, Estados Unidos, dieron rienda suelta a su aventura que comenzó en 1990, cuando tocó puertas y decidió enfrascarse en esta gran aventura, mientras estudiaba su maestría en el Florida International University, en Miami. Esta profesional, que desde sus 14 años trabajó en la Librería Alfa (gracias a su madre), fue armando los cimientos de su proyecto profesional como periodista independiente.
Libertad. “Esta independencia, ¿qué me permite? Cosas tan simples como pasar tiempo de calidad con mi familia”, dice.
Mi salida de CNN vino en un momento en el que mi hermana me necesitaba y sufría una enfermedad neuromuscular (donde se afectan los nervios que controlan los músculos voluntarios) y pude estar con ella en Atlanta sin la presión de que tenía que ir a trabajar”, confesó mientras miraba hacia arriba recordando. También: Glenda Umaña: ‘Mi salida fue por un tema de negocios’
Glenda está lista para liderar sus nuevos proyectos, con el apoyo de su familia. Ella asegura haber pasado la página: se refugió en nuestro país por varios meses, lo que le permitió recapitular lo vivido durante los años de trabajo y aprendizaje en CNN en Español. Ahora, llegó el momento de trabajar y desarrollar sus sueños.
“Vivir el momento, tanto en las alegrías, como en los padecimientos. Para mí y mi familia ese fue un año muy duro, pero aprendimos mucho de esa experiencia tan desconcertante”, señaló la comunicadora.
Esposa de Manuel Araya Naranjo, y madre de Juan Manuel y Ana Laura Araya Umaña, esta periodista de 54 años se mantiene firme en su decisión de vivir el día a día en su labor periodística, sin que nada la perturbe.
¿Siente más control ahora de su vida personal y profesional?
¡Claro! Totalmente, porque cuando sos periodista de CNN, tu imagen le pertenece a la compañía, entonces cualquier cosa que vayás a hacer o decir a nivel público tenés que ir por ciertos permisos y ciertas pautas que yo de alguna manera lo comparto, porque la marca sigue siendo la credibilidad; sin embargo, ya no dependo de otras personas, sino de lo que a mi me parezca.
¿Cuál es el sentimiento ahora que ya no es parte del equipo de CNN?
Me siento ilusionada, porque cada día es diferente, hay retos distintos. Es una etapa en la que he logrado combinar, no solo las novedades de la parte profesional, sino descubrir nuevas habilidades que uno puede desarrollar. Quizá el impacto no sea inmediato, con la misma vitrina de una cadena de noticias internacional; pero ahora hago proyectos que me llenan de mucha satisfacción, sobre todo porque a mí me encanta el contacto con la gente.
Ahora tengo un trabajo que me permite ese contacto que tanto me gusta; por ejemplo: tengo un programa semanal en el canal CB24 que se llama Mujeres de América , y ahí puedo sacar provecho de las historias de mis entrevistados en temas polémicos y que nos afectan a todos.
Esta etapa la estoy disfrutando mucho y siento que es una misión distinta.
¿Considera que necesitaba ese descanso?
Yo no sabía, porque yo soy de seguir y seguir y seguir, pero creo que sí me urgía. Ahora me doy cuenta de que aún hay noticias que extraño, las noticias de última hora o estar informando de algún tema fuerte, pero el trabajo del día a día yo no lo extraño, esa rutina de tantos años es dura y ahora veo lo que pasó ( el despido) como un respiro.
¿Cuál es su enfoque profesional actualmente?
He descubierto en este año y medio fuera de CNN en Español que las mujeres necesitamos, número uno, darnos más apoyo entre nosotras, número dos, si algunas como en mi caso tenemos más visibilidad tenemos la responsabilidad de ser su apoyo.
Muchas veces no nos damos cuenta que hay personas que están cerca de nosotros esperando ayuda, que no tienen una buena autoestima y muchas tenemos esas inseguridades que debemos superar. He descubierto también la importancia de empoderar a las niñas, las jóvenes y a sus padres.
Yo también pasé por esos temores y pasé de alguna forma a ser un adorno en televisión.
El canal internacional CCTV me pidió hacer 12 programas, no trabajar con ellos, sino trasladarme a Washington a grabar.
”En algún momento trabajé con Telemetro de Panamá en la Cumbre de las Américas, donde tuve la oportunidad de entrevistar a Raúl Castro y fui escogida entre 2.000 periodistas”.
Entonces ¿Su responsabilidad como periodista ha cambiado?
Se ha ampliado, porque ahora no estoy en el día a día, pero por ejemplo, este año participaré en varios talleres enfocados a periodistas y eso me exige actualizarme sobre las últimas tecnologías, mejorar la red de contactos e implica tener más disciplina.
Me acabo de incorporar a la junta directiva de una organización internacional que se llama Sembra Media , que enlaza y apoya a los periodistas que de alguna manera están trabajando digitalmente en Latinoamérica y Estados Unidos.
¿Qué aprendió en este año y medio trabajando de forma independiente?
He tenido que aprender muchísimo, porque me manejaron mi imagen por 18 años y he acudido a ciertas personas que me han ayudado con su asesoría, porque uno no es especialista en mercadeo y he estado aprendiendo cómo utilizar mi imagen en el mercado.
¿Cuáles son esos retos pendientes en su carrera?
Uno siempre aprende de todo lo que hace como periodista. En esta carrera hay buenas experiencias, frustraciones y a veces uno siente que no hizo las cosas lo mejor posible.
Yo antes me frustraba más; ahora, con los años y la experiencia, solo me comprometo a que no vuelva a pasar. Estos 26 años en televisión se pasaron muy rápido. Me pasó que hace algunos años le colaboré a una practicante panameña en la redacción y tiempo después fue ella la que me llamó para darme un proyecto y desarrollarlo.
¿Qué más desea hacer para sentirse completamente satisfecha?
Lo que más me gusta es contar las historias y sí me gustaría hacer a tiempo completo documentales, entrevistas a profundidad, pero de cierta manera lo estoy haciendo con CB24. Todos los días son diferentes y todos los días se aprende algo nuevo.