Querido Topa: Sara le manda a decir que usted es uno de sus héroes favoritos de la televisión y que, aunque no tiene capa para volar ni tampoco una fuerza sobrehumana, usted hace que sea feliz y, para ella, eso es tener superpoderes.
La pequeñita de cinco años fue una de las primeras en llegar la tarde de este domingo al Palacio de los Deportes para ver su espectáculo en vivo. Sentada muy quietecita, aguardaba pacientemente el momento en el que usted y sus amigos, los tripulantes del tren Junior Express , cantaran El baile de la selva para moverse con ustedes; ella los quiere mucho.
“Me gusta porque ahí bailan todos los animales: una jirafa y también un león que no da miedo porque no es malo; no es malo porque baila”, contó Sara, mientras su mamá Ingrid Céspedes la miraba con orgullo.
VEA MÁS: Topa en Junior Express: Emociones al límite a bordo de un tren de diversión
Eso es lo que usted produce en los niños y sus familias, un acercamiento que no se limita a ver televisión juntos, sino que estrecha los lazos filiales.
En cuanto salieron los animales de la selva, Sara no paró de saltar y dar vueltas; su emoción era contagiosa y su felicidad la compartió con cientos de niños que, como ella, no podían creer que lo tenían cerca.
Aunque sé que usted los escuchó, le cuento: minutos antes de que saliera a escena con sus amigos Doris, Los Rulos y Francis, un coro de voces chiquiticas se hizo gigante y pedía eufórico su presencia. No se imagina cuánta emoción se sentía en las graderías del gimnasio, así como la ansiedad que tenían los papás por ver la alegría en los rostros de sus hijos cuando usted interpretara sus primeras canciones.
“¡Topa, Topa!”, gritaban en un ambiente saturado con el olor a palomitas de maíz y algodón de azúcar. Además, juguetitos con luces de muchos colores se movían en las manos de un montón de chiquitines.
LEA ESTA ENTREVISTA : ¡Todos abordo! Topa llegó a Costa Rica con su tren, amigos y mucha fiesta
Cuando los vagones del Junior Express llegaron cargados de tanta diversión, el entusiasmo aumentó. De seguro, usted sintió la misma emoción porque noté que su voz se cortó un poco al cantar las primeras notas, pero tranquilo porque vi que a los adultos se les erizó la piel al ver cómo sus hijos reían sin parar.
Le aseguro que los niños sintieron el cariño que también repartieron sus tripulantes; vi que los besos tirados al aire les llegaban a ustedes con mucha fuerza y noté que los ojitos de los niños se llenaron de ilusión con cada broma que hicieron en el escenario.
Querido Topa: le aseguro que los niños costarricenses lo quieren mucho; es más lo adoran.