Cada mañana se libra una discreta pero afanosa batalla entre dos bandos vecinos: los canales 6 y 7.
Las revistas matutinas Giros y Buen día compiten por el mismo público, en casi la misma franja horaria y con formatos similares en los que se abordan, prácticamente, los mismos temas.
Con la salida del aire de Su mañana , a raíz del cierre de canal 9, la reinvención de Buen día y la adaptación a las redes sociales y a las exigencias que impone el retener a sus audiencias y captar nuevos televidentes, ambas revistas afrontan un momento crucial para su supervivencia.
Atrás quedaron los acartonados formatos que no tenían mayor interacción con el público que las llamadas telefónicas para lanzar alguna pregunta a un experto en el set del programa.
Buen día, por ejemplo, optó por entrevistas más cortas que las acostumbradas en su formato anterior, con preguntas del público casi exclusivamente desde las redes sociales; mientras que Giros se aventuró a incluir las preguntas de los televidentes ya no a través de la línea telefónica, sino con pases televisados desde parques, con la idea de mostrar frescura y vida en las tomas.
Sacudirse el polvo e idear nuevas estrategias para aparecer en pantalla con propuestas frescas no ha sido tarea fácil para Yamileth Guido, directora de Giros, ni para Randall Salazar, quien este año asumió las riendas del nuevo Buen día .
Ambos jerarcas accedieron a conversar con Viva acerca de la manera en la que enfrentan la cada vez más complicada faena de mantener a sus audiencias –principalmente amas de casa y mujeres jóvenes– frente a la pantalla: Salazar con una clara apertura y Guido con un tono más discreto.
El último remezón. El 22 de enero, las cámaras regresaron a la casa de Buen día, solo que con un equipo de presentadores distinto, con un set renovado y un objetivo claro: entretener a los televidentes.
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“Creo que la gente agradece una dosis de humor durante su desayuno, que le dibujen una sonrisa en el rostro”, dice Salazar.
Desde entonces, la complicidad entre los conductores ha dado espacio para bromas, anécdotas personales, chistes, risas y algunos chascos, como cuando Viviana Calderón intentó –sin éxito– hacer una demostración de pole dance en vivo.
Sin embargo, el nuevo formato no fue recibido con el entusiasmo esperado.
“No es sencillo romper con un programa que tenía 18 años de hacerse de cierta forma. La gente al principio fue dura con nosotros, nos rechazó y nos criticó: no le parecía, no le gustaba el producto, no le gustaban todos los presentadores. Pero yo creo que ha habido un proceso de acople y, poco a poco, hemos ido ganándonos el gusto de la gente. No estamos en los niveles deseados ni los que esperamos, pero vamos camino a eso”, admitió Salazar.
Aunque hasta el momento no se han hecho estudios para determinar cómo ha recibido el público el cambio en el espacio, Salazar y su equipo se alimentan de los comentarios en su página de Facebook y de lo que les dice la gente en la calle.
A raíz de algunas de las críticas, se eliminó el segmento de humor de los viernes así como la intervención de personajes cómicos en entrevistas con tono serio, las participaciones musicales –siempre y cuando no sean invitados de lujo– y la excesiva camaradería entre los conductores.
“Al público de Buen día no le gusta la charanga sin sentido, el vacilón por el vacilón”, explica Salazar. “Cuando nos ponemos a bailar mucho y a jugar entre nosotros, sentimos que al público de Buen día no le gusta y por eso hemos dejado de hacerlo”.
En el bando contrario, en Giros, el estilo apuesta por la sobriedad. Aunque está permitido el ser “natural” y “coloquial”, los conductores se salen del guion en muy pocas ocasiones.
Aunque Guido asegura que su programa está en “reinvención permanente”, al mismo tiempo admite que no se le han hecho cambios profundos en los últimos meses para afrontar las posibles consecuencias que podría traerle el refrescamiento de Buen día.
Sin embargo, el regreso de esa última revista matutina a canal 7 coincidió con el lanzamiento del segmento Pase adelante, estrenado por Giros también en enero.
El segmento, conducido por el periodista Sergio González, simula formatos extranjeros como Caso cerrado, en el que dos personas exponen un problema para recibir una especie de veredicto final por parte de un abogado presente en el set.
Según Guido, el estreno de este segmento requirió una complicada labor de búsqueda de personas dispuestas a llevar sus rencillas a la pantalla, por lo que ningún miembro de su equipo tomó vacaciones en diciembre.
El tono del espacio muchas veces termina por tornarse jocoso (como cuando una invitada llamó “vieja careperro” a la propietaria de una soda para taxistas).
“Sí, yo estoy de acuerdo, pero en el fondo hay un problema muy real, y eso reivindica algún lenguaje y comportamiento”, dice Guido, consultada sobre el choque del tono de Pase adelante con el del resto del programa. “Lo importante es el punto final con el abogado”.
Pese a que ambos directores aseguran que sus revistas matutinas tienen hoy un nivel saludable de rating, Viva no pudo corroborar esta información, pues ni Salazar ni Guido tenían permitido revelar dichas cifras.
Periodistas, la minoría. Entre el equipo de presentadores regulares de Buen día hay tan solo dos periodistas de profesión (Salazar y Omar Cascante), mientras que en Giros el único es Douglas Sánchez, quien antes trabajaba para quien antes trabajaba para el noticiario Hoy, del extinto canal 9.
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Cuestionados sobre cómo garantizan un adecuado nivel de análisis en las informaciones que se generan desde el set, Guido y Salazar señalaron los guiones como las pautas que deben seguir sus conductores en el momento de las entrevistas.
“Ciertamente, hay temas en los que la experiencia periodística te ayuda. Pero creo que Viviana, Nancy (Dobles) y Víctor (Carvajal) han hecho un esfuerzo (...) y lo han asumido con el profesionalismo que se requiere. Se preparan, estudian, aunque en el guion están las preguntas por escrito”, dice Salazar.
“Si el tema es más complejo tratamos de que haya un periodista con la presentadora, aunque tengo plena confianza en cada uno de los miembros del equipo”, dice Salazar.
Guido, por su parte, recalcó que sus conductores tienen un enfoque muy delimitado y que hay poco espacio para la improvisación.
Redes sociales. Mientras que Buen día tiene casi 750.000 seguidores en su página de Facebook, Giros tiene apenas 267.500.
Aunque para medir qué tan exitoso es un fanpage interesa más el alcance de las publicaciones que la cantidad de seguidores, estas cifras revelan cuán importante es para cada revista el robustecer su presencia en redes.
Salazar guía muchas decisiones sobre el contenido y la presentación de las informaciones según los comentarios en línea, mientras que el manejo de las redes sociales de Giros está a cargo de los community manager de Repretel y no en manos del equipo de periodistas del programa.
Aunque Guido reconoce que son los contenidos de Buen día los que suelen tornarse virales en redes y no así los de su espacio, no parece preocuparle la necesidad de generar ese tipo de presencia en lo digital. “Es que depende de lo que sea. Hay veces en que algo es viral, pero no es efectivo”.
No obstante, la directora de Giros se plantea como una de sus metas generar una mayor penetración en las redes sociales.
De un modo u otro, los equipos de ambas revistas son conscientes de que, en estos tiempos, el pulso no solo se lleva contra la competencia del otro canal, sino también a lo interno: en un esfuerzo por reinventarse y acoplarse a las preferencias de un público que ahora pasa más tiempo en línea que frente a la pantalla del televisor.