Gasland es un famoso documental que demuestra cómo la extracción de gas natural a través de la fractura hidráulica o fracking contamina con sustancias químicas tóxicas las aguas subterráneas que discurren por las cercanías.
A pesar de la relevancia del primer documental, que fue nominado al Óscar, el fracking sigue extendiéndose por el mundo, según las constantes denuncias ante la prensa por parte de su autor, Josh Fox. Por lo mismo realizó una secuela, Gasland Parte II , que se estrena este lunes 4 de noviembre como parte de los documentales de lujo semanales que está ofreciendo HBO todas las semanas, hasta que termine el año.
El especial documenta las consecuencias reales que tiene el fracking para los hogares y las cercanías; algunas imágenes son realmente impactantes, como por ejemplo cuando se observa cómo el dueño de una casa en Texas, donde se llevan a cabo varios proyectos de extracción de gas pizarra, acerca un mechero a la manguera que usa para regar el jardín y de repente se produce una llamarada… se trata del metano que se filtra sin control por los acuíferos de la zona.
Muchas de las protestas contra este procedimiento se produjeron gracias a la primera parte de Gasland , donde muchas personas se concientizaron de las consecuencias de esta técnica.
En esta segunda parte, las protestas han aumentado y además de ser más fuertes, las personas que las impulsan tienen pruebas determinantes acerca de los riesgos que esta práctica conlleva.
El objetivo del documental, según HBO, es sacar a la luz el dinero que gastan las empresas que se benefician con la técnica del fracking para lavar su imagen y para atraer políticos a su causa.
Fox ha dicho que el documental no solo critica una técnica peligrosa, sino todo el sistema de gobierno: “un sistema corrupto que acabará con el medio ambiente y contribuye a que el cambio climático se acelere cada vez más”.
En su audiovisual, el realizador se pregunta: ¿por qué habiendo pruebas tan evidentes, han fallado los organismos reguladores que deben proteger a los ciudadanos? La respuesta es, según afirma, evidente: las empresas de energía gastan millones de dólares para pagar a políticos y presionan al Congreso. La industria del petróleo y del gas ha gastado $780 millones para comprar políticos desde 2008, según investigaciones de la organización Open Secrets.
En Estados Unidos podrían llegar a abrirse más de un millón de pozos que pasan por debajo de casas y contaminan el agua, como se observa en el documental, que aborda el dramático caso de Steven Skyler Lipski. Él compró la casa de sus sueños en la comunidad de Texas y perdió, primero, el suministro de agua, y, después, la propia casa.
Pero las consecuencias van más allá: estudios científicos han confirmado que el fracking ha provocado terremotos de Ohio o en Arkansas. A pesar de las protestas ciudadanas, que van en aumento, el fracking sigue atentando tenebrosamente contra el medio ambiente.