Vicente Tepedino se define a sí mismo como un hombre que no le teme a los cambios, que es capaz de adaptarse a cualquier circunstancia y que sabe anteponer siempre el bienestar de su familia, esto cuando de aprovechar las oportunidades de la vida se trata.
“A eso tendría que agregar que soy un hombre al que la fama no lo desvela. El ser capaz de controlar sanamente mi ego, es lo que me ha permitido tener siempre los pies bien puestos sobre la tierra”, sentencia para resumir lo que sería una especie de radiografía de personalidad.
Decir esto de la boca para fuera resultaría muy fácil para muchos, pero mientras busca una silla en el lugar en el que se concertó la entrevista, y es reconocido por un grupo de mujeres sin que él se diera cuenta, confirma que lo que comentó segundos antes es cierto.
Mientras avanza la conversación, Tepedino sigue sustentando, con valiosos argumentos, su afirmación inicial: salir de Venezuela por temor a perder su vida, hacer de Costa Rica su nuevo hogar en cuestión de dos meses, esto sin dejar de lado su carrera como actor y presentador de televisión... No resultó fácil.
Los minutos siguen transcurriendo, al mismo tiempo que el presentador del programa DestinosTV.com deja entrever que, a sus 49 años, la plenitud con la que vive hoy es el resultado de una carrera en firme y de decisiones acertadas.
¿Por qué dejó Venezuela, si ya tenía una carrera consolidada en su país?
Porque me expresé, muy respetuosamente, en contra del gobierno venezolano y a los dos días me agarraron afuera del canal de televisión donde trabajaba, los miembros de los Círculos bolivarianos –ciudadanos que apoyan las políticas de Chávez– y me amenazaron de muerte si seguía diciendo lo que pensaba. Desde hace siete años que vivo en Costa Rica, por protegerme a mí y a los míos.
El venezolano no tiene cultura de inmigrante, según lo que dice. ¿Cómo fue tomar la decisión de dejar el país?
La decisión de emigrar ya estaba planteada desde unos meses antes en mi familia. Mi esposa, Mariola, se deprimió mucho cuando en Venezuela mataron a tres niños que eran hermanos y ese fue el detonante. En el 2006 yo estaba haciendo la novela Se busca un príncipe azul y participaba en una obra de teatro. Al terminar los dos proyectos, mi esposa me regala un boleto de avión para venir a Costa Rica y visitar a un amigo.
¿Cuál fue la primera impresión?
Fue algo increíble. Llego al área de migración y la señora que me atendió me dio la bienvenida, al mismo tiempo que me reconoció. Al despedirnos, me dijo una frase que aún me sigue llenando de buena vibra: “pura vida”. Eso me pareció tan hermoso.
¿Por qué?
No sé si realmente las personas profundizan el sentido de una frase como esa y se lo toman a la ligera. Yo creo que el “pura vida” encierra cosas maravillosas. Cuando me la dijeron, fue como una carga de energía, porque yo venía prácticamente de un país que está en “guerra”. Creo que el principal motivo de emigrar a Costa Rica desde Venezuela, es la tranquilidad que aún se respira aquí.
¿Cómo llega esa decisión a ser definitiva?
Me vine a pasar los 15 días de vacaciones y tuve mucho tiempo para estar solo y pensar. Por mi cabeza pasaron muchas cosas, porque la decisión de emigrar, sobre todo a la edad que yo lo hice (41 años) no era fácil. Era una responsabilidad enorme, porque te estás llevando a una familia en la espalda, no sabíamos a lo que nos enfrentaríamos. Tenía que ser una decisión que había que tomar sabiamente y siento que fue así. Mi papá siempre me dijo que emigrar no era fácil y no tienes idea de cuanto retumban ahora esas palabras en mi cabeza.
De lo que le dijo, ¿qué es lo que más le impacta al recordarlo?
Que siempre serás un extranjero y lo difícil que es comenzar desde cero en un país que no es el tuyo. Además, la situación que vive actualmente Venezuela te hace salir del allí prácticamente sin nada, pierdes casi todo tu dinero.
Al pasar esos 15 días, ¿cómo le informa a su familia la decisión?
Faltaban dos días para regresarme y me llama mi esposa y me dice que a qué hora pasa a recogerme al aeropuerto y le dije que sería yo quien la recogería a ella aquí en el aeropuerto. Eso fue lo más loco de todo y lloramos los dos por teléfono, por lo que eso implicaba.
En su caso, ¿qué era?
Dejar tu familia, tu pasado, tu vida, tus amistades. Es empezar de cero y abrir un cuaderno para escribir esta historia. La verdad es que yo no escogí a Costa Rica, ella en esos 15 días me eligió a mí. Los tres meses siguientes me di a la tarea de buscar trabajo en mi área y ahí es cuando comienzo a chocar con la realidad.
¿Cómo fue enfrentarse cara a cara a esa realidad?
La parte laboral para mí ha sido muy dura. Es el precio de haber emigrado, porque es una industria que no está tan desarrollada, a pesar de que tienen todo el talento humano y profesional para hacerlo. Sin embargo, eso se compensa al tener a mis hijos en un país donde la educación es el principal valuarte y a mi eso me tranquiliza.
¿En dónde queda la actuación en ese escenario?
He tenido que viajar mucho a grabar en otros países, pues de estos siete años, cuatro los he pasado afuera. Trabajé en Colombia, Panamá, Miami y regresé hasta Venezuela y así estoy. En fin, no pierdo la esperanza.
Sin embargo, la faceta como presentador sí ha podido explorarla más.
Sí, es cierto. Gracias a Dios, surgió esta oportunidad de DestinosTV.com , como desde hace cinco meses. Con ellos grabo un día a la semana y el resto me dedico a animar eventos, fiestas, hasta bingos bailables (ríe).
¿Cómo se da esta oportunidad?
Gracias a Marisol Soto, es que tenemos una amistad muy bonita porque fui jurado en uno de sus concursos y una vez lo animé. Cuando se da la salida de Enrique Rodríguez, me contacta ella y la productora del programa, Yubirí Amaro. Hice el casting y aquí estoy. Creo en las causalidades, no en las casualidades. Con Destinos estoy terminando de recopilar mi álbum de conozca la belleza de Costa Rica.
¿Cuál es su lugar favorito?
Todos los sitios a los que voy me gustan mucho, pero para mí, el Volcán Arenal es una de las cosas más majestuosas que he visto en mi vida. Lo que me gusta más de todo, es que el costarricense sabe explotar su belleza de forma muy sabia.
¿Existe la posibilidad de actuar en Costa Rica?
Espero que algún día se me dé la oportunidad. Creo que si Teletica, Repretel o Canal 9 estaría dispuesto, y te lo digo con todo el profesionalismo que me dan estos más de 30 años de carrera, a hacer un dramático aquí en el país la pegarían del techo. Este es un país que ve mucha novela, así que cualquier televisora que decida hacer una producción nacional, con talento local, sería un éxito. Costa Rica lo tiene todo para lograrlo.
¿Alguna vez dudó de que esta fuera la decisión correcta?
Claro que sí, muchas veces. Pero cuando tomas una decisión como esta ya no puedes echar atrás, porque estás moviendo a tres personas directas y te estás deshaciendo de toda tu vida. Al dar este paso, para atrás ni para coger impulso. No me arrepiento de lo que hice, porque sentimos que la decisión que tomamos fue realmente la correcta.
Para sus hijos, ¿ ha sido fácil adaptarse a esa nueva realidad?
Ellos llegaron aquí, con dos y tres años, así que fue fácil. Ahora lo doloroso para mi esposa y para mí es escucharlos a ellos decir que no desean regresar a Venezuela y yo respeto su posición. Ellos ahora son más ticos, porque han vivido aquí casi toda su vida. Sin embargo, creo que es importante darle las gracias a todos esos amigos ticos que no nos extendieron la mano, sino que nos brindaron hasta sus hombros y espaldas, porque el apoyo ha sido inmenso. Estoy sumamente agradecido con este país.
El que lo reconozcan en un país que no es el suyo, ¿le hace valorar su carrera desde otra perspectiva?
Nunca pensé que las personas me reconocerían aquí, pero cuando ha sucedido ha sido maravilloso, porque es algo inesperado. En sí, estoy muy agradecido con el tico, porque es muy receptivo.
Todos los seres humanos tienen ego, en mayor o menor medida, en especial en una profesión como la suya. Venir de un país donde tenía que manejar altos niveles de fama y reconocimiento, a uno en el que comenzó desde cero ¿lo hizo poner los pies en la tierra?
Todo ser humano tiene un ego, pero cuando eres artista esto se multiplica, porque la gente en la calle lo hace mayor. Esto puede ser bueno o malo, pero en mi caso, esto siempre me ha hecho tener los pies puestos en la tierra. Hoy estás arriba y mañana puedes no estarlo, y es tu público el que decide esto. Ahora puedo salir tranquilamente con mi familia y compartir con ellos, lo que me hace feliz.
¿Se considera un trotamundos?
Me considero un ser del mundo. Pero cuando uno emigra, de alguna forma te vuelves en un ser universal. Creo que de alguna forma, sí lo soy. Yo el futuro lo recibo a diario. ¿Qué me depara? Aún no lo sé. Creo que hay mucho Vicente Tepedino para rato y quisiera consolidarlo en este hermoso país. La verdad es que siento que estar en Costa Rica es estar en mi casa, en mi hogar.
Al escucharlo hablar, se nota la plenitud en sus palabras. ¿Hay algo de su vida que quisiera cambiar?
Sí. Sin lugar a dudas, el día en el que murió mi papá, que falleció en 1997. Él se murió conmigo en un ascensor, en mis brazos. Ese día él se levantó con un dolor en su pecho, desayunamos juntos y nos preparamos para ir al médico. Cuando íbamos bajando solo me alcanzó a decir: “hijo, ya no aguanto el dolor” y cayó.
Su mamá también decidió emigrar a Costa Rica.
Sí, junto con mi hermana menor. Siempre hemos sido muy unidos como familia, somos de los que nos sentamos todos a comer juntos. Han sido momentos difíciles como ese, los que nos han hecho más fuerte como familia. Hay que vivir a plenitud y con la conciencia tranquila.
¿Siente que ha aprovechado todas las oportunidades?
Sí. No me arrepiento de nada.
Si pudiera darle una cualidad del venezolano a un costarricense y tomar una cualidad del tico. ¿Cuáles serían?
La cualidad del tico que yo tomaría sería lo reservado y comedidos que son. A cambio les daría un poco de la alegría y del bochinche (fiesta) que caracteriza a todo venezolano.