Hay que ser realistas, a The Walking Dead a veces se le va la mano en espacios “muertos” que aportan poco o nada a la historia. Sin embargo, cuando se trata de dejar a sus fans picados, lo logra.
El final de la sexta temporada de la serie tardó en llegar, tras la pausa decembrina que se extendió hasta febrero han pasado siete episodios que han sido de los acostumbrados transitivos, preparatorios para la inminente llegada de Negan .
El capítulo East que se transmitió la semana pasada dejó una incógnita gigante al verse Daryl en peligro. El disparo a quemarropa (y a traición) y las palabras de su némesis Dwight: “Vas a estar bien”, no dejan más que interrogantes ¿Qué pasó? ¿Realmente Daryl murió? ¿Llegó el fin del personaje que no pertenece al cómic de Robert Kirkman?
Además, Carol está perdida. Glenn, Michonne y Rosita son rehenes de los Salvadores; y para colmo de males Maggie sufre un ataque que pone en peligro a su bebé. Realmente su mundo está de cabeza.
Pero para todos los fanáticos más fuertes, tal vez todo lo que pasó en el último episodio tiene una gran (y extraña) recompensa: las primeras imágenes de Negan (Jeffrey Dean Morgan) y su inseparable compañera Lucille.
El final de una hora y media promete tener al público con las emociones a mil. Hasta Andrew Lincoln (Rick) afirmó que se enfermó después de leer el guion. “Me desperté en medio de la noche y no me pude volver a dormir. Estaba tan enojado y frustrado y me sentí enfermo”, explicó el artista.
Véalo. Lunes 4 de abril. Fox. 10:00 P.M.