Cuando alguien se encarga de hacer reír a los demás, parece que todo dentro de esa persona es alegría y placidez.
Los miles de seguidores en redes sociales que tiene Bernardo Choché Romano quizá pensaban, en los últimos meses, que ese simpático personaje que los divierte estaba cambiando solamente en lo externo.
Todos veíamos como Choché le daba espacio a la vida saludable y a un drástico cambio de look que implicaba la desaparición de su notoria cabellera.
Pero la transformación que experimentaba no era nada más física: por dentro, afrontaba una lucha constante para no permitir que su ego se hiciera más grande que él.
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Presentarse a teatro lleno era su meta. Y sí, es popular: Choché cuenta con casi 300.000 seguidores en Facebook, cerca de 250.000 en Instagram y 86.000 en Twitter. Recibir la ovación del público y ser el punto que todo el juego de luces iluminara en el escenario era lo que Choché creía indispensable.
Una serie de acontecimientos llevaron a Choché, de 29 años, al límite: allí pudo comprobar que la “popularidad” lo cegaba a tal punto que el ser humano estaba desapareciendo.
Cambiar físicamente fue una decisión que tomó aconsejado por quien fue su novia en aquel momento y por un infarto que sufrió su padre, desencadenado por obesidad.
Todo aconteció en mayo del 2016, cuando Romano formó parte de la segunda edición del programa de Teletica Tu cara me suena como concursante.
En el momento en el que aparecieron los cambios, el publicista y comediante sintió que todo marchaba bien: su papá se recuperaba y su éxito iba en ascenso, su rostro era cada vez más conocido y “su ego no entraba por las paredes”, dice.
Pero pronto todo tomaría otro cariz: “Cuando entré a Tu cara me suena , yo creí que era bueno para todo. Cuando descubrí que mi voz no podía compararse con la de algunos de mis compañeros, empecé a ver mis debilidades”.
En su proceso de cambio físico, Choché perdió 35 kilos de peso, cortó su cabello y optó por hábitos de vida saludables entre los que un régimen alimenticio adecuado y el ejercicio diario predominan.
Esfuerzo de años. La presencia de Choché en el programa de imitaciones de artistas se dio gracias al trabajo que realizó durante varios años y que lo posicionaron como una de las figuras más queridas de la tele, la radio y las redes sociales.
Cerca de cumplir los 20 años, el vecino de Santa Ana conoció el mundo de la televisión y empezó a crecer en VM Latino.
Por allá del 2007, se asomaba la figura de un joven que, con su cabello y actitud rebeldes, tenía empatía con muchos jóvenes que eran sus seguidores. Las irreverencias de Choché y su forma “pachuca” de hablar se convirtieron en una insignia del joven que crecía en las tablas del teatro y el set de tele.
El conocido Choché era el típico “compa” de todo el mundo, el que motivaba a sus amigos a disfrutar de la vida y la fiesta.
A su lado siempre estuvo su amigo fiel, Yiyo Alfaro. Junto a Yiyo, conquistaron un público joven que reía con sus ocurrencias y bromas.
Hoy su amistad es la misma, y las ocurrencias de Choché se mantienen intactas, pero que ahora su discurso, aún bromista, procura un tono más respetuoso. Atrás quedaron los “desmadres”, como el mismo llama a las decisiones que tomó en otros momentos.
“Cuando a temprana edad tu cara empieza a ser reconocida, te exponen a una pantalla de televisión, empezás a llenar lugares, inevitablemente tu ego empieza a subir. El problema no es que el ego se suba, es que nunca se baje”, dijo.
Su exitoso paso por VM Latino, su presencia como productor y presentador del desaparecido canal 9, sus ocurrencias en la radio vía el Circo Ok y su popularidad en el programa de Xpert TV Show de huevos , provocaron que en Choché “creciera un ego” que lo alejó de sus seres más queridos, confiesa.
“Mis papás me decían que era insoportable y nocivo para la salud, decían que conmigo no se podía hablar”, mencionó.
Hoy, Choché es productor, humorista, actor y empresario. También trabaja en radio, televisión y hace stand up comedy . Desde temprana edad, el trabajo ha sido constante.
De frente. Durante su participación en Tu cara me suena , Choché se comprometió con quien su novia, Ashley García –expresentadora en Telecable–, con quien tenía una relación de seis años.
“Dios siempre permite las cosas. Ella me terminó. Pensé que ella era feliz con las cosas que yo tenía. Una de mis principales metas en la vida era presentarme con el Mélico Salazar lleno (fue telonero del humorista colombiano Andrés López) y lo legré, creí que eso era lo más importante. En ese momento mi relación estaba fragmentada por mis fiestas, desordenes con mujeres y ‘desmadres’”.
“Todo llegó a un punto en el que me olvidé de las cosas que realmente valen la pena: de mi familia, de mi relación. Mi relación con Dios era nula. El acabose fue un día cuando ella (su exnovia) se quitó el anillo de compromiso en mi apartamento, me lo puso en el pecho y me dijo: usted necesita buscar ayuda por su bien. Se montó en el carro y se fue. En ese momento, en medio de Tu cara me suena, pensé que estaba bien, tenía demasiadas cosas por hacer, tenía la cabeza en muchas cosas”, dijo.
El humorista tomaba relajantes y pastillas contra la depresión. “ Un día llegué a mi casa y me iba tomar dos pastillas, y pensé que por qué no me las tomaba todas y que se acabara esta vara, eso me pasó por la mente. Veía nublado mi futuro y mi presente”, mencionó.
Esa misma noche, Choché decidió que su vida debía cambiar.“Me arrodillé en mi apartamento y dije: ‘Dios, si hay alguien después del techo y las nubes, ayúdeme a salvarme de mí, me estoy matando yo. Si hay alguien ahí arriba por favor escúcheme’.
”En ese momento me escribió un amigo para hablarme de un trabajo, le dije que no tenía ni las ganas ni las fuerzas para nada. Me dijo que me invitaba a un grupo, yo le dije que estaba harto de eso yo había sido líder de jóvenes, toqué batería en una iglesia. Pero él me dijo que qué más podía perder. Yo hice una retrospectiva y dije ‘ya perdí todo’. Lo único que seguía para perder era mi vida”.
Choché finalmente aceptó la invitación y acudió al grupo en el que más que “religión importa la relación que se tiene con Dios”. “Entendí que no es una oración, sino la disposición de mi corazón, que no es una religión sino una relación diaria. Jesús es mi amigo. Él empezó a cambiar mi vida, se empezó a llevar cosas de mi vida. Hoy yo ando la Biblia en mi bulto, toda la gente que nos rodea tiene que darse cuenta de que Dios está trabajando en nuestras vidas”, contó el presentador.
Es así como Choché reconoce que en el transcurso de varios meses llegó lo que verdaderamente llenaba el “vacío que había”. “Mi mamá dice que nuestro corazón tiene forma de Dios y que solamente él puede llenar los vacíos del corazón. Dios me aterrizó, me amarró las patas a la tierra otra vez”.
La transformación experimentada por Choché lo acercó más a su familia y hoy continúa con proyectos profesionales. Su hiperactividad se mantiene intacta y dice que dejar que Dios maneje sus negocios y principalmente su vida, no lo hacen una persona “pandereta”.
Choché sigue emocionándose con los aplausos y la admiración de las personas, sus muecas, ocurrencias y personajes fluyen cada día. Pero su vida cambió por dentro y por fuera: hoy sus carcajadas salen desde muy adentro.