Opinión

La Aduana, un caso surrealista

Un precedente útil para solucionar conflictivas propuestas urbanas que surjan en el futuro

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Octavio Paz habla de las terribles cargas de un Estado: ejército y burocracia. Por dicha, no tenemos Ejército. ¿Cómo pagaríamos a un general si no arreglamos ni los baches? Kafka habla de la terrible burocracia: “No contestan, sabe que tal vez nunca lo hagan, gran angustia”. En este caso pasó algo así: un grupo de ciudadanos conscientes y con conocimiento –el Grupo de Defensores de la Antigua Aduana, GDAA– envió una carta al exministro Guido Sáenz con preguntas sobre el Proyecto La Aduana propuesto por el MCJD; no contestó a tiempo. La Aduana es el segundo Patrimonio Arquitectónico más antiguo de la ciudad y estaba amenazado. Don Guido estaba convencido de que su propuesta era lo mejor. La Defensoría, a petición nuestra, investigó el proyecto y elaboró un informe donde se recomienda lo que el GDAA denunció y lo que reveló la investigación.








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