Agua, cloración y salud

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El origen del uso de cloro (Cl) como desinfectante del agua se remonta a 1846, cuando el doctor Ignaz Semmelweis recomendó a sus discípulos el lavado de manos con jabón y agua clorada, para evitar la transmisión de la fiebre puerperal entre sus pacientes. En 1854 el doctor Snow intentó desinfectar el sistema de abastecimiento de agua de la calle Broad, en Londres. En 1881 el doctor Robert Koch demostró, en condiciones controladas de laboratorio, el efecto germicida del hipoclorito o lejía. En 1897, Sims Woodbread usó una solución de cloro para limpiar las tuberías del acue- ducto de Maidstone, Londres. En el continente americano, su uso empezó en 1908, en Nueva Jersey, se expandió años después a otras latitudes de EE. UU. y causó una disminución drástica de las enferme- dades transmitidas por el agua, como la tifoidea, cólera, diarreas y hepatitis A.








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