Opinión

Atención al Banco Popular

Los privilegios y discriminaciones crean distorsiones en el sistema financiero

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Cuando se creó el Banco Popular y de Desarrollo Comunal, en julio de 1969, se tendió un puente para que los trabajadores pudieran contar con una sólida institución financiera a su servicio, eficaz y rentable. Desde entonces, mucha agua ha corrido bajo el puente. Han pasado buenas y malas corrientes; buenos y malos servicios; buenas y malas utilidades. Se le concedieron privilegios especiales. Y, sin embargo, las utilidades nominales se han reducido significativamente en los últimos años, al punto de que sus estados de resultados prácticamente no arrojan ganancias en términos reales, una vez descontada la inflación. Por eso –y otros aspectos institucionales y administrativos– hay que ponerle mucha atención.








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