El incremento acelerado que experimenta el ingreso y salida de personas como consecuencia de la oferta que nuestro país tiene en áreas como la conservación de los recursos naturales, democracia, y aventura dentro del entorno de la biodiversidad de las diferentes regiones, sin duda, se ha convertido en un atractivo para el turismo mundial.
Por otra parte, políticas acertadas en materia de producción han contribuido a aumentar nuestras exportaciones con el consiguiente beneficio para el desarrollo nacional. Ambos factores se han conjugado para medir en su verdadera dimensión la importancia de contar con una infraestructura moderna y que responda a esta dinámica demanda.
Los más de 1,7 millones de turistas que visitaron Costa Rica durante el año 2005 incidieron en un crecimiento de un 22,4% en las ventas que efectuó el sector exportador e hicieron crecer en un 7,9% el PIB. Conviene destacar que el número de turistas ha experimentado un aumento a una tasa del 10% anual, lo que avizora un crecimiento sostenido en el futuro.
Contrario a toda lógica resultaría que pretendiésemos seguir por esa ruta del crecimiento, y su consecuente prosperidad, sin contar con vías modernas y expeditas, lo mismo que con aeropuertos y puertos que puedan brindar facilidades tanto a quienes nos visitan, como a aquellos que demandan productos costarricenses, o bien para las necesarias importaciones.
Esta suma permite al extranjero disfrutar de nuestra riqueza escénica, cultural y natural, a la vez que provoca la inversión y alienta la eventual salida de productos para fortalecer el sector productivo.
Plataformas para el desarrollo. Por todo ello, se confirma la incuestionable necesidad de llevar adelante uno de los pilares con los que emprendimos la presente administración: dotar al país de una infraestructura aeroportuaria de primer nivel, que sirva de plataforma al desarrollo y potencie las oportunidades que este acarrea para sus habitantes.
Bajo la rectoría del MOPT, el Consejo Técnico de Aviación Civil (CETAC), la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) y demás instancias, hemos acometido este objetivo durante muchos años postergado bajo el velo de argumentos vagos y ajenos al buen saber y entender de los costarricenses y quienes nos visitan.
Tenemos claro que se requiere de una actividad aeronáutica dotada de servicios ágiles, fáciles y seguros, que garanticen la máxima satisfacción de los usuarios. Pero también, somos conscientes que es necesario hacerlo en estricto apego a la regulación, fiscalización y cumplimiento del ordenamiento jurídico que tutela la actuación del Estado.
En días pasados, se han difundido en la prensa nuestros esfuerzos por tender puentes para una satisfactoria resolución del conflicto heredado que sumió en la paralización de obras vitales en la principal terminal aérea del país. Con igual claridad, hemos hecho patente nuestra posición de que esa salida debe circunscribirse en los términos contractuales pactados y al amparo de un marco legal y el favorecimiento del interés público.
Nuestra actitud no puede ser ni será pasiva. Por esta razón, además de velar por el cumplimiento y fiscalización del Contrato de Gestión actual, exploramos los distintos escenarios, dentro del marco legal, institucional e internacional que nos apoyan, con el fin de garantizar la continuidad y calidad en la operación de servicios de tan alto valor estratégico para el país.
En Liberia. El aeropuerto internacional Juan Santamaría, como principal puerta de ingreso a Costa Rica, no puede continuar dentro del manto de la incertidumbre y ni mucho menos ser obstáculo al desarrollo del turismo y la producción. Esta es una obra que estamos dispuestos a concluir por el derecho de todos los ciudadanos de contar con una excelente infraestructura aeroportuaria en nuestro país.
Asimismo, iniciamos en días pasados el arranque de la construcción de una terminal de pasajeros por aproximadamente $1 millón en el aeropuerto internacional Daniel Oduber, en Liberia. Este proyecto ha sido fruto de un esfuerzo conjunto entre empresa privada y el MOPT, con el cual buscamos resolver la demanda prevista por el crecimiento en la cantidad de visitantes y vuelos internacionales durante la próxima temporada alta. Así se soluciona una problemática urgente, mientras emprendemos el proceso de concesión de esa terminal, que la prepare para transformarse en un aeropuerto modelo a la medida que las circunstancias actuales y futuras demandan.
Estos pasos firmes se inscriben dentro de los primeros cien días de la Administración del presidente Óscar Arias, sumando el lanzamiento de construcción del proyecto del aeropuerto internacional de la zona sur, así como la reparación y mantenimiento de ocho aeropuertos locales en el transcurso del presente año y forman parte de la ruta que hemos trazado para conseguir, de una vez por todas, que Costa Rica logre despegar hacia cielos más prometedores y una política integral en materia de desarrollo de aeropuertos en toda la geografía nacional.