Durante la última semana de junio, se presentó en España la Fundación Zaafra, recién constituida en Costa Rica en honor del pintor granadino David Zaafra, cuya más importante obra ha sido la ilustración de una edición lujosa del Quijote, con motivo de celebrarse los 400 años de esta extraordinaria creación literaria, emblema de España en el mundo entero.
Damaris Fernández, fundadora de Flamencos de Costa Rica, se ha empeñado precisamente en la incorporación de la cultura flamenca en el país y este artista quiere ser el vehículo para tal trasplante. Baile flamenco, cante y guitarra, pintura, artesanía, poesía y artes hispánicas en general cruzarán el Atlántico con la velocidad que no tenían las carabelas de Colón. Pronto veremos sus frutos. Ya se hacen gestiones para la presentación del espectáculo Diálogo de la guitarra y la poesía.
Sorprendente interés. La fundación fue presentada en el Ayuntamiento de Granada, el Ateneo de Málaga, en Jaén y Madrid. Fue sorprendente la receptividad por parte de los anfitriones. Les sorprendió que en un país tan pequeño de América hubiera tanto interés por la cultura andaluza y el deseo de la mencionada Fundación de abrirse a otros campos del quehacer humano. Asistieron por Costa Rica dos instituciones más: la Fundación Omar Dengo y la Fundación Pax Costarricensis. La Omar Dengo es pionera en Latinoamérica en la enseñanza de la computación en las escuelas públicas nacionales, y la Pax Costarricensis se distingue por el reconocimiento y premiación de actividades en el campo cultural y de la paz, los derechos humanos y la promoción social.
Este connotado artista, gracias a su labor expansiva en el campo de la pintura, había sido galardonado el año pasado por esta última Fundación con el Premio Florencio del Castillo, compatriota que presidió las Cortes de Cádiz, relacionadas con América en el siglo XIX. Y David Zaafra, en el 2005, vino a Costa Rica y donó retratos de reconocidos personajes: Manuel María Gutiérrez, autor de la letra del Himno Nacional, Omar Dengo, Julieta Pinto, Carmen Naranjo, Graciela Moreno, Óscar Arias, Alberto Cañas y Jorge Debravo, e impartió un curso especial de técnica pictórica en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica.
Se aprovechó la visita a España para presentar el libro de nuestro poeta Néstor Mourelo, Arándanos, con ilustraciones de Zaafra. Gustó mucho su poesía y se le ofreció la posibilidad de que sea publicado un libro suyo en Madrid, con más ilustraciones de este afamado pintor. A su vez, la Fundación Zaafra, desde suelo español, otorgó tres premios: a la internacionalmente famosa bailaora Mariquilla, al Museo de Antropología de El Salvador, por su prestigiosa labor, y a la Fundación Omar Dengo. Su enseñanza de la computación en escuelas públicas de recursos económicos escasos es encomiable y de fructífera proyección. En su nuevo edificio, este artista ha ofrecido pintar un mural alusivo a la principal tarea pedagógica que esta Fundación se ha impuesto.
Buen flamenco. La Peña Flamenca de La Platería, en Granada, la más antigua del mundo, le otorgó a Damaris Fernández su máximo galardón: la Llave de Oro, en reconocimiento a la promoción del flamenco en Costa Rica. Por su parte, la Fundación Andaluza de Gestores Administrativos (FAGA) iluminó la Alhambra (colina roja) para nuestra visita nocturna. Y escuchamos buen flamenco en las peñas de La Platería, El Piyayo, en Málaga, en la de Jaén y en la madrileña Casa Patas.
Particularmente, me produjo mucha alegría ver más niños por las calles que hace cuatro años, sobre todo en Madrid, pero a la vez percibí en sus gentes como una incertidumbre y caminando como aturdidos por el bullicio y sin ese silencio creador del alma que le imprime sentido y señorío a la vida. ¿Nos pasará aquí lo mismo? Ojalá los nuevos tiempos nos deparen paz, esperanza y alegría, o nos ocupemos en cultivarlas.
Siempre será muy grato llegar a España, tan acogedora y entrañable. Ahí están nuestras raíces. El arte andaluz puede, en parte, desempolvarlas y tornar su presencia más sentida, más nuestra, y despertarnos algunos sentimientos reprimidos.