El recurso hídrico del país está en riesgo. El marcado deterioro y abandono que sufre el agua –el recurso más importante para la supervivencia– no es secreto. Constantemente la prensa nos expone casos que son realmente inquietantes: “Materia fecal, nitratos y gasolina amenazan 4.000 fuentes de agua”, “Expertos alertan al país sobre abandono de recurso hídrico”, “Bajas tarifas amenazan agua de un millón de personas”, “Acueductos del país pierden el 50% del agua potable”, “250.000 metros cúbicos diarios de desechos ahogan al Virilla”.
¿Qué se está haciendo para revertir estos procesos que terminarán por acabar con el agua potable de los costarricenses? ¿Cómo es posible que un país con tanta riqueza hídrica tenga un futuro incierto respecto al agua?
Prioridad nacional. Cierto, existen esfuerzos aislados, como el nuevo canon de agua que empezará a regir muy pronto o los préstamos para alcantarillado sanitario. Sin embargo, necesitamos que este tema sea prioridad nacional. El agua es nuestro presente y futuro. No es solo fuente de empleo, recreación y alimentación, es fuente de vida. Sin la adecuada cantidad y calidad de agua, peligran nuestra vida y nuestra prosperidad.
Muchas acciones son necesarias. El aumento de las tarifas de agua es una de ellas. Debemos contribuir no solo con los costos de distribución y potabilización del líquido, sino además con la protección de las fuentes.
Las municipalidades deben tener planes reguladores que protejan las zonas de recarga acuífera y los pozos de captación. Se debe sensibilizar a toda la población, no solo en escuelas y colegios, sobre el uso del recurso.
Tenemos que tratar las aguas negras y las aguas pluviales, y, una vez que contemos con la infraestructura adecuada, multar a todos los que tiren desperdicios en los ríos. En definitiva, es esencial una legislación que reemplace la obsoleta Ley de Aguas de 1942.
Empezar ahora. Es indudable que los problemas no se resolverán a corto plazo, pero las acciones deben empezar desde ahora. No podemos esperar a que sea demasiado tarde para iniciar una labor tan importante como lo es proteger las fuentes hídricas de nuestro país. Es un trabajo que involucra a cada costarricense. Desde las pequeñas acciones hasta las más grandes, todos podemos aportar un grano de arena a la causa. Valorar el recurso es el primero paso.
Espero que el gobierno de Óscar Arias, así como próximos gobernantes, tengan como prioridad en su agenda la protección de este invaluable tesoro líquido –el agua– para el goce de las generaciones presentes y futuras.