Los miércoles de agosto, por iniciativa de la Municipalidad capitalina, se ha realizado el foro urbano “San José: pensar la ciudad del futuro”, lo que ha permitido un enriquecedor debate con ministros y representantes del Gobierno central, académicos, profesionales, intelectuales, funcionarios municipales y las ciudadanas y los ciudadanos josefinos sobre la importancia de la ciudad en el desarrollo social, económico y ambiental de Costa Rica.
Las ciudades, y en especial las capitales, reflejan la evolución cultural e histórica de una sociedad y la de sus instituciones democráticas, así como la de su modelo productivo. Desafortunadamente, en el contexto nacional, a los gobiernos locales se les hace muy difícil asumir la rectoría que la Constitución les confiere en el desarrollo urbano, social, económico, cultural y ambiental de sus jurisdicciones.
El centralismo estatal vigente en Costa Rica se pone de manifiesto cuando se constata que las 81 municipalidades apenas ejecutan el 1,27 por ciento del presupuesto público. Algo similar sucede en competencias que, en otras latitudes, son potestades municipales y que aquí están dispersas en diversos entes del Gobierno central.
Modelos antagónicos. San José, en los albores del siglo XXI, se enfrenta a dos modelos antagónicos de ciudad. Hasta las décadas de 1970 y 1980 se inició un crecimiento extensivo de la ciudad caracterizado por la baja densidad, el uso indispensable del auto: la ciudad asfaltada y gris, segregada socioeconómicamente y carente de identidad cultural.
Hoy, al contrario, se plantea a la ciudad como centro humano sostenible, verde, habitable y en orden, caracterizado por un uso racional de los recursos; edificado en altura y alta densidad, con usos mixtos. Es decir, una metrópoli en la que el ser humano y su calidad de vida sean la prioridad de la gestión local y en la que se busque recomponer su papel como lugar de convivencia y de integración social.
En los tres capítulos en los que por razones metodológicas se dividió este foro –“Ciudad y sociedad”, “Ciudad y economía” y “Ciudad y cultura”– quedó claro que, pese al distanciamiento de la sociedad respecto al centro capitalino, todos los sectores coinciden en que Costa Rica, como nación, requiere un eje político, económico, social, cultural e intelectual, consecuente con los valores de paz, civismo, democracia, equidad social y desarrollo ambientalmente sostenible que han caracterizado y posicionado al país en el mundo.
Vínculos reforzados. Las ideas y soluciones esbozadas por los participantes en el evento, se convierten ahora en valiosos insumos que servirán para enriquecer una gestión local que, en los últimos años, ha dado pasos hacia la transformación de San José en un espacio más humano, seguro y cohesionado, con identidad cultural propia, que refuerza los vínculos entre la ciudadanía y esa realidad urbana que habita o visita.
La realización del foro urbano se enmarca dentro de la declaratoria de San José como “capital iberoamericana de la cultura 2006”, un hito en el progreso de la ciudad, que ha servido de punto de inflexión para mejorar las propuestas sobre qué es lo que la sociedad josefina y costarricense desea que la capital sea en el futuro, a corto, mediano y largo plazo.
El foro, que superó todas las expectativas en la asistencia de público, ha servido para reivindicar, una vez más, la capitalidad de San José y para poner a la ciudad y a su desarrollo en la agenda política nacional e internacional.
Muchos de los participantes en esta actividad han redescubierto su relación afectiva con aquel San José de antaño, que era sinónimo de integración democrática, un hecho que marcó, definitivamente, el desarrollo de las instituciones republicanas costarricenses. Por este motivo, los ponentes, panelistas y público abogaron por que, de uno u otro modo, se recupere la humanidad del espacio urbano para que este sirva de eje como convergencia social, motor de la economía y vitrina de la cultura costarricense.