Causa gran satisfacción haber contribuido a consolidar del Sistema de Parques Nacionales de Costa Rica. Ese honor me lo confirió doña Karen Olsen de Figueres, primera dama (1954-1958 y 1970-1974), al nombrarme, en 1972, responsable de los proyectos especiales coordinados desde su despacho, entre los que tenía la más alta prioridad el establecimiento de esos parques.
Excepto por íntimos como don Pepe, don Óscar Arias y don Francisco Morales, las instrucciones de doña Karen respecto a don Mario Boza y don Álvaro Ugalde, gestores de los parques nacionales junto con don Kenton Millar, eran claras: no necesitaban cita para ingresar al despacho de la Primera Dama y todas sus solicitudes de apoyo eran de “alta prioridad”. Todo lo demás en la agenda pasaba a segundo plano.
Transcribo parte de la exposición “Costa Rica: Un Caso de Estudio sobre la Estrategia para el Establecimiento de Parques Nacionales en un País en Desarrollo”, del doctor Mario Andrés Boza, entonces Jefe del Departamento de Parques Nacionales de la Dirección Forestal del Ministerio de Agricultura y Ganadería, en setiembre de 1972, durante la Segunda Conferencia Mundial sobre Parques Nacionales, en los parques Grand Teton y Yellowstone en Estados Unidos. Participaron más de 1.200 personas de 79 países.
Madrina. La exposición de don Mario sobre su estrategia para establecer un sistema de parques nacionales incluye: “La mejor colaboradora o madrina que un programa de parques pueda tener es la primera dama de la República… la señora Karen de Figueres, ha brindado no solamente su total apoyo al tema para conservar el patrimonio natural e histórico del país, sino que, más significativo aún, ha propuesto un programa a gran escala –en este momento ante la Asamblea Legislativa– para establecer y financiar un sistema de áreas naturales, históricas y recreativas, que incluirían no menos que 16 nuevos parques. Lo que reviste particular importancia para nosotros es que la Primera Dama se encuentra en la posición de brindar asistencia práctica en casi todo. A través del Presidente, puede lograr que la nueva legislación sea presentada ante el Congreso, puede comprometer el apoyo de los ministros y diputados de su partido, buscar ayuda internacional que puede ser obtenida únicamente al nivel presi- dencial, etc. Para resumir, no fue sino hasta que doña Karen nos empezó a apoyar directamente que nuestro programa de parques empezó a progresar rápidamente”.
Con cariño, admiración y respeto, dedico estas líneas a doña Karen Olsen de Figueres y a su espíritu solidario y artístico, que la inspira a emprender grandes desafíos como el establecimiento de los parques nacionales de Costa Rica.